Prólogo

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Julio del 2024


El consultorio de la psicóloga Holbenin era algo escalofriante a decir verdad, con sus paredes de color gris, sus estantes blancos y solo con un cuadro con la fotografía de un gato en él, era algo simple pero a la vez aburrido y monótono. O también podría ser así porque ya había perdido la cuenta de la cantidad de veces había estado en el

Richelle Müller se encontraba en un especie de sillón, acostada boca arriba con sus manos entrelazadas entre sí, con la mirada fija en el techo de color blanco y con la mente en las nubes recordando aquel día, que por más que quisiera no podría olvidar jamás

La joven de 24 años sale de sus pensamientos cuando la puerta es abierta y por esta entra su psicóloga de hace cinco años, ya había pasado mucho tiempo desde aquel ¨incidente¨ pero ella lo sentía tan vivo, tan suyo, sentía que todo había sido su culpa

Observa a la mujer con desconfianza, pero recodando que desde hace mucho a intentado ayudarla con su ¨problemas¨ si es que así se le podría llamar a su condición, ella sentía que no avanzaban nada, aunque esta le dijera todo lo contrario. Richelle solo pensaba que ella quería ganar dinero a como diera lugar

.- ¿Cómo te encuentras? _ fue lo primero que dijo al sentarse a su lado en un cómodo sillón de terciopelo rosa, diría que ese era el único color del lugar, sin contar la vestimenta de la joven

.- Creo que bien _ hablo en un susurro restándole importancia a sus palabras mientras se encogía de hombros

.- ¿Qué hay para hoy? _ volvió a hablar Holbenin regalándole una pequeña sonrisa de comprensión

Para Müller no le tomó por sorpresa aquella interrogante, al contrario siempre era lo mismo, odiaba que las personas la observaran con lastima, lo único que lograban con eso era que ella se tuviera asco a sí misma, claro, si se podía tener mas

.- No lo sé _ fue lo único que pronuncio antes de girarse y observar a la chica

La verdad era que la psicóloga era hermosa, ni parecía de 32 años, se sabía mantener y a lo mejor ella podría decir que estaría así en un futuro, pero ni siquiera estaba segura si el día de mañana ella todavía existiría en esta tierra

.- No ayudas Richelle _ fue lo único que logro pronunciar cuando la antes mencionada exploto

.- ¡¿Cómo voy a ayudar si usted no sabe hacer su trabajo?! ¡Lo intento maldición, en verdad lo intento! _ lágrimas empezaron a salir de sus ojos _ pero cada día es peor, ningún hombre me puede ver porque siento que me hará daño, mi mejor amigo no se me puede acercar ni para abrazarme porque siento asco, me odio en todos los sentidos de la palabra y solo le puedo echar la culpa a alguien que ya no existe

La psicóloga la observo con algo que no era ni lastima, ni tristeza, Richelle para ella era una clase de experimento, un conejillo de indias, pero no lo mal intérpretes, ella pensaba que aquella chica era valiente porque seguía allí intentando seguir adelante, en verdad lo hacía, recordar todo lo que había pasado para ella era doloroso. Era mujer y no quería experimentar lo que su paciente ya había vivido, pero aun así pensaba que aquella mujer era un ser fuerte

.- Intento ayudarte _ antes de que pudiera continuar Richelle hablo

.- Podría darme una de esas pastillas _ señalo un frasco en un pequeño escritorio _ podría dormir bien

Holbenin negó con la cabeza, la última vez que le había mandado un medicamente para dormir lo había consumido todo, se quería suicidar y lo hubiera logrado si su mejor amigo no llegaba a tiempo

.- Sabes que no hare eso _ hablo con calma

No le gustaba alterarse con sus pacientes, sentía que no lograba nada. Pero Richelle era un caso especial, ¿Cómo lo sabía? Porque después de cinco años ella se había convertido en algo más que una paciente, no digo que Holbenin la vea como una amiga, se podría decir más bien que si ella lograr suicidarse eso si le dolería

.- Entonces no veo como me puede ayudar _ se sentó y observo a la psicóloga suplicante

Solo quería dejar este mundo, ya no quería sentir dolor, le dolía hasta el alma, a pesar de que el ya no este, era difícil seguir y más estando tan marcada, tan rota

.- Y si me cuentas la historia _ propuso esta mientras tocaba su hombro en señal de apoyo

.- ¿De nuevo? _ viro los ojos ya cansada de lo mismo

.- A lo mejor pasaste por alto algo importante _ intento animarla para que hablara

Richelle tomo un poco de aire antes de volverse a acostar, observando el techo entrelazo sus manos y como había sido al principio, recordó las veces que se lo permitió, recordó aquella primera vez, también el primer no y como olvidar el primer golpe. Nunca se imaginó que ese se iba a volver su infierno, estando tan cerca y a la vez tan lejos

Si solo hubiera escuchado, si solo se hubiera alejado a tiempo, nada de eso hubiera pasado

ObsesiónDonde viven las historias. Descúbrelo ahora