20| Te Amo

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—Yo me regreso con los chicos. —Avisé a mis amigas, ella con alcohol en la cabeza asintieron. Caminaban casi perdiendo el equilibrio, sus risas eran ruidosas, aunque estés más de un kilómetro alejadas de ellas, igual podrías escuchar sus contagiadas risas.

—Yo me las voy a llevar, para que estén seguras. —Nos informó Kio, llevando en la mano el llavero de la camioneta alquilada.

—No hagas nada de mayores, Kio. —Bryce burlón y también borracho, habló.

Josh entró a la camioneta, sorprendentemente sin Nessa. Él se sentó a mi lado, sin que los demás se den cuenta porque también estaban borrachos, menos Griffin, que estaba manejando la camioneta negra.

—Sabes, todos están borrachos. —Dijo Josh, escondiendo su cara en mi cuello, su lengua lamía mi cuello provocando que me sienta caliente, mordí mi labio inferior para no gemir. Pero era inútil, igual soltaba pequeños jadeos.

—Josh. —Gemí, en voz baja.

Su mano subía por mi entrepierna, debajo de mi falda. Su mano se quedó quieta en mi vientre. Abrí un poco mis piernas, por inercia.

—¿Te gusta? —Preguntó, aún con su cabeza en mi cuello. Su lengua como lamía mi cuello subiendo a mi lóbulo y dejando una mordida, haciendo que ya poco a poco salga de mis canales.

Los chicos bailaban y a veces se bromeaban dándose besos en aire, fingiendo besos entre ellos. Quinton grababa mientras bailaba con una canción de Ariana Grande. Se comportaban como unas "perras", por así decirlo.

—Josh, cuando lleguemos, hay que irnos a un hotel. —Le dije, tratando que las ganas de follar desaparezcan.

—Me lo debías, nena. —Hizo un puchero, mordiendo mi cuello.

—Sí, pero en otro lado.

...

—¿A dónde vamos? —Susurré nerviosa y una sonrisa en mis labios.

Josh me sostenía de la mano y entrelazó nuestros dedos, él me guiaba por toda la casa caminando, hasta que él encuentre "el dicho lugar" que está escondido en la casa alquilada.

—Josh. —Lo llamé nerviosa, él me mira y entramos a una habitación que está en el sótano.

—¿Qué hacemos aquí? —Preguntó observando el oscuro lugar que contenía una cama, y dos copas de vino.

Josh se alejó de mí, y me entregó una copa de vino blanco.

—¿Qué quieres hacer, Josh? —Pregunté mientras tomaba el vino.

Él sin decir nada, agarró con delicadeza mi mano para así guiarme hasta la cama.

—Josh, te amo. —Lo solté, aunque los dos lo sabíamos bien, sentía que debía de decirlo nuevamente.

Al decirlo, sentí como mi corazón empezó a latir rápido, mis manos empezaron a sudar y mis ojos quería rendirse y las lágrimas bajar. Me sentía nerviosa ante su respuesta. De ahí, supe que era muy dependiente a él.

—No sabes lo feliz que me hace escuchar eso. —Dijo antes de juntar nuestros labios y formar un beso cálido. El beso empezó a formarse más lujurioso.

Sus manos se posaron en cada lado de mis caderas, me sostienen contra la pared fría, impidiendo que me mueva.

—Quisiera tenerte así, todo el tiempo. —Comentó levantando una ceja, y regalándome una sonrisa egocéntrica.

—Lo sé.

Mi respiración se acelera cuando él se acerca a mi rostro. Inconscientemente miré sus delgados labios, él se percató de eso y se acerca más. Su rostro baja hacia mi cuello, él suspira haciendo que me estremezca, sus labios dejan un pequeño beso seguido de otro, otro y otro. Sus besos son húmedos en mi cuello, lo que me hace jadear.

𝙏𝙚 𝘿𝙚𝙨𝙚𝙤 ―Josh Richards―Donde viven las historias. Descúbrelo ahora