La última pieza del rompecabezas (Un pequeño homenaje a Roberto Gómez Bolaños)

Desapariciones

Eran las 6:30 de la tarde, sonaba en una habitación, específicamente en la sala, las bocinas del televisor prendido sintonizado en el canal de las noticias, dentro del cuarto olía a granos de café, más adelante se encontraba una chica sentada en el sofá de cabello chino, corto y castaño, piel clara, no era tan alta, tenía puesta la pijama, no veía la pantalla del televisor pero escuchaba atentamente a los reporteros, delante de ella había unos documentos con fotos que una mente que recuerda sus anteriores expedientes los reconociera y no solo ella, sino que también el mundo entero, pues los que eran los gánsteres más temidos ahora eran las principales victimas de los secuestros, lo sorprendente es que eran el Cuajinaís y el Tripa seca, una de las victimas no tenía nada que ver con los demás fue secuestrada, los documentos de la chica decía que esta casada, no tiene hijos, es hija única de una madre soltera pero su esposo si tubo conexión con las demás mentes, el esposo de la victima vive en la Ciudad de México, esa ciudad era muy conocida por sus calles peligrosas, pero no tanto como los temidos secuestros que están empezando incluso a plena luz del día, la misión era que encontrara la mente maestra detrás de todo este escandalo, la mente de la chica fue despejada bruscamente por el sonido de un teléfono de los 90's, tranquilamente se paró de su lugar, dejó su taza de café en la mesa de centro, bajó el volumen del televisor y descolgó su teléfono, la voz detrás de la línea habló.

-Hola.

-Hey.

-¿Cómo estás hermana? ¿Todo bien? ¿Ya te preparo tu funeral?  

-Ja ja ja, que gracioso Miguel, muy gracioso, esperó que mi 45 no se dispare solita y te de en la cabeza.

-Nunca vas a hacer eso.

-¿A no? Okey, si tu lo dices, nomás recuerda la vez que le atiné al asesino serial machete.

-... Olvídalo, solo quería hablar contigo y saber si estás bien, ya sabes que como buen hermano mayor, me preocupas mucho y más con el tipo de trabajo que tienes.

-Entiendo, solo deja de hacer bromas con mi funeral.

-Ji ji ji okey.

-Esa risita no me agrada.

-No te prometo nada.

-Bueno ¿así nos ponemos?- diciendo esto último suena una recarga de una pistola.

-Era broma, era broma, no te esponjes- dijo esto último con temor en su voz- no entiendo como puedes cargar un arma fácilmente.

 -Es con un permiso, no es fácil tener una y llevarla como un objeto normal a la calle.

-No refiero a tener una, sino a manejarla.  

-No es tan difícil.

-...

-Ja ja ja ja.

-Si bueno, solo quería preguntarte que misión tienes ahora.

-¿Para burlarte de mi?

-No para saber.

-Interrogar a el esposo de la víctima.

-Se oye fácil. 

-Ni tanto, si se trata de una persona que estuvo involucrado en algunas cosas ilegales.

-Ahh...- el sonido de un taladro se escuchó.

-¿Estas en construcción?

-No, hasta ahorita, te llamo luego ¿sí?- se cuelga.

-Hm....Hermanito- cuelga.