prólogo.

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la chica tenía una pistola en la cabeza, estaba apoyada en la pared y su respiración era entrecortada por una mano ajena.

mientras tanto el hombre la asfixiaba sin piedad, parecía que la situación le divertía.

se acercó a (n) y la mano de la joven sujetó la de él.

él mismo, fue quien los unió en un pasional beso, pasandole un tripis de lsd en el proceso. —traga.— dijo mientras no dejaba de apuntar el arma.

ella tragó y lo besó nuevamente, esta vez posicionando sus piernas en la cintura del impropio y sus manos en la nuca. este al momento tomó sus gluteos para que tuviera un mejor apoyo mientras la intensidad subía de nivel.

—te amo.— dijo suavemente mientras una solitaria lagrima derramaba de sus ojos.

—lo sé, (n), sé cuanto me amas.— dijo él para posterior soltar una risa nasal.

—no, espera. ¿cuánto me amas, (n)?— su cuerpo se erizó con esa pregunta, evitó su mirada tratando de concetrarse en las sirenas de policía que sonaban en la nocturna ciudad.

—mírame cuando te hablo.— le tomó del rostro con desesperación.

—y-yo, sanzu, no lo sé, yo...— la interrumpió con una fuerte risa.

—¿no sabes cuánto me amas, (n)?, ¿qué tanto-,— paró un momento y tragó con la garganta seca. —¿hasta dónde, llegarías por mí?—

—yo, sanzu. te amo mucho y tú...— se quebró en ese momento.

—¿yo qué, (n)?— la dirigió al balcón del apartamento dejando el arma sobre la cama y la posicionó en el barandal.

realmente estaba loco y no le importaba una mierda nada.

—t-tú, haru. no sabes lo mucho que te amo.— su cabello comenzaba a moverse levemente por el viento frío.

la miró con las cejas alzadas como si quisiera una explicación con una cara extrañamente divertida.

—y-yo...— tragó. —dejé a manjiro por ti, lo abandoné y, y me hice pasar por muerta, nadie sabe de que esté viva. lo dejé todo por ti, a mi familia, a mi trabajo, a mis amigos, todo.—

—¿y?— volteó los ojos. —mira, (n), sí, eres importante para mí y toda esa mierda, pero...—

—¿pero?— ella cuestionó.

—comienzo a dudar de tu amor.—

—¿qu-qué?— abrió los ojos horrorizada por su respuesta mientras continuaba soltando lagrimas.

—no lo sé, (n), eres una persona extraña.— la miró desde arriba con una mueca disconforme.

quién lo decía no era la persona más indicada.

después de unos minutos de sollozos en susurro ella habló.

—¿qué tengo que hacer para demostrártelo, sanzu? ya lo hice todo.— lo tomó de las muñecas fuertemente.

—acaso, ¿debería morir para que des cuenta de todo mi amor?—

él hizo como si lo pensara mientras la seguía sosteniendo en el balcón, ahora con una mano.

—no sé en que momento conocí a una persona como tú, no sé como fui capaz de enamorarme de alguien como tú.— un hilo de voz salió de su garganta y más lágrimas lentas y silenciosas.

cuando él balbuceó, ya era demasiado tarde.

ella se había soltado de él y ya no se sostenía del barandal.

estaba cayendo con la brisa en la cara y el rostro lleno de agua salada.

el joven en el apartamento no hizo más que llamar repetidas veces a su nombre.

—adiós, haru-chan.— fue lo ultimo que dijo antes de impactar contra el concreto.

pocos minutos después, se oyó un fuerte impacto de disparo en el edificio.

ese día, tachibana (n) y akashi haruchiyo fueron dados por muertos, la chica por segunda vez.

su "amor" fue pura dependencia mutua, nada más que eso.

sanzu en el manga para terminar el one-shot, gracias por leer

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sanzu en el manga para terminar el one-shot, gracias por leer.

never | akashi haruchiyo.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora