Conduce, pequeña, conduce...

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Se miraba perpleja en el espejo de cuerpo entero que adornaba la habitación, su pelo castaño caía en pequeños rizos hasta su espalda baja, y pequeñas pecas marcaban su blanquecina piel. Se consideraba una chica normal, nunca bonita, pero siempre mantenía su autoestima alta, al menos en lo físico, pero aun así no era feliz.
Amy jamás se comportaba fuera de lugar, reía, o hablaba con alguien si no era estrictamente necesario, desde aquel episodio en que trato de escaparse su madre le había impuesto una personalidad que ella no era capaz de llevar en el día a día

Un día cansada de que le dijeran que hacer, como hablar y como pensar, tomo el auto de su mamá y empezó a conducir sin rumbo alguno, salió de la ciudad directo a la carretera, estuvo al volante toda la noche. Cerca de las 7 am llegó al poblado de Centralia, Pensilvania,

Según el conocimiento de Amy ese un pueblo fantasma debido al gran incendio subterráneo que aún se mantenía, a pesar de ese inconveniente decidió quedarse estacionada y pensar que sería de ella ahora.
Empezó a recordar como era antes de lo ocurrido con su madre, como era una chica alegre que le gusta bromear, salir y divertirse y como después a golpes su madre le enseño a tener el nivel sentimental de una piedra. Mientras navegaba en su móvil buscando algo como referencia para llegar alguna ciudad cercana, encontró una monologo de una cantante, e intrigada decidió leerlo:

"...Cuando la gente que solía conocer descubría lo que había estado haciendo y cómo había estado viviendo, me preguntaban por qué. Pero no tiene caso hablar con gente que tiene un hogar, no tienen idea delo que es buscar tranquilidad en otras personas, tener un hogar donde sea que recuestas tu cabeza..."

Entonces comprendió que no estaba sola, gruesas lágrimas cayeron de sus mejillas, siguió leyendo tratando de contener los sollozos ahogados de su garganta.

"...Cada noche solía rezar para encontrar a mi gente y, finalmente, lo hice, en el camino abierto. No tuvimos nada que perder, nada que ganar, nada que deseáramos más, excepto hacer de nuestras vidas un trabajo de arte..." ¡Vive rápido, muere joven, se salvaje y diviértete!

Entonces comprendió que solo ella tenía las riendas de su vida, ella era dueña de su identidad y de sus emociones...esa era la repuesta.

Libertad.

Porque estaba jodidamente loca, pero por fin era libre.

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