La pequeña muñeca cobró vida. La hija y su anciana madre, las cuales habían encontrado a la pequeña aquella misma tarde, intercambiaron una mirada preocupada.
Ella abrió los ojos y contempló a las humanas sentadas hablando. Había mas gente en la estancia, lo notaba. La pequeña tenía un arma, su retorcida mente que, ahora maltratada, acabó con la vida de sus inesperados anfitriones. No más gente, os lo tenéis merecido; pensó.
De la nada, la niña de bello rostro de porcelana se retorció de dolor. Dime pequeña, ¿cuál es tu secreto? Sus grandes ojos dilatados sangraron al compás de la música en mente.
Unas sombras la vigilaban a través de los callejones, riendo. Ella caminaba, caminaba cada vez mas rápido. Furiosa, un cuchillo agarró, fué directa a las sombras y ...El dueño de cuchillo la persiguió entre la multitud del mercado, mas aún, cuando llegó al callejón solo vió su afilado cuchillo tirado en el suelo, con un liquido de la más roja sustancia. Sangre.
Un grito se escuchó entonces en el cielo. Sorpresa. Seguido de risas, risas y gritos cada vez más fuertes aullantes del dolor.
¿Cuál es tu secreto, pequeña niña?