Prólogo

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Tokyo, Japón 23 de diciembre; 8:30 pm

Edificio C piso 4 departamento 8

Tienes un mensaje en espera...

¿kazutora qué pasa hombre? Soy Draken
Esperaba contactarte, pero más que nada, solo quiero que sepas, um...
Que no puedes dejar que esta persona, esta situación retenga tu futuro, de lo que es bueno para ti... Porque al final del día, ya sabes, si esta persona no es para ti, entonces hay alguien mejor
Y solo piensa en eso, estás enamorado, pero hay alguien mejor para ti que ese alguien que ya amas, eso es una locura...
Entonces, sólo... sabes... Sólo espera, hombre, sé que es difícil...
Pero lo superarás y yo estaré aquí para ti Asi que llamame en cualquier momento, hombre, de acuerdo.



Chifuyu se encontraba sentado en la penúltima fila del bus con los audiculares puestos, el transporte iba casi por completo vacío a excepción de dos asientos al frente, ocupados por una pareja de cincutones...

Con la cabeza recargada en el ventanal, y el flequillo embarrado en este por el sudor que escurría debido al frio de afuera, miraba a través del cristal empañado y sus lágrimas caían con violencia por sus mejillas...

Perdido en su mente casi deja atrás la parada en la que le correspondía bajar, asi que con rudeza limpio sus mejillas y sorbio los mocos en su nariz, con paso apresurado bajo las escaleras de el vehículo en cuestión y su corazón se le subio a la garganta cuando su mirada se topo con una más intensa y profunda.

En el cobertizo de espera, se encontraba un chico de ojos miel y cabellos largos bicolor escondidos bajo un gorro negro, envuelto en una bufanda negra y abrigado con una chamarra bultosa azul marino, en uno de sus brazos llevaba enredado un abrigo afelpado por dentro y colgando de su mano, una cachucha de lana. El joven le regala una sonrisa dolorida al azabache, y sin esperar ningun gesto devuelta, se acerco y le coloco la cachucha sobre sus cabellos húmedos seguido de el abrigo sobre su ligero suéter helado por las bajas temperaturas.

-creo que jamás haras caso sobre abrigarte bien en estos días, mira nada más vienes tiritando de lo frío que estas, te resfriaras.

Chifuyu al escuchar aquellas palabras sintió su garganta burbujear por las lágrimas que estaban conteniendo y cuando pienso responder a aquella acusación, el chico frente a él, se volvió dandole la espalda y emprendiendo su camino en dirección opuesta a la que fuyu se dirigia.

Con las manos empuñadas camino a los bancos de acero bajo la cornisa y se siento por un largo tiempo 2, 3 quizás 4 horas, no lo sabia pero cuando se levanto para ir a su hogar, noto sus manos moradas deduciendo que perdió las noción del tiempo.

Su madre lo esperaba en la puerta de la casa con cara de preocupación y lista para regañarle, pero cuando miro a sus ojos, el corazón se le partió y decidió que no es el camino correcto.

- fuyu mi cielo ¿Porqué vienes así? Tardaste demaciado y estaba asustada.

La señora Matsuno hablo de forma suave y cariñosa, jalando del brazo a su pequeño hijo para así abrazarlo y entrar a casa.

- Lo lamento mamá, no volverá a pasar.

Las lágrimas no tardan en invadir los ojos del chico, haciendo que se aferrara al pecho de su madre de forma dolorosa y fuyu quisiera parar de inmediato, pero el dolor en su corazón no se lo permite.

Roma 🌃    kazufuyuDonde viven las historias. Descúbrelo ahora