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En algún parque de Miyagi estaban unos niños jugando, cierta niña pelinegra se acercó al chico y le sonrió a un niño con lentes mucho más alto que ella.

—Hola, soy tu futura esposa. – Extendió su mano para que el niño con gafas la tomara.


—No serás mi esposa. – Dijo serio. – Eres fea. Además, no te conozco.


—Soy Akaashi Ichigo, vivo aquí con mis abuelos de hecho hoy acabo de mudarme.

Miro a su abuela la cual le sonrió, la saludo y volvió a mirar a su futuro esposo.

—¿Cómo te llamas? – Le pregunto al de gafas.


— Tsukishima Kei.


—Bueno, Kei casémonos en el futuro. – Le sonrió.

El chico solo la miraba, alzo la mirada y vio que su hermano se reía de la situación de aquel rubio, le saco la lengua y volvió a ver a la niña.

—No me voy a casar contigo. – Vio que la niña empezaba a llorar y se sintió mal por hacer llorar a una niña.


—Te dejare ir si encuentras una chica que ames tanto que ya no tengas ojos para mí.

La niña apretaba su falda. El rubio se rasco la nuca sabiendo que no se iba poder quitar a esa niña de encima, además pensó que tal vez ya no se la encontraría.

—Bien, me casare contigo si no encuentro a una chica más linda.

Paso el tiempo ambos volverían a su casa, para sorpresa del rubio vio que la azabache vivía alado de su casa, ahora debía cumplir su promesa o conseguir una novia para quitársela de encima.

...

Los años habían pasado ahora aquellos niños eran adolescentes iban a entrar a la preparatoria, pero además ahora no solo eran ellos dos, años después de su encuentro se les incluyo Yamaguchi Tadashi, el cual se había convertido en el confidente de la azabache, no ha tenido avance con el rubio, pero no se quejaba aún estaban "comprometidos" mientras él no encontrara una chica linda.

Llegaron al salón de clase, los tres estaban juntos en el mismo salón, pero separados de lugar, se dio cuenta que su chico había llamada la atención de varias chicas, pero ella también había captado atención de varios chicos, era linda de eso no había dudas, siempre se había cuidado para que Kei no se fijara en otra chica, se sentó en su lugar que era enfrente pero de lado de la ventana, El rubio se sentó en la misma fila pero a la mitad, el de pecas estaba tres filas a la derecha, prestaron atención a las clases.

El receso había comenzado, siempre comían detrás de los salones para evitar a las fans del rubio y de la azabache.

—Iré por un jugo, ¿quieren algo? – dijo la chica.


—Yo no, gracias Akaashi-san. – por más que le pidiera al de pecas que la llamara por su nombre él no lo hacía.


—Yo tampoco. – dijo el rubio.

Ella camino a la máquina, donde estaba un chico sin saber que elegir, ella simplemente espero, pero el chico no se decidía.

—¿Crees que pueda comprar primero? – Le dijo, el chico volteo a verla con una mirada sombría. – llevo aquí ya un tiempo y tu no decides. – El chico la miro y asintió, metió el dinero a la maquina saco un jugo de naranja y aplano otro botón para sacar una leche, se agacho y saco ambas bebidas. – Te he escogido leche, así no perderás más tiempo.

Se fue a donde se supone que debían estar sus amigos, pero no estaban, camino por el patio y choco con alguien, era un tipo castaño, parecía de tercer año.

𝑻𝒖 𝑬𝒓𝒆𝒔 𝑴𝒊 𝑳𝒖𝒛Donde viven las historias. Descúbrelo ahora