Único

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— Alégrate, falta muy poco para tu cumpleaños, ¿No es genial?

Y allí estabas sonriendo haciendo que sonriera de vuelta por igual, me empujaste cariñosamente para luego pasar tu brazo sobre mis hombros y seguir caminando cerca de la plaza donde al llegar al final nos separamos para ir cada uno por una calle diferente e ir a nuestras casas.

Solo que de los dos yo fui el único que llegó a casa.

Una llamada en casa dando un aviso de que no habías regresado a tu apartamento desde hacía dos días atrás, recuerdo haber salido de casa corriendo por las calles hasta llegar a aquella plaza, eran las 3 am cuando dejé de correr alrededor de la plaza buscándote.

Mi corazón martilleando dentro de mi pecho.

Solo quedaba un día para poder dar un aviso oficial de que estabas perdido, mis manos temblaban del frío estando sentado en la banca donde charlamos por última vez, allí me dijiste que querías darme el mejor regalo del mundo.

Estaba esperándolo.

Lo hacía.

Pero ahora sólo quiero que vuelvas.

Mis pies quedaron sobre la banca, mis rodillas contra mi pecho abrazando mis piernas para mantener un poco de calor y esconder mi rostro evitando que las lágrimas se viesen a la lejanía.

No sabía dónde buscarte, porque lo hice, visité cada lugar en el que llegamos a estar alguna vez, pero las horas pasaban y yo solo lograba pensar en que terminaría en la estación dando el aviso oficial de que estabas perdido.

Justo un día antes de mi cumpleaños. Justo cuando más te necesitaba.

De los dos yo era el más reservado, pero tu parecías a gusto con ello, estando allí para mí como yo para ti.

Había planeado pasar mi cumpleaños solo contigo, porque eras la única compañía que realmente deseaba ese día, a pasos pesados caminé por las calles para dirigirme hacía la estación, mi ropa estaba húmeda por la lluvia y no me importaba en lo más mínimo.

Me obligaste a enamorarme de ti con tu sonrisa.

Me obligaste sin que te dieses cuenta.

¿Por qué desapareces cuando más te necesito?

Faltaban pocas calles para volver al punto de inicio, la plaza, mis pies se movieron aún más lento porque sabía que al cruzar por ese lugar todos los recuerdos vendrían a mi mente como una lluvia de meteoritos, cada una impactando de manera contundente recordándome por qué me enamoré de ti.

Deberías estar aquí.

Y yo no debería estar llorando bajo la lluvia aún buscándote.

Así que al alzar la vista hacia un costado pude ver el reloj de una tienda de conveniencia a punto de marcar la medianoche.

Mi cumpleaños.

Niego con mi cabeza, este día no debería haber sido así, camino con más rapidez con los ojos cerrados intentando que las lágrimas dejen de salir imaginando que aparecerás y las cosas volverán a ser normales, quiero ver tu rostro, quiero ver tu sonrisa y quiero ver tus manos elevarse frente a mi terminando en mis mejillas las cuales sueles acariciar con suavidad.

Diablos, quiero todo aquello devuelta.

Te quiero devuelta.

La única razón para llegar a aceptar un pastel de cumpleaños hoy sería si este tiene alguna vela para soplarla y pedir un deseo.

Un deseo de cumpleaños.

En el que pido que regreses.

Porque esos deseos se cumplen ¿Verdad?

El cumpleaños de JungkookDonde viven las historias. Descúbrelo ahora