Capítulo 2

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- Me puedes decir ¿Qué diablos estabas pensando? - Seokjin se encontraba demasiado alterado. Apenas habían logrado salir de aquel bar de mala muerte, al que fueron por culpa de los caprichos de su hermano menor -. y ¿por qué ese tipo estaba lleno de sangre?

- ¿Puedes hacer silencio por solo un momento Seokjin? - dijo Hoseok lanzándole una mirada asesina- estoy tratando de pensar.

Seokjin rio exasperado, estaba frustrado ante la actitud de su hermano menor.

- Voy a llamarle a Namjoon - el más alto tomó su celular y comenzó a buscar entre sus contactos. - Hoseok, ¿sabes dónde diablos estamos?

- Su nombre - Hoseok se encontraba balbuceando, demasiado sumido en sus pensamientos como para escuchar a su hermano - he olvidado preguntarle su maldito nombre.

- ¡Hoseok! - gritó Seokjin - tengo a Namjoon en la línea, ¿sabes la dirección?

- Claro que no Seokjin - respondió Hoseok con ironía - envíale tu ubicación.

•••

Treinta minutos más tarde los tres chicos iban montados en un Honda Civic blanco de vuelta a casa.

- Muchas gracias por venir - Seokjin dirigió una sonrisa tímida a Namjoon, quien se encontraba manejando.

- Ya dile que te lo quieres coger y deja esas frases estúpidas - Hoseok se encontraba en el asiento trasero junto a Jimin, quien se había quedado dormido.

Seokjin volteo a ver a su hermano con cara de verdadero odio.

- ¿Me vas a decir que no es verdad?

- No, yo solo...

- Déjalo ya Seokjin - respondió Namjoon regalándole una sonrisa cálida a su amigo - está muy ebrio.

Hoseok rio por lo bajo y prefirió quedarse callado, el alcohol que ya hace un rato comenzaba a pegarle, le estaba revolviendo el estómago, la cabeza y el carro.

Seokjin le devolvió la sonrisa a Namjoon y también se quedó en silencio, si abría la boca se arrepentiría para siempre.

•••

- ¿Qué quieres? - Hoseok había contestado el teléfono después del sexto timbre, su voz sonaba demasiado ronca por las mañanas.

- Son las 10 en la mañana ¿Qué es lo que quieres tú? - el rubio era el que estaba llamando, Hoseok sonrió a la pantalla del teléfono.

- Hola - dijo Hoseok.

- ¿Hola? - respondió el rubio.

- Hoy empieza tu nueva vida - Hoseok soltó una carcajada.

- ¿Puedes dejarte de niñeras? - la voz del rubio al teléfono era demasiado sexy para Hoseok, molesto lo era más.

- Pero has llamado, justo a las 10.

- Si no me dices ahora lo que quieres, colgaré el teléfono y bloquearé tu número.

- Ya, ya, el 10 del próximo mes te enviaré una dirección, debes estar ahí justo a las 10 p.m. - Hoseok le sonrió de nuevo a la pantalla, aunque el rubio no pudiera verlo - recuerda que la puntualidad me vuelve loco.

- ¿Acaso tienes algo con el 10?

- Nada en especial, solo es un numero más como cualquier otro.

El rubio dudó.

- Falta mucho para esa fecha...

- ¿Acaso mueres por verme?

- Ya quisieras.

- Solo quiero que seas sincero.

- El dinero – dijo al fin como obligándose a hacerlo – necesito el dinero pronto.

Hoseok rio por lo bajo. – Te he enviado una dirección justo ahora, ve esta noche, ya sabes a qué hora.

Y colgó la llamada. Sin permitirle al rubio objetar sobre absolutamente nada.

Too lateDonde viven las historias. Descúbrelo ahora