El Juego Del Calamar

001

Chung _____.

No le estoy pidiendo mucho a la vida, pero realmente estoy cansada de comer comida de la calle a precio demasiado barato.

No quiero comer cosas vencidas y solo quiero disfrutar de una buena cena en los restaurantes que a mi más me encante.

Poder llegar a mis dos hermanos a la mejor primaria y hasta la mejor universidad; darle un trabajo digno al padre de mis hermanos  y la mejor sepultura para mi mamá.

Para mi... solo me queda soñar sobre esa vida.

-¿Otra vez no lavaste el uniforme?- una de las profesoras de la escuela publica golpeo mi cabeza -Aunque seas muy pobre puedes ir a lavar tu ropa-

-No es que no tenga dinero- mentí -No llegué a casa, estuve buscando a mi papá por todo el centro- todos mis compañeros presentes comenzaron a reír

-Salte de la clase y ve a lavar tu uniforme- pidió levantándome agresivamente del pupitre -No regreses hasta que portes el uniforme correctamente- me empujó hasta caer en el pasillo sobre mis rodillas

-Llevo el uniforme del día, solo le estoy explicando que no pude lavarlo llegando a casa- me levanté rápidamente para aclararle todo -Profesora, hoy tengo examen de artes, no puede dejarme con la ropa mojada-

-Agradece que hay mucho sol- sonrió antes de azotar la puerta color café

-Que hija de p...- cerré mi boca al ver la puerta abrirse frente a mí

Esos zapatos que ya conocía me hicieron bajar el arrepentimiento de la palabra que no salió de mí, pero si de otra persona  -Sí es una perra- mi mejor amiga soltó una mueca abrazando mis hombros -Una maldita perra, escuché que se acostó con el de química- comenzó a encaminarme hasta las escaleras

-¿A donde me estás llevando?- me quejé con un puchero

-Nos iremos de aquí, no tolero más este sistema horrible- Lia me soltó mientras bajábamos las escaleras -¿Por qué esta vez no fuiste grosera? Por Dios, eres demasiado salvaje-

-La última vez que lo hice... terminé siendo golpeada- le recordé la vez que mi frialdad como persona, las malas palabras, el carácter horrendo... no fueron lo necesario contra esa misma maestra -Mi padrastro pensó lo peor-

-¿Y él qué?- mi mejor amiga bajo las escaleras con mucha confianza, mientras yo solo corría detrás de ella

Así era siempre.

Me alagaba por tener el carácter más rudo, pero a la vez ser tan dulce con algunas y luego se molestaba cuando me preocupaba por alguien. Ella huía con seguridad y yo la buscaba para continuar con lo que sean

-Lia. Detente- pedí sin poder alcanzar sus manos -Lia-

-Tranquila, _____. Solo estoy caminando en dirección a la... ¿salida?- sonrío de oreja a oreja -Creo que eso rimo, ¿no? Caminando en dirección a la salida-

-¿Eh?-

-Estoy componiendo canciones- Lia jugó un poco con su cabello -Trató también de hacer covers, aún no tengo un buen celular como para intentar grabarme-

-Es una pena- exhalé un poco sin interés en su plática

-¿Crees que la señora que le limpias la casa quiera otra chica?-

-Esa señora no me tolera, estoy segura que me despedirá en algún momento- No era mentira que una señora tan vieja ya no soportara mi presencia -Ya esta anciana-

-¿Y la señora de la tienda de conveniencias?-

-Me corrió ayer- esa chica hermosa de cabello bien cuidado se detuvo -No quise decírtelo porque me dijiste que dejara de trabajar y que mi padrastro lo hiciera. Por favor, no te vayas a enojar por esto-

La mirada de mi amiga fue de desprecio y volvió a toparse conmigo, subiendo los escalones necesarios para tenerme de frente -¿Por qué te sacrificas por un hombre que no es tu padre?-

-Mi mamá me lo pidió antes de fallecer-

-Tu mamá debe se  estar avergonzada por como es que se comporta con sus tres hijos, yo que tu... regresaría de donde vine. Puedes ser libre- tocó mi cabeza -Eres demasiado joven como para encargarte de la escuela, trabajo, padrastro y hermanos-

-Cumpliré dieciocho en un pa...-

-Estás viviendo tu vida apresurada,  ya no te veo igual. Ahora te comportas como una madre, quieres respetar a los demás y no divertirte- se alejó triste de mí -Estoy viendo a mi mejor amiga convertiste en una vieja amargada antes de tiempo-

-Lia- intenté detenerla -¿A donde vas?-

-Al salón, ni siquiera llevamos mochilas. ¿A donde pensábamos ir?-habló mal al darse cuenta que su plan de huir había fallado -Obedece a tus maestros, ve a lavar tu ropa-

-¡Lia!- la vi subir corriendo -¡Lia!-

Ella y yo teníamos problemas, tal vez era por eso que nos convertimos en mejores amigas. Las dos nos apoyábamos como nos era posible; primero sucedió lo mío, tras una enfermedad que atormentó a mi mamá que la dejó en un hospital más de un año. Lia era con la que confiaba para ir a su casa y llorar en su hombro, llorar mientras su madre nos preparaba el mejor pastel de chocolate.

A los dos meses de perder a mi mamá, Lia pasó por el problema familiar que se da ahora más que nunca. Ante la separación de sus padres y la extraña desaparición de su madre... ella tuvo que quedarse con su abuela.

La desgracia le llega a todos, por eso no puedo sentirme especial por ser la chica más pobre de este pueblo,  porque todas las personas aunque tengan la mayor cantidad de wones puede convertiste en la persona más despreciable.

La desgracia puede llegar rápido, pero también puede estar esperando el momento perfecto para quitarte lo que más quieres.

-Disculpe- agité mi mano para que la señora de la cafetería me mirada -¿Hola?-

-¿Qué haces fuera de tu horario?-

-Una profesora me pidió salir- levanté mis pies en punta -¿Tiene jabón?-

-¿Jabón?- se paró de su asiento -¿Para qué?-

-Necesito lavar algo, mi uniforme...- aclaré 

-Serían...-comenzó a calcular mientras buscaba lo que le pedí

-Lo siento, yo no traigo dinero- le expresé con toda la sinceridad del mundo -Yo me preguntaba si me podía pr...-

-En esta vida nada es prestado, niña...- aquella mujer de apariencia amable soltó enojada el jabón sobre una mesa alejada de mí 

-Es una emergencia-

-A la otra ten dinero, por cualquier emergencia- acomodó sus lentes y asintió con la cabeza

-¿No sabe donde puedo conseguir jabón "gratis"?- intenté acercarme a ella, pero con el palo de una escoba apuntando a mí me lo impidió

Despertamos bravas.

-¿Gracias?- me alejé de ella al no obtener respuesta -Eso fue demasiado brutal-