CAPITULO UNO.

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Capitulo uno.

Mis piernas temblaban con fuerza, mis ojos cada vez más pesados: de mi boca salían varios gemidos débiles.

Mi débil cuerpo reaccionaba a cada embestida brusca que este daba, los roces de su frondosa barba se sentían con cada beso que depositaba sobre la piel de mi rostro.

-¡Es mejor de lo que pensé!-Dijo casi gruñendo.

Mis senos se movían a la par de las embestidas que me propinaba. Este hombre era repulsivo, pero no podía escoger a mis clientes o perdería los pocos que lograba obtener estos días.

"Al menos no es otro drogadicto" pensé para mis adentros mientras dejaba salir falsos gemidos.

El placer que sentía por este tipo de actos era cada vez menos, asi que tuve que ingeniármelas un poco para lograr complacer las exigencias de mis clientes. Repentinamente su cuerpo tembló un poco mientras daba la ultima embestida, quedándose en mi interior.

-¡Tómalo todo, zorra¡-Exclamo de forma despectiva, mientras terminaba de correrse.

Parecía olvidar que estaba usando un condón, o quizá solo era parte de su fantasía; la verdad no me importaba. Pasaron unos cuantos minutos, hasta que por fin pude salir de esa cama y comenzar a recoger mi ropa. El desgraciado deicidio que no podía esperar cuando entráramos, así que la desgarro en un burdo intento de apresurar todo y no perder tiempo

-Maldición, voy a tener que comprar otra.-dije en voz baja mientras salía de la habitación.

Una vez ya fuera me dirigía hacia la mía con el dinero y ropa en manos la cual estaba desgarrada por todos lados. Ya no servia, tendría que comprar otras la cual saldría un poco cara.

El cuerpo realmente me dolía pero solo era cuestión de acostúmbrame a cada cliente con los que me topaba.

Cerré la puerta y me apoye sobre ella, un fuerte suspiro salió de mi boca para así sentir mis ojos pesados, camine hasta llegar a la cama, me tire sobre ella como una ligera pluma y sentí la comodidad del colcho sobre mi cuerpo, mis ojos se cerraron y por fin pude dormir en paz.

Desperté de golpe. El sol estaba en su punto máximo, varios rayos de sol lograban entrar por la ventana. Mire la hora del reloj, bostece lentamente para luego levantarme de la cama más adolorida que ayer.

Una vez de pie camine hacia el baño. Mire el reflejo de mi cuerpo en el espejo; grandes ojeras debajo de mis ojos, unos que otros moratones hechos por mis clientes. Mi cuerpo también era un asco, mis manos y piernas estaban llenas de cicatrices que mi madre había hecho cuando se desquitaba conmigo. Les acompaña un par de golpes los cuales tenían un tono entre morado y azul.

Estaba demasiado delgada, a los lejos se notaba. Me veía fatal.

Suspire para así deshacérseme de la ropa interior, quedando completamente desnuda , me adentre hacia la regadera para después abrirla.

Después de arreglarme por la mañana. Me puse como pude aquella blusa maltrecha y falda arruinada. No tenia mas ropa, era la única que tenia "limpia", ahora debía gastar mi dinero para compra mas.

-Odio cuando se ponen rudos.-Susurre con desgano, para luego salir de mi habitación.

Era temprano, prefería salir a esta hora para evitar que alguien me viera por los pasillos y pudiera salir por la puerta de servicio. Poco a poco di lentos paso hacia la parte trasera del hotel, hasta que un ruido llamo mi atención. Fue un golpe seco en la pared que solo podía significar una cosa: Me descubrieron.

-¿Qué te dije de salir así?-Una voz masculina fue acercándose por mi espalda, mientras yo temblaba de miedo.

Seguro pensaran "es su chulo", pero no era así... él era uno de mis mejores amigos, y quizá el único, James. Un hombre joven que trabajaba como encargado del hotel donde vivía, siempre estaba al pendiente de mi, quisiera o no.

-N-no tengo otra opción-hice una pausa-Vamos, debo comprar más ropa.

-Pero no así-Me dio una mirada severa y me tomo de la mano con algo de fuerza, caminado hacia el cuarto de servicio.

Caminaba detrás mirando al suelo, era difícil verle a la cara sin que me diera un vergüenza.

-Quítate la ropa, intentare remediarla.-Dijo mientras sacaba aguja e hilo.

Asentí con la cabeza para así comenzar a quitarme la ropa. Le entregue mi ropa para así buscar algo con que taparme el cuerpo, realmente no me daba pena que me viera desnuda, no era la primera vez que lo hacía, lo que realmente me avergonzaba era que viera mi cuerpo en tal estado.

-Gracias por ayudarme, eres muy amable conmigo desde que llegue aquí-Lo miraba aun coser la ropa, parecía todo un experto pero no lo era, se había pinchado el dedo con la aguja un par de veces.-Te debo la vida por así decirlo.

-Y tu eres muy bonita, ¿lo sabes?-Dijo mientras aun cosía la ropa-Te he dicho ciento de veces que no hay de qué, al contrario. Me gusta ayudarte lo mas que puedo Sara.

Mis mejillas se ruborizaron en cuestión de segundos, James me entrego la ropa y me la puse en cuanto pude, me miro con una sonrisa radiante y se recargo contra la pared del pequeño lugar donde nos encontrábamos. No pude evitar sonreír, su alegría era contagiosa.

-Sara...

-¿Qué pasa?

-Trata de tener más cuidado con tus clientes, sabes que yo siempre estaré para ti pero no siempre podre salvarte el pellejo. Tú sabes a lo que me refiero.

-Es algo que no puedo evitar y lo sabes muy bien.

Antes de que digiera algo más me acerque a él y deposite un beso en su mejilla como forma de agradecimiento para después salir del lugar.

Una vez fuera del hotel comencé a caminar rumbo hacia una tienda de ropa, me adentre en ella y me fui directo hacia el área de mujeres. Buscaba una que otra prenda algo más femenina que las de costumbre. Había de todo, realmente nunca había usado algo tan femenino que para el "trabajo".

Después de unos minutos logre encontrar lo que quería; pantalones y blusas de colores bonitos, me acerque a la caja y deje las prendas en el mostrador. Una señorona de cabellos grises quizás por las canas me atendió, era muy amable.

-Buena elección, cariño. Seguro se te verán muy bien.

Dijo mientras metía la ropa en una bolsa. Solo sonreí amablemente para así dejar el dinero, tomar mis cosas y salir.

Ahora mimo caminaba por la cuidad ya con la ropa puesta que había comprado hace un par horas atrás.

Llegue a mi destino. FOUR SEASON HOTEL GEORGE V.

Ahí estaba el limpiando el mostrador, James. Tan apuesto como siempre. Me pare frente a él para llamar su atención, arqueo sus cejas en forma de asombro y me sonrió.

-Te vez muy bien Sara, me gusta.

-Gracias.

***

Hola.

Espero y les guste este roimer capitulo, creo que fue algo corto pero tratare de ir mejorando poco a poco.

Denle la oportunidad, me estoy esmerando más de lo habitual.

Hasta la próxima.

TURURURU.

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⏰ Última actualización: Sep 25, 2021 ⏰

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Sara MilessDonde viven las historias. Descúbrelo ahora