Comprometidos desde pequeños Bakugo Katsuki y ______ Hiroyomi se casaron a la edad de 17 años, el de cabellos cenizos entró a la U.A, una academia para convertirse en pro-heroes y ayudar a las personas.
Lo único malo en ello es que Hiroyomi no esta...
"Te casaras con él y punto" Exclamó Mitsuki viendo a su hijo con el ceño fruncido.
"¡No quiero!" Enfrentó a su madre, o a la bruja, como le decía siempre.
"¡No puedes obligarme a casarme con alguien que no quiero!" Gritó aún más fuerte llevándose un zape de parte de la alfa.
"C-cielo por favor calmate un poco" Se dirigió a su esposa el omega de cabello castaño tratando de parar todo el griterío.
"¡Suficiente!" Esta vez estaba furiosa. Con su ceño fruncido miró por última vez a su hijo para después señalar la escalera de aquella casa.
"¡A tu habitación!" Sus filosos colmillos salieron a la luz, causándole un diminuto escalofrío al peli cenizo que solo gruñó y se dio por vencido con la sangre hirviendo.
"¡Solo me voy porque no quiero escucharte o ver tu fea cara!" Fue lo último que dijo y sin más se dispuso a subir las escaleras.
"Hey" Llamó con nerviosismo a su esposa ya que podía sentir su brutal enojo.
Mitsuki al ver el estado de su esposo solo se calmó y se acercó a él para abrazarlo.
"Lo siento cielo" Murmuró con las mejillas de un tono rojo.
"Es solo que ese mocoso me enoja" Masaru solo abrazó a su esposa con una sonrisa.
"Yo solo quiero que él viva una buena vida" Suspiró y escondió su rostro en el pecho de su pareja.
[ En La Casa De Los Hiroyomi ]
"¡______!" Llamó una linda alfa a su hijo.
Rápidamente los pasos del nombrado bajando las escaleras no se hicieron esperar.
"¿Si, madre?" Sonrió y miró con atención como su progenitora cocinaba.
"¿Ya has preparado tu maleta?" Preguntó con una cálida sonrisa.
De pronto la feliz cara del menor cambió a una cara neutra y monótona.
"Si mamá" Esta vez habló con cansancio, ya era la sexta vez que se lo preguntaba.
"Bien, recuerda que mañana iremos a la casa de los Bakugo para tu cita y después su gran viaje" Sonrió contenta de tan solo pensarlo, su hijo mayor, la futura cabeza de los Hiroyomi se casaría con Bakugo Katsuki, uno de los omegas más fuertes que se hayan visto.
Pero entonces notó la cara monótona que tenía su hijo y frunció él ceño dejando el cuchillo de lado para ahora tomar las mejillas de su bebé.
"Escucha querido" El contrario se quedó callado mirando atentamente.
"Se que no te agrada mucho la idea de casarte" El peli blanco miró hacia otro lado haciendo un puchero.
"Pero necesitas un buen omega" Besó la frente de su hijo para después darle una dulce sonrisa.
"Lo se" Suspiró.
"También sabes que tu padre no lo hace para hacerte sentir mal" Volvió a tomar el cuchillo para seguir cortando las patatas.
"Si, lo se" Asintió levemente.
"Bien, ahora que está claro ve a buscar a tu padre" Empezó a lavar las patatas en el fregadero una por una.
"De seguro está concentrada en su trabajo asi que por favor ve a buscarla" Su hijo asintió y partió hacia la oficina de su padre.
Ya en el tercer piso se dirigió hacia una puerta negra con un nombre dorado en la puerta: "Hiroyomi Triyan".
Tomó algo de aire y tocó la puerta tres veces, escuchando un simple "Pase" desde el otro lado.
Abrió la puerta lentamente sin querer hacer mucho ruido para después cerrarla de la misma manera, lenta y silenciosa.
"¿Cómo estás cariño?" Preguntó una hermosa mujer de cabello largo y ojos azules sentada en su escritorio.
"Bastante bien padre" Hizo una leve reverencia y se dirigió a su lado.
"¿Y usted?" Su padre solo hizo un pequeño puchero.
"No tienes que ser tan formal querido" Se paró de su gran asiento solo para dirigirse a su hijo y tomar sus mejillas.
"Después de todo siempre serás mi bebé" Lo último lo dijo con una voz acaramelada e infantil.
"Papá, por favor no hagas eso" Se quejó.
"Mamá ya lo hizo y de verdad me duelen las mejillas" Suspiró con los ojos cerrados.
"Uh, lo siento querido" Se disculpó para volver a sentarse.
"Hablando de ella" Se refirió a su pareja alfa.
"¿Ella te envió?" Levantó las cejas en signo de pregunta. El contrario solo asintió.
"Bien" Volvió a pararse para dirigirse a su hijo y poner un brazo en sus hombros.
"Mejor vamos a ver que quiere tú mamá" Suspiró con sarcasmo.
"Sabes que es mejor no hacerla enojar" Ambos sintieron un escalofrío recorrer su cuerpo por completo al recordar la última vez que ella se enojó.
"C-concuerdo contigo" Los dos asintieron al unísono con la piel pálida.
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Siento que quedó muy corto, pero espero que les guste.
Seguiré con esta historia si ustedes quieren que siga.
