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En un pueblo de Alabasta

"Gracias a Rayleigh-san y a esos piratas, al fin he podido llegar a Alabasta. Espero poder encontrar a esa arqueóloga, tal vez ella tenga algún indicio de como he llegado acá". Dice una chica de cachetes regordetes caminando en medio de un pueblo en el desierto. "Uhhh ojalá pueda conseguir un buenos mochis, los que había preparado ya se acabaron pfff"

Uraraka sabía que no podía llamar mucho la atención, no podía permitir que la confundieran con un pirata o vieran su "fruta del diablo", su único objetivo era encontrar a aquella arqueóloga que puede tener las respuestas a sus preguntas...Umm pero primero un mochi, si ahora en busca de un restaurante.

"Mahh, en este pueblo si hace calor, debería comprar una sombrilla... luego de ir a un restaurante a comer mochis, si me parece un gran plan"

Caminando en medio de la multitud, Uraraka no sabía que pensar este mundo es muy extraño, no usan teléfonos, ni autos, para ella todo es muy curioso y diferente. Si no fuera porque ella ya lleva 6 meses acá, pensaría que todo esto era un sueño.

"¡UN RESTAURANTE! Al fin, ya me imagino los ricos mochis que podría comer, aunque Rayleigh-san dijo que no debería comer solo eso ummm... bueno pero el no está acá, así que no me puede decir nada". Dice con una sonrisa traviesa en su rostro en camino al restaurante.

El restaurante no era la gran cosa, no era ni tan grande ni tan pequeño, tenia varias mesas y algunos asientos alredor de la barra, bueno mientras tengan su comida, a ella no le importa en dónde comer. Se acerca hacia la barra y decide sentarse al lado de un chico de cabello negro con sombrero, su tatuaje le parecía curioso, parece pertenecer a una banda pirata, aunque ella no podría decir de cuál, si apenas conoce a Rayleigh-san y a Shakky-san.

"¡Buenas tardes! Quisiera por favor pedir una docena de mochis con un poco de té". El pelinegro voltea hacia un lado, y ve a una chica joven, no parece ser mayor de 18, ni tampoco tiene pinta de ser pirata. Su cachetes eran redondos y rosados, su cabello era marrón y corto, sus ojos del mismo color de su pelo, y su vestimenta era la de un persona normal. A simple vista el chico no veía nada especial en ella, pero igual algo en el le atrajo a buscar una conversación.

"Enseguida se lo traigo". Dice el la persona detrás del mostrador, mientras el chico se gira a conversar. "Hola mucho gusto, mi nombre es Ace, cuál es tu nombre preciosa?"

Uraraka había conocido a muchos chicos en su vida, inclusive la mayoría de su clase eran chicos, pero eso quitaba que no le diera vergüenza que él le haya dicho preciosa.

"¡Mucho gusto Ace-san! Mi nombre es Uraraka Ochako" Dice sonrojada y un poco tímida. "No eres de por aquí, ¿cierto?" Pregunta el chico en tono curioso.

"No, vengo en busca de una persona, pero no pude evitar pensar en comer mis queridos mochis, así que tuve que venir rápido al restaurante más cercano" Dice ella con un sonrisa embobada. "¡Yo también ando en busca de alguien! Es mi hermano menor, mahhh pero no he tenido suerte, he preguntando y nadie lo ha visto"

"Mohhh que curioso, si quieres te puedo ayudar a buscarlo luego de comer". Después de todo Uraraka era una héroe, y si el estaba buscando a su hermano no podía evitar no ayudarlo. "¡¿Ehhhh, seguro?! Bueno pues muchas gracias, por tu generosidad te puedo pagar tus queridos dulces"

"¡GRACIASS!". Dice con una sonrisa en el rostro, para de pirata no parecía mala persona, tal vez podría pedirle ayu... "¡EHHH! ¿QUE LE PASO? ¡SE DESMAYÓ!". Uraraka no sabía que pasaba, de un momento a otro hablaron y el solo se desplomó sobre la mesa.

"Oh no, seguro debió a ver comido uno las arañas venenosas, tiene apariencia de una fresa, tal vez no noto la diferencia". Dice un de los pueblerinos con cara de angustia. "¿¡Y ENTONCES QUE HACEMOS!? ¿Acaso se murió?". Dice entrando en pánico, ella no lo podía creer, apenas lo conoció y ya seguro le pasó algo. Uraraka cada vez pensaba que de verdad tenía muy mala suerte.

"Hombre... Demonios, me quedé dormido" dice con cara somnolienta. "EHHH QUE RAYOS DICES NOS ASUSTASTES A TODOS". Dice ella perdiendo la paciencia, casi le da un infarto del susto.

"Tranquila preciosa, no me pasará nada, soy un pirata y no puedo perder la vida por una simple comida". Dice con una sonrisa orgullosa. "!TONTO! Ya te dije mi nombre Uraraka. U R A R A K A. Aprendelo"

"Estoy impresionado, eres lo suficientemente valiente de comer en público, Comandante de la segunda sivisión de los piratas de Barbablanca.. Portgas D. Ace". Dice un hombre de cabello blanco y dos cigarros en la entrada del restaurante.

Mientras tanto vemos a un chico pelinegro con sombrero de paja corriendo hacia el restaurante más cercano, en busca de lo su estómago pide, comida.

"Gomu Gomu No Rocketoooo". Uraraka no puede creer lo que vió, acaba enserio un chico crear esos hoyos en la pared y por... ¡COMIDA! Bueno aunque ella entendería si fueran mochis, así que no suena tan descabellado ahora.

"¡Yum! ¡Este lugar tiene comida muy rica!". Dice tragando toda la comida del lugar. "Ohh. Gracias. Pero deberías probablemente escapar mientras puedas". Y muy cierto lo que dice el cantinero, si Ace es un pirata muy famoso y ese hombre un marine, estará en muchos problemas.

"Ohhh y ¿por qué?". ¿Este chico de verdad no sabe lo que hizo?. Uraraka no entendía como puede ser tan despistado, ella a veces lo era, pero no a esta cantidad.

Luego el chico al ver quién era la persona que mando a volar, decidió escapar sin pagar su comida. Y la verdad, es que a Uraraka no le parecía extraño eso, ya que por lo que hizo era normal que quisiera escapar, lo que de verdad no entendía es... !POR QUÉ EL  CHICO DECIDIÓ SECUESTRARLA AL OBLIGARLA A CORRER CON ÉL! De verdad que ella no tenía suerte, ohh bueno al menos pudo agarrar su paquete de mochis.