Los deliciosos labios del rubio le estaban haciendo perder la razón, sabía que no debía combinar rubios y alcohol, pero es que era su debilidad, su kriptonita; besar rubios, no el alcohol, porque, aunque le gustaba el alcohol, no tenía problema con dejarlo de lado, a los chicos rubios sí.
- Me puedes repetir tu nombre - dijo con una sonrisa en los labios cuando al fin se separaron para tomar aire.
- Jimin, mi nombre es Jimin - respondió el rubio con voz cansina.
Hoseok rio y besó de nuevo al rubio que se encontraba a horcajadas sobre sus piernas, mientras una canción de electrónica barata, que sonaba por los altavoces, los envolvía.
- Hoseok ¿podemos irnos? - la voz de Seokjin llegó a sus oídos a través de la música, pero lo ignoró, los labios del rubio eran mejor que escuchar las constantes quejas de su hermano -. Por favor, Hoseok vámonos, no me gusta este lugar.
Hoseok detuvo el delicioso beso que el rubio le daba y miró a su hermano.
- Seokjin - y en su cara apareció una sonrisa falsa -, háblale a Namjoon para que venga a sacarte de este basurero y deja de joderme la vida.
Seokjin suspiró mientras rodaba los ojos y tomó asiento de nuevo junto a su hermano y Jimin.
Ver a su Hoseok comerse a su amigo Jimin le estaba dando bastante asco y no por el hecho de que los dos fueran hombres, sino por la forma y circunstancias en que lo hacían.
Sacó el celular y verificó su bandeja de mensajes, no tenía ninguno pendiente, pero no es que pudiera estar seguro de que nadie tratara de contactarlo, pues justo donde se encontraba la señal daba demasiado que desear.
Intentó marcar el número de su amigo Namjoon, pero la llamada jamás enlazó.
- Hoseok - volvió a intentar - Hoseok, Jimin, por favor, este lugar es horrible.
Hoseok volvió a separarse del rubio. - ¿Tú quieres irte? - Le preguntó con voz entrecortada por la falta de aire.
Jimin volteó a ver a su amigo quién manejaba una cara de pocos amigos a punto de explotar.
- Podríamos continuar la fiesta en tu apartamento - dijo en forma divertida y coqueta acomodando el cuello de la camisa de Hoseok -, ahí podemos hacer más que besarnos.
Seokjin sintió ganas de vomitar, no sabía si era por ver a uno de sus mejores amigos entrar a la boca del lobo como un cordero indefenso, o por el desagradable olor a cigarrillos que al combinado con el alcohol más barato y adulterado del planeta resultaba nauseabundo.
- Debo ir al baño primero - dijo Hoseok levantándose de uno de los sillones asquerosos de aquel pequeño bar de mala muerte.
- Que asco Hoseok - respondió Seokjin alarmado - ¿sabes cuántas infecciones debe haber ahí?
Hoseok se echó a reír. - ¿me quieres explicar de nuevo que haces aquí?
Seokjin rodó los ojos de nuevo. - ¿puedes apurarte para largarnos de este maldito lugar de una vez?
- ¿Qué diablos se supone que estás haciendo Jimin...? - fue lo último que alcanzó a escuchar Hoseok de Seokjin, pues la música envolvió cualquier sonido existente en su mundo.
Caminó hacia los baños entre las hileras de gente apretujada, mesas y sillones asquerosos. ¿Qué estaba haciendo ahí? Buscó entre sus bolsillos la caja de cigarrillos sabor menta que su hermano le había dado, sacó uno y lo puso entre sus labios sin encenderlo.
Los lavabos estaban más que asquerosos y el penetrante olor a orines estaba haciéndole querer vomitar todo el alcohol que había consumido durante la noche.
Se apoyó en una pared y pegó la nuca. Suspiró «¿Qué diablos estaba haciendo ahí?» Con la misma, salió de los baños sin siquiera hacer uso de ellos.
Un pequeño bullicio se escuchaba por sobre la música, al otro lado de los lavabos. Hoseok que era demasiado curioso no tardó en decidirse seguir aquel ruido que provenía de una especie de camerino-bodega.
Al estar más cerca de la pequeña habitación supo que era una persona rapeando algún tipo de freestyle.
