Capítulo 2. Tic, tac.

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7:00 AM. Miércoles.

Me levanté energética, estaba feliz y no había necesidad de ocultarlo, después de alistarme bajé. Sooji me preparó un desayuno especial. La verdad, fue lo mismo de siempre, pero dejé que tenga un poco de orgullo, también estaba feliz por mi.

Primer día de trabajo, mi uniforme brilla y yo brillo con él.

Entré. Solo veía empleados estresados dando vueltas y caminando sin quitar la mirada de sus asuntos. Suspiré. "Mi vida está comenzando", me repetía una y otra vez en mi mente, tratando de mantener la poca positividad que tenía.

-¿Srta. Moon Minako?- Preguntó una empleada sacándome de mis pensamientos.

-Esa soy yo.- Dije seguido de una risa nerviosa. "Cálmate", pensé.

-Permítame dirigirla a la oficina del jefe, este hablará con usted, le dará un tour por la empresa y la llevará a su oficina.- Comenzamos a caminar, yo asentía a todo lo que ella decía.

Subimos al ascensor, ella gentilmente apretó el botón que indicaba el último nivel.- Piso 12, el último.- Dijo.

Llegamos, me señalo la oficina del jefe, aunque no era necesario ya que era lo único en el nivel. Le di las gracias mientras ella regresaba al ascensor, sonriendo.

Antes de entrar me arreglé ligeramente. Mi uniforme estaba perfecto, peiné un poco mi cabello extremadamente corto y vacilé, dudando si abrir la puerta o no. Me decidí y golpeé dos veces la puerta.

-¡Adelante!- Solo se escuchó.

Entré con la cabeza en alto. Me recibió un señor de unos cincuenta y tanto de años, a juzgar por sus arrugas. Me sonreía mientras yo cerraba la puerta.

-¡Bienvenida querida Moon!- Reía y agitaba mi mano como si quisiera desprenderme el brazo. Yo solo sonreía.- ¿Quieres agua?, ven, siéntate.- Negué su pregunta pero obedecí su sugerencia.

-Bien, Moon...
-Minako.- Dije ayudándolo.- Moon Minako señor.
-Oh, sí, sí, Minako.- Iba a ser un laaaargo día.

Comenzó a platicarme sobre lo agradecido que está de tenerme en su empresa, luego prosiguió con las normas, casi me quedaba dormida. Me dio el esperado y ansiado tour, me sorprendí al ver lo grande que es esto, todos trabajan arduamente y son bien amigables por lo que note a simple vista. De último pero no menos importante, mi oficina, me quedé estupefacta por unos segundos, era increíble.

-Espero que sea de tu agrado.- Obvio que lo es.- Ahora, si me disculpas.- Me guiñó un ojo y salió antes de que pudiera agradecerle.

Me encerré y comencé a saltar, esto es todo lo que soñé alguna vez. Acaricié con la yema de los dedos mi escritorio.

-"Señorita Minako Moon, encargada de diseño gráfico con fines publicitarios".- Leí, con orgullo.

Comencé a bailar al ritmo de mi felicidad. Me calmé después de retener mis ganas de festejar e hice mi respectivo trabajo, entregué diseños para esperar respuestas que me dirán si están de acuerdo al tema o no. Disfrutaba mi trabajo.

•••
8:00 PM
Ya acababa mi turno, estaba muy cansada. Al salir vi a todos reunidos viendo las noticias, me acerqué lentamente.

-Queremos avisarles a todo Seúl que andan vándalos sueltos en las calles,- Decía la reportera.- aún no se saben sus identidades, ni su punto de reunión, lo único que se sabe es que son tres integrantes, han robado cuarto bancos en esta semana, asesinado a tres personas y herido a cinco.

Todos se miraban desesperados.

-¿Qué acaso ya no hay cuerpo de seguridad en este país?- Cuestionó un chico al cual no llegué a ver bien.- Ni siquiera saben sus identidades, ¡Me tienen que estar jodiendo!

Me fui, estaba con los pelos de punta, no quería nada que interrumpiera mi gran día.

"Pero, para ir a mi casa tengo que pasar por un callejón", pensé, desde hace unos días sentía como que alguien miraba mis pasos y se mantenía al tanto de mi. "No, pero ellos no tratarían de secuestrar a personas inocentes, solo roban bancos... Y matan personas, ¡estúpida seas Moon!"

Luego aceleré mi paso, no quería arriesgarme.

-Tic, tac.- Di un salto del susto al escuchar esa voz, me detuve.
-¿¡Q-quién anda ahí!?- ¡Imbécil, mueve los pies!
-Tic, tac- Esta vez era una voz diferente.

Corrí sin mirar atrás esta vez. ¿Por qué a mi?, ¿Por qué ahora?, me preguntaba mientras aceleraba más mi paso.

Fallé, tropecé. Ya no podía defenderme.

Mierda, ¡mierda!

Me golpeé la cabeza, antes de desmayarme logré ver a dos de los tres vándalos, ¿cómo sabía que eran ellos?, me perseguían hace semanas, pero nunca les presté atención, cada vez fallo más.

"Tic, tac, tic, tac."

Sus voces jamás abandonarán mi cabeza.
Mi vida comenzaba ahora, pero en mi contra.

¿Piedad? [Pyo Jihoon] (P.O)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora