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-bien aquí están las pastillas que me pediste, no me costó mucho encontrar las, pero al ser fármacos de receta, moví unos cuantos contactos si vas a querer más de este tipo avísame con anticipación para tenernos listos y que no tarden de nuevo - contesta una joven de cabello castaño obscuro corto, lo suficiente como para hacer una media cola, ropa holgada con tenis y la gama de colores de su ropa era a grises.

-gracias querida - le da una carta de papel donde adentro tenía un fajó de dinero bastante considerable mientras el recibía la droga, su semblante cambio a una de felicidad  cuando los tenía ya en sus manos, sin esperar a más abrió una botella naranja dónde estaban las pastillas e ingirió dos de un solo golpe.

- bien hoy es viernes, dieron paga en los trabajos y el bar leronche tendrá muchos clientes -la joven da una sonrisa mientras cerraba bien su chamarra y metía el fajó en su bolsa-. entonces disfruta tus dulces, te veo en el bar si es que vas. -esto último lo dice de espaldas caminando por dónde vino para así levantar la mano haciendo un ademán en despedida.

La noche llegó y con eso el ambiente de los bares, desde los más guarracheros hasta los más importantes clubes nocturnos de Tokio, en el cual estaba la chica vendiendo los productos que se usaban en esos lugares, desde marihuana hasta cocaína, éxtasis, etc.  Ella junto con dos de sus compañeros se encargaban de ese bar llamado laronche, un bar de prestigio entre grandes mafias de gran reputación y claramente de gran dinero, este bar estaba más enfocado para los gatos de los jefes aunque realmente era normal verlos por ahí, pero ellos  tenían sus propios bares más privados,  la noche pasaba bastante bien, las ventas salían como pan caliente y claro que, así como vendían tenían propinas de a monton y dejas tú la propina, las grandes comisiones que tendría, esa noche comería como reina e incluso diría que por unas semanas hasta le sobraría dinero.

- Hola hermosa, tienes algo para mi esta noche- da una risa en burla y claro cinismo.

-todo depende, ¿que es lo que necesitas? -cruso las pierna poniendo su codo en la rodilla y su mejilla en la palma de la mano.

-tengo a unas personas que quieren de tus dulces, pero no puedes ir con esas fachas -le toma un mechón de cabello peinando lo hacía atrás-  por eso me tomé la libertad de buscarte algo para la ocasión, está en la camioneta y podrás vestirte, también le pedí a ti jefe unas cuantas cosas más para que las puedas vender, tú día está cubierto-

- ¿en serio?. ¿Qué tiene de malo mi ropa?- contesta la chica sorprendida observando al chico y a su sonrisa que aparecía siempre que estaba con ella, incluso podría decirse que esa sonrisa era especial o al mente de esta se la hacia lindo- en general dicen que me veo bien con lo que me pongo -hablaba mientras entraba en la camioneta negra muy grande y muy costosa.

pasaron unos minutos en los cuales ella se empezó a arreglar, en general la ropa que usaba era distinta a las ocasiones que debía estar, cuando daba sus dulces en la calle vestía con lo simple de unos jeans y una chamarra o  con pijama sucia de desayuno. En esta ocasión no podría usar unos  jeans ni la pijama, debía de ir mucho mas formal de lo que ella pensaba.

Al principio fuer un poco incomodo cambiar de ropa en la camioneta , puesto que el mayor no quitaba la vista del cuerpo que tenia en frente con  un vestido ajustado color azul rey llegando a tres dedos arriba de la rodilla, sin tirantes y en un tipo de escote recto dejando ver los lindos pechos que se formaban, en la cintura  tenia un delgado cinturón del mismo color al vestido, las argollas del cinturón era tono plata. Cubriendo los hombros, brazos y nuca un tipo de saco corto que llegaba a la orilla del escote, no tenia maquillaje y no tendría el tiempo como para hacerlo, agarro su cabello en una coleta que luego hizo como una bolita amarrándola con otra liga, para los zapatos usaría unos tacones  del mismo color al vestido no muy altos pero tampoco tan bajos, un tacón... considerable como para poder caminar cómoda. para finalizar sus accesorios contaban de una pulsera plateada y unos aretes en circulo con diamantes incrustados dando la semejanza de un circulo.

-siento que voy a vender biblias o algo por el estilo - estaban llegando al lugar adecuado, un hotel muy lujoso, primero salió sanzu para darte la mano y ayudarte a salir como todo un caballero- gracias...- tomo la mano para salir y un trabajador de botones le dio la maleta de color plata  con seguros, había visto algunos ya anteriormente pero con distribuidores  grandes.

- te recomendé con mis jefes y con algunos invitados mas que tenemos, espero no me decepciones - observo a la joven con una mirada un poco diferente una mas amenazante, como si unerror le costara la vida y ese era punto, sanzu cuando se trata de drogas no se anda con juegos de niños solo consumía de los mejores y la verdad las cosas que la otra le vendía era de las buenas, la encontró de una forma bastante cómica, su antiguo vendedor había entrado a la cárcel por la venta de estas cosas y la pusieron como quien sustituía  al otro.  

La mente de ella estaba en las nubes viendo cada objeto y detalle del hotel que no se dio cuenta que ya estaban en el ultimo piso, en un penthouse muy hermoso, con grandes ventanas y  la vista a la ciudad de noche con sus luces y majestuosidad lo hacían único, la verdad ni parecía un cuarto de hotel, mas bien era un departamento de lujo, pero ahí no acaba todo, al entrar mas al cuarto había varias personas en un sillón y otros en lo que parecía ser una pequeña alberca, ¿ a caso era posible que un cuarto de hotel tuviera una alberca pribada?, penso ella mientras era giada por el alto hasta una mesa, la cual puso su maleta.

-todo esto es muy bonito y elegante -seguia mirando de un lado a otro las decoraciones.

-si quieres un día te traeré con mejor tiempo, ahora vamos a darles lo que quieren, como parte  de tu pago tienes un cuarto para ti sola por si quieres dormir y ya mañana regresar a casa, las chicas lindas ni de eran caminar a altas horas de la noche sola - pronunciaba el pelirosa con una sonrisa de sarcasmo.

Los productos que llevo en esa noche se consumieron por completo por todos los invitados, ella ya no te iba mucho que hacer en eseigarasi que le tomo la palabra al rosadito para pasar la noche ahí y eso hizo, entronal cuarto que literalmente parecía del tamaño de un departamento, la cama era grande y muy cómodamente podría estar ahí girando en la cama sin caerse, entro a darse una ducha, en realidad no entia el porque de esa ropa si solo llevaría la droga y ni siquiera la presentaron, aún así terminar en un lugar así de bonito después de un día duro de trabajo no cualquiera podría darse ese lujo; salió del baño y con la toalla en la cabeza y una bata corrió hasta dar un salto y caer en las esponjosas sábanas y cobijas que te iba la cama.

- no estaría mal ahorrar para tener algo parecido, con las comisiones de hoy mínimo me podría comprar un departamento mejor al que tengo -se acurruca en las cobijas tomando una almohada para abrazarla y así quedar dormida un buen rato.

La perilla del cuarto se movió dejando ver una sombra, las luces estaban ya apagadas así que no se veía bien quién era el que entraba, la puerta de cerró a la entrada de este y sus pasos eran ligeramente lentos, se quitó los zapatos subiendo a la cama sin taparse la mano del mayor empezó a tocar el cabello ya suelto de la toalla y con una pícara sonrisa habló.

-te ves tan hermosa dormida, pareces una princesa que a dormido por Miles de años esperando el beso de su príncipe -le peinaba el cabello hasta que la chica daba quejidos de despertar- se supone que te debo de despertar yo ...no tú -se acerco rápido a la cara dándole un beso poniendo una mano en una mejora para no separarla. Lo único que hizo la chica en ese momento fue quedar anonadada ante la acción, no sabía cómo soltarlo aunque el beso le estaba gustando.

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⏰ Última actualización: Sep 29, 2021 ⏰

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