Creada en un laboratorio

Capítulo 1

Abrí los ojos con pesadez, me dolía la cabeza y en cualquier momento estallaría mi cabeza. Giré mi cabeza a los lados buscando tal vez alguna existencia de vida pero no encontré nada, lo único que lograba apreciar era una gran habitación de cemento, sin nada. Intenté levantarne para inspeccionar mejor la habitación pero unas cadenas me lo impidieron, no me había fijado en ellas ya que no sentía las piernas.
Las cadenas estaban enganchadas a mi tobillo izquierdo y se dirigían a las pared de cemento donde estaban incrustadas, intenté tirar de ellas para liberarme pero no pude.
Esto era extraño, estaba confusa. De repente preguntas empezaron a pasar por mi mente.
¿Cómo me llamo?¿Quién soy?
¿Qué hago aquí?¿Por qué?¿Cuánto tiempo llevo aquí?...Y muchas preguntas más pero no tenía respuesta para ninguna. Seguí inspeccionando la habitación y me fijé que al fondo de esta había una puerta de metal que no logre identificar gracias a su lejanía, tenía un montón de cerrojos y candados como si quisiesen que la persona de la habitacion no tuviese ni el mínimo contacto con el exterior, eché otro vistazo a la habitación y me di cuenta que era la única persona ahi. ¿Me estarían encerrando a mi?
Miré hacia abajo y me fijé en que la única prenda que llevaba era un camisón gris mugriento y sucio, roto por algunos lados pero que cubría lo necesario. Todavía de pie empecé a caminar intentando liberarme de las cadenas, no tenia miedo pero si tenia una gran angustia al saber que estaba encadenada y encerrada en una habitación desconocida en algún lugar del mundo. Seguí tirando hasta que vi como un liquido rojo y espeso llenaba mi tobillo, me acerqué y lo toqué con mi dedo índice. Nunca había visto nada parecido, acerqué el dedo a mi boca y lamí el líquido, tenia un sabor metálico y desagradable. No sentía dolor, pero si curiosidad.
Dejé de luchar para intentar liberarme de las cadenas y me apollé en la pared pensando durante unos minutos hasta que la puerta de metal se abrió lentamente con un sonido chirriante, rápidamente me levanté y vi como una señora y un señor me miraban con una sonrisa nerviosa, miré sus ojos y pude ver que tenían miedo pero intentaban ocultarlo. Por mi parte estaba seria y confundida.