Pensó en alejarse, pero aquella voz estaba haciéndole sentir perdido, tal como los labios del rubio le habían hecho sentir minutos antes. Un chico pálido y rubio hacía movimientos de manos con cada palabra que salía de su boca. Hoseok sonrió ante aquella imagen «Si así mueve la boca rapeando ¿Cómo será besando?».
Estaba a punto de acercarse al rubio, cuando notó que este no se encontraba solo.
- ¿Qué diablos estás haciendo aquí? - una voz provenía del punto ciego de Hoseok, una voz cargada de desprecio.
- He venido a participar en el concurso de freestyle - respondió el rubio con voz apagada. Su mirada también estaba apagada. - he venido a ganar.
No parecía que estuviera alardeando, lo decía completamente seguro.
- Tú no eres bienvenido aquí - respondió de nuevo la persona que Hoseok no lograba ver - ya te lo he dicho.
- ¿Es porque sabes que ninguno de tus perros tiene oportunidad contra mí? - fue lo último que el rubio pudo decir antes de que la persona que hablaba con él se materializara ante los ojos de Hoseok, tomando al rubio por el cuello de la camisa y propinándole un golpe en el estómago, que lo dejó tirado en el suelo.
Hoseok se había quedado paralizado, podía ver como el sujeto que hasta hace unos instantes había permanecido anónimo le propinaba repetidas patadas al pequeño rubio frente a él. No sabía qué hacer, pequeñas lagrimas empezaban a salir de sus ojos y trataba de contenerla con las manos sin mucho éxito, le fallaba la respiración y un profundo miedo se instaló en su pecho.
Una, dos... seis patadas, seis patadas fueron el límite. Cuando el sujeto corpulento desapareció al fin, notó que el rubio ya se ponía de pie ante él. Tenía la ropa desordenada y manchas de sangre cubrían su rostro y su camiseta blanca.
Hoseok se secó las lágrimas que aún le quedaban en las mejillas y se dirigió hacia el rubio recomponiendo su voz.
- ¡Hey tú! - gritó al rubio por sobre la música, cuando este pasó justo delante de él.
El contrario lo miró con asco y escupió lo que parecía un coágulo de sangre a sus pies. - ¿Qué demonios quieres?
- ¿Estás bien? - preguntó Hoseok mirándolo de arriba-abajo.
- De puta madre - respondió el rubio volviendo a escupir sangre.
Hoseok sonrió - Se nota.
- ¿Y a ti que carajos te importa?
Hoseok negó con la cabeza esbozando una sonrisa socarrona.
- Aléjate de mí niñito - y volvió a escupir por tercera ocasión.
- Me gustas - respondió Hoseok con una media sonrisa.
- ¿Qué carajos te pasa? ¿acaso crees que soy un marica? - el rubio estaba a la defensiva, la persona frente a él era demasiado extraña y ya le estaba haciendo perder los estribos.
- Qué asco - respondió Hoseok entornando los ojos - te quiero para animar mis fiestas, tu rap es bueno.
- No soy un puto entretenimiento - escupió el rubio, acercando su cara un poco más a la de Hoseok -. Con esto me gano la vida.
Hoseok sonrió de nuevo -. Ahora lo eres, mi entretenimiento, o ¿qué? ¿no necesitas el dinero? yo tengo mucho dinero, te pagaré bien.
El rubio dudó por un momento -. No te ves como una persona que suele frecuentar un lugar como este, pero ¿en verdad tienes mucho dinero?
Hoseok asintió.
- ¿Por qué estás aquí? - preguntó el rubio.
- Eso, también quisiera saberlo yo...
- Aquí estabas estúpido - la voz de Seokjin llegaba por encima de la música a escasos metros de él - ¿Dónde diablos te habías metido?
- Mi número - dijo entregando una tarjeta al rubio, antes de que los otros le vieran -, háblame mañana a eso de las diez de la mañana - y acercándose a su oreja agregó - la puntualidad me vuelve loco.
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Too late
Fanfiction|Hoseok sonrió de nuevo -. Ahora lo eres, mi entretenimiento, o ¿qué? ¿no necesitas el dinero? yo tengo mucho dinero, te pagaré bien.| Historia Sope y tal vez Namjin Aún no sé que más escribir aquí, así que me lo pensaré, estaré subiendo los demás c...