Panamá se encontraba sentada en su cama, faltaba una hora para la boda y ella ni siquiera se había empezado a arreglar, se había quedado viendo la repetición de betty la fea y evitando que los chiquillos se mataran entre si para acordarse, estaba frente a dos vestidos, dos pares de zapatos y una boina negra.
Creyendo que la boina era una exageración, la guardo en una caja, agarro el vestido rojo vino y las sandalias negras y se dirigió hacia la salida, en donde Rusia la esperaba.
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aLA madre no estoy muerta