Semana Eremika Español

Juego de seducción

Shingeki no Kyojin es propiedad de Hajime Isayama.

Rating: E, bondage, sadismo, vocabulario fuerte.

Pairing: Eren x Mikasa

Smut con intento de trama, no hay resumen.

Canción: Canción Animal – Soda Stereo

...

Hipnotismo de un flagelo
Dulce, tan dulce 
Cuero, piel y metal
Carmín y charol

En el momento que Mikasa entró en la oficina con ese body de látex negro con escote de corazón dentro de un pantalón negro de vestir a juego y stilettos de charol negro en la mañana, sabía que esa noche ella y él consumarían el juego de seducción en el que habían caído. Ya no le importaba si Mikasa ganaba algún premio por su ego aumentado al saberse ganadora por seducirlo completamente y tenerlo a sus pies, solamente pensaba en deslizar sus dedos en la unión del body entre sus piernas.

Ambos sabían que sucedía con él y su gusto por el bondage y el sadismo en el sexo. Mikasa había mencionado que en sus tiempos de universidad escuchaba los rumores de sus gustos extraños de parte de su compañera de piso y lo ganosas que dejaba a las mujeres después de eso pero a ella le causaba terror en ese momento y evitaba cualquier contacto con él, aun así él no estuviera interesado en ella. Se carcajeó cuando le preguntó si ahora en su amistad de oficina y confianza de amigos aceptaría estar con él y en el momento que un sonrojo cubrió su rostro, él tomó eso como un rotundo sí.

Y como si fuera una premonición, ella se mostró ese día más interesada en él, inclinándose aún más frente a él mostrando el contorno de sus senos regordetes y si le tocara adivinar, diría que no llevaba nada bajo ese grueso body más que sus pechos esperando a ser lamidos por él. Él la esperó en la hora de salida en la cafetería del primer piso del edificio y vio sus piernas juntarse al verlo esperándola.

-¿Quieres compañía, Mikasa? – Ella asintió cansada. Se encontraba acalorada porque tenía una extraña afición por bajar por las escaleras de emergencia y no por el elevador y siempre bajaba fatigada y sonrojada por el esfuerzo. – Ven, te invitaré a un café.

-Eren, ¿Qué quieres? Esto es raro.

-Oh, ¿enserio?, Te dejaré adivinarlo. – Ajustó un mechón de su cabello pelinegro tras su oreja y acarició su rostro suavemente con su dedo.

-¿Ayuda en los informes de diciembre? – Negó lentamente y llevó su dedo a sus labios rojos. No le importaba realmente si alguien los veía. – Oh, no lo sé, Eren. Es decir, tengo una idea pero me da vergüenza decirlo aquí.

-Dímelo en mi casa, entonces. – Mikasa se sobresaltó y mordió su labio inferior. -¿Estás de acuerdo?

Cuando el cuerpo no espera
Lo que llaman amor

Un beso acalorado inició después de una alegre y activa charla de amigos y compañeros de oficina. Logró hacer que confesara que ese traje lo había comprado en una sex shop que visitó y entre gemidos confesó que había pensado en él cuando lo compró, por lo que determinó que había sido un empate y su ego seguía intacto.

Se deshizo del pantalón y le ordenó que se quedará en sus zapatos de charol. Su miembro se endureció en sus pantalones al verla con una retención que se cernía alrededor de su cuello y se unía por una cadena a sus manos esposadas hacia delante.