Silhouette║Sadie Sink y tú

Capitulo 45: Business Jet

POV _____

Nos subimos al auto, listos para el siguiente destino, pero el drama no tardó en surgir.

—Yo voy adelante —dijo Millie, sentándose con rapidez en el asiento del copiloto. Sadie estaba a punto de armar una escena, pero los demás la arrastraron al asiento trasero antes de que pudiera siquiera abrir la boca.

—Bien... —murmuré, acomodando el retrovisor—. ¿Qué hora es?

—Son las ocho de la noche —respondió Noah con una sonrisa traviesa.

—Gracias... —dije, justo cuando mi celular vibró. Un mensaje de mi hermano.

Álvaro:

¡Hey, Salvatore Junior! ¿Recuerdas la inauguración de mañana en la empresa?

¡Rayos, se me olvidó por completo!

Álvaro:

Como siempre... En fin, es a las ocho de la noche. Te esperamos en el Business Jet. No te olvides que es en Los Ángeles.

Vaya, qué refinado. Bueno, una hora en avión, no está mal.

Álvaro:

Tienes que ir sí o sí.

Sí, sí, iré con mis amigos. Que quede claro.

Álvaro:

Bueno, adiós.

Colgué el celular y lancé un suspiro.

—¿Quieren ir a una inauguración en Los Ángeles? —pregunté, mirándolos.

—Eso no se pregunta. ¡Claro que queremos ir! —respondió Millie, emocionada.

—Perfecto, entonces pasamos por sus casas para que alisten sus cosas, y luego nos vamos —dije mientras encendía el motor.

Malina me observaba, tratando de contener la risa.

—Deja esa cara de pendeja, ____ —dijo, tratando de hacerme reír.

—Mira quién lo dice —le respondí, soltando una carcajada ante su expresión de ofendida.

—Me mandaron directo a la mierda —se quejó Malina, dramatizando su desgracia.

—Parecen niñas de primaria peleando por el último chicle —dijo Finn, riendo.

—Te haría cosquillas, pero si lo hago, probablemente choquemos —respondí con una sonrisa, y vi cómo Jack me miraba levantando una ceja—. Además, Jack me mataría.

—Para nada —dijo Jack, cruzándose de brazos—. Finn y yo somos amigos.

—Ohh, Finn, te negó como mejor amigo, duérmelo —se burló Noah, estallando de risa.

—Cállate, cachudo —respondió Finn, imitando cuernos con las manos.

—Noah, con ese chico del bar tus gustos se fueron al garete —dijo Sadie, riendo junto a los demás.

—Oh, vamos, Sadie, que tus gustos tampoco son gran cosa —dijo Noah. Entonces me miró y aclaró—. No lo digo por ti, lo digo por Ted.

—¡Uf! —Sadie se quedó en blanco, sin saber qué decir.

—Si llegas a decir que Ted es lindo, no te besaré en un mes —dije, mirándola con seriedad.

Sadie me miró con una sonrisa maliciosa, y lo que dijo a continuación hizo que todos soltaran un "Valió".

—Bueno, Ted es guapo —dijo con descaro.

—Ya sabes las consecuencias de tus palabras, Sadie Sink —le advertí en tono serio.

Entre risas y comentarios, paramos en las casas de todos para que alistaran sus cosas. Luego nos dirigimos a mi casa, donde el Business Jet ya nos esperaba. Una vez que estuve lista, subí con los demás y nos preparamos para las cinco horas de vuelo hacia Los Ángeles.

Nos sentamos en el suelo del jet, junto a Malina, Noah, Jack, Finn, Millie y, por supuesto, Sadie.

—¿Cómo vamos a dormir? —preguntó Noah, siempre con preguntas existenciales.

—Con los ojos cerrados, ¿de qué otra manera se supone que dormiríamos? —respondí, haciendo que Noah me sacara la lengua. Yo, por supuesto, hice lo mismo.

—Maduren de una vez —dijo Finn, cansado de nuestras payasadas.

—Madurar es para las frutas —dijimos Noah y yo al mismo tiempo, riendo como niños.

—_____, ¿dormirás conmigo en el avión y también cuando lleguemos al hotel? —preguntó Jack, claramente tratando de evitar dormir con Finn.

—Sí —respondí con naturalidad, mientras Sadie me miraba levantando una ceja.

—No, tú duermes conmigo —dijo Sadie, agarrándome del brazo como si fuera su peluche favorito.

—Y tú conmigo —dijo Finn, apuntando a Jack.

—No, Sadie, yo dormiré con Jack —repliqué, mirándola con seriedad mientras ella hacía un puchero.

—Vamos, linda, duerme conmigo, por favor —insistió Sadie, acercándose con una mirada suplicante.

—¿Te dijo "linda"? —intervino mi hermana, que comía una manzana mientras nos observaba desde su asiento.

—¿Acaso no ves lo hermosa que soy? —respondí en tono de burla, causando que todos rieran—. Pero con el gusto tan exótico que confeso tener en el auto, mejor a ella no le creo.

—Jack, por favor, duerme conmigo —dijo Finn, agarrando a Jack por los hombros, con una expresión casi desesperada—. Hay muchas cosas que debo contarte.

Jack me miró, y yo asentí, dándole permiso.

—Está bien, dormiré contigo —dijo Jack, chocando puños con Finn.

—Entonces, ¿tú duermes conmigo? —preguntó Sadie, emocionada, volviendo a centrarse en mí.

—Con una condición —respondí, mirándola a los ojos.

—¿Cuál? —preguntó Sadie con una sonrisa que parecía la de un gato esperando el ratón.

—Cada una dormirá de su lado de la cama. Nada de contacto físico —dije con una sonrisa victoriosa.

—¿Qué? ¡No! Eso es completamente injusto —protestó Sadie, inflando las mejillas como si fuera una niña.

—Debiste pensar en eso antes de decir que Ted es "guapo" —respondí mientras me dirigía a uno de los asientos para dormir.

Sadie me siguió, resignada, y se sentó a mi lado.

—Pero... ¿puedo abrazarte? —preguntó con tono dulce, sentándose más cerca de lo permitido.

—Sin contacto, Sadie —respondí con firmeza.

Pero en un movimiento rápido, Sadie se subió encima de mí y me abrazó como si fuera su oso de peluche.

—Sadie, ¿cuál era la condición? —dije, intentando sonar firme, pero con una sonrisa inevitable en mi cara.

—Tu princesa se quedó dormida —bromeó Malina desde enfrente, observando a Sadie mientras se acomodaba más en mi regazo.

—Sadie, en serio, se supone que no debía haber contacto —dije, aunque Sadie no respondía, aferrándose aún más a mí.

—Es inútil cuando se duerme. Despertarla es más difícil que ganarle una apuesta a Noah —dijo Noah, haciéndome reír. Luego, una pequeña risa se escapó de los labios de Sadie.

—¿No estaba dormida? —pregunté, sorprendida.

—¿Quién sabe? —respondió Malina, levantando los hombros.

—Bien... pero solo esta vez, porque estoy inmovilizada —dije, resignada mientras Sadie se acurrucaba más cerca, finalmente tranquila.