— Bueno Taka-chan me tengo que ir— habló el más alto desde la otra línea — te quiero, que dios te bendiga, bendición
— Eh, ¿Amén?— takashi no sabía que responder ante esa faceta de Hakkai, tal ves de los años de catequesismo si se le quedó algo
Colgó el teléfono para después pensar en la conversación que tuvo con el pelila y recordar lo que había dicho al final— Oh dios, que mierda acabo de decir