Tres meses después
Namjoon gimió, sus ojos vidriosos fijos en el techo de la oficina sin verlo mientras Jungkook lo golpeaba. Dios, nada debería sentirse tan jodidamente bien. No podía tener suficiente de esto. Se sentía cómo si hubiera nacido para tomar esa polla y cada minuto que no estaba dentro de él se sentía como un desperdicio. Si la adicción al sexo existía, definitivamente namjoon la tenía. Para su creciente desesperación, no se estaba cansando en absoluto.
En todo caso, había empeorado: ahora incluso el olor de Jungkook lo excitaba, diablos, todo en él lo excitaba.
Namjoon tuvo que detenerse activamente para no besarlo en momentos aleatorios frente a otras personas.
-Te quiero más profundo, -murmuró delirante, tratando de acercarlo más, más fuerte.
A diferencia de namjoon, Jungkook estaba completamente vestido excepto por su bragueta abierta, y el contraste entre ellos solo lo excitó más.
Jungkook se retiró y se estrelló contra él con fuerza.
Namjoon gritó.
-Mírate, -dijo Jungkook, sus ojos negros vidriosos recorriendo el cuerpo desnudo de namjoon. -Estás tan desesperado por una polla. ¿Cualquier polla serviría? ¿O quieres solo la mía?
Una parte de él, la parte distante que aún podía pensar, notó la extrañeza de la pregunta, lo posesivo de la misma. Pero la gente decía cosas raras durante el sexo. No debería pensarlo demasiado.
-La tuya, -murmuró namjoon, tirando a Jungkook hacia un beso necesitado. Dios, quería consumirlo, tragarlo entero. -Te quiero. Tanto.
Jungkook gimió y comenzó a joderlo más fuerte, sus embestidas perdieron el ritmo y se volvieron erráticas hasta que se estremeció y se derramó en el condón. Se sintió increíble, sentirlo perder el control y venirse antes que él, algo que casi nunca sucedió.
Era tan jodidamente caliente, pero dejó a namjoon insatisfecho. Gimió de frustración, apretándose alrededor de la polla que se ablandaba en su interior.
Jungkook le besó el cuello antes de arrodillarse frente a él.
Empujó aún más las piernas abiertas de namjoon y luego... Namjoon gimió, sus ojos rodando hacia la parte posterior de su cabeza mientras Jungkook tomaba su dura polla en su boca. Era la cosa más caliente que había visto en su vida: ver a su orgulloso y dominante jefe de rodillas, chupando su polla. Pero aun así no fue suficiente.
Su agujero palpitaba, ansiaba ser llenado, y namjoon gimió de frustración.
-Sé lo que quieres, -dijo Jungkook, quitándose la polla y moviendo la cabeza hacia abajo. Lamió su agujero y namjoon gimió, delirante.-No quieres que te chupen la polla, -dijo Jungkook entre lamidas. -Quieres que te coma, lamer tu pequeño agujero codicioso.
-Cállate, -dijo namjoon débilmente, con la cara ardiendo. - Odio las charlas sucias.
-Mentiroso, -dijo Jungkook, chupando su agujero, antes de lamerlo, una y otra vez. -Eres una puta por eso.
-Cállate y cómeme, -dijo namjoon, enterrando sus dedos en el cabello de Jungkook y presionando su rostro con más fuerza contra su culo. Más.
Jungkook se rió entre dientes y empujó su lengua dentro de él.
Namjoon se corrió tan fuerte que casi se desmaya.
Realmente, fue una maravilla que hicieran algún trabajo.
Para cuando namjoon llegó a casa ese día, lo habían jodido tres veces. Su culo se sentía un poco adolorido cuando se movía, pero después de meses de esto, su cuerpo estaba acostumbrado y no se quejaba mucho.