01

73.8K 4.5K 1.1K
                                    

꒰ ✧ Inicio ✧ ꒱

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

꒰ ✧ Inicio ✧ ꒱


JungKook estaba sentado en su silla giratoria con un gesto aburrido, acababa de terminar su trabajo hace poco.

Él trabajaba en las empresas Jeon, siendo éstas de su padre pero heredándoselas a él, al ser el único hijo.

Al cumplir la mayoría de edad, su padre se encargó de dejar las empresas a su nombre y todo a su cargo.

Siendo un chico bastante inteligente, logró manejar todo con astucia e inteligencia, logrando crecer y ahora tener todo lo que él quisiera.

Con un solo chasquido de dedos, tenía a todos a sus pies.

Y ni hablemos de los montonales de dinero que tenía para gastar. Simplemente tenía una vida de ensueño, pero disfrutando todo él solo.

O eso hasta ahora.

Se mantenía sentado en su silla, con un lapicero en sus manos y golpeándose la cabeza con este, sin saber que hacer, no tenía ganas de regresar a su casa ya que estaba solo y todo era muy aburrido. Estaba tan metido en sus pensamientos que no escuchó la puerta ser tocada, mucho menos ser abierta.

—Señor Jeon, perdón por entrar así, pero no me abría la puerta ni me respondía .. —Dijo una linda mujer rubia con falda azul marino, blusa de botones blanca y un saco corto, su secretaría.

JungKook negó despreocupado.

—No te preocupes, Rosé ¿pero qué te trae por aquí? —Preguntó el mayor entre curioso y confundido, según él, no tenía más trabajo por realizar.

—Oh, señor, solo quería recordarle que en unas pocas horas tiene que ir a un desfile de modas. —Exclamó la chica revisando algunos papeles que portaba en manos.

Jodeeer.

—Empieza a las siete, jefe .. —Habló, JungKook checó su reloj, las cinco. Bueno, tenía tiempo.

—Gracias por recordármelo, Rosé, puedes irte a tú casa. —Sonrió amablemente comenzando a recoger sus bolsas y buscando la llave de su oficina para poder cerrarla.

Caminó al elevador y se subió, soltando un sonoro suspiro cuando se quedó encerrado.

El encargado del desfile era un muy buen amigo suyo y no podía faltarle, ya le había prometido que iría, era un hombre de palabra y lo que prometía, lo cumplía.

¡Papi! | Kookv |Donde viven las historias. Descúbrelo ahora