Dia 1. Shibari

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El ocaso atraviesa el extenso y vertical ventanal. El cuerpo que simula levitar en medio está siendo bañado en tonos naranjas, a causa de eso su piel brilla y da gusto observar, mejor dicho su anatomía entera seduce ya que parece tener oro derretido deslizándose por sus curvas.

Sus párpados se sienten pesados, con mucho esfuerzo logra abrir los ojos y enfocar cualquier cosa a su alrededor.

Todo está de cabeza.

Los diferentes cuadros decorativos que ha contemplado durante sus visitas a este lugar están al revés, no por ello pierden su toque creativo, por otra parte, de los muebles, jarrones y plantas no podría decir lo mismo.

Está elevado a menos de metro y medio sobre el suelo alfombrado. Su cuerpo se siente ligero a pesar de la posición.

"¿Me desmayé...?" Piensa Wang Yibo, lo considera un segundo y al mismo tiempo su lengua humecta sus labios.

Sus brazos están unidos muy cerca de su espalda, tentativamente apoyando la idea de guardar reposo sobre su arqueada columna, pero esto es imposible, están afianzados en línea recta y las cuerdas que le rodean los brazos han sido atadas en más de cinco ocasiones desde la mitad de sus bíceps hasta llegar a sus muñecas.

Es inútil intentar recuperar la movilidad de sus extremidades inferiores. Esta vez Xiao Zhan se tomó en serio la idea de probar la flexibilidad de sus piernas.

Sus rodillas están separadas a más de medio metro de distancia, pero específicamente la pierna derecha está atrapada, elevada y flexionada paralelamente a sus brazos.

Una cuarta parte de su cuerpo está entre lazos y nudos que fueron creados por su amante, como resultado de ello rastros rosáceos comienzan a surgir en su piel delineando los extremos donde pasan las cuerdas, creando marcas que más tarde serán contempladas y adoradas por besos o posiblemente por una lengua húmeda arrastrándose de aquí allá.

Los músculos de su pantorrilla izquierda están extendidos, sobre la planta de su pie hay dos ataduras rodeándolo, estas a su vez se entrelazan a una cuerda tensa que termina conectando con la que sujeta ambos brazos. Esto provoca que sus dedos del pie estén en puntilla en una línea diagonal que se dirige a un lugar que Wang Yibo en ese momento no puede observar ni le interesa notar.

El hormigueo en el muslo con atadura aparece una vez que está de nuevo consciente, respira rítmicamente y luego exhala al conteo del segundero que resuena en la sala.

Adora la sala principal y lo adaptada que está para este tipo de actividades.

Adora estar colgando del techo en la sala principal de la casa de Xiao Zhan.

Su manzana de Adán se desplaza con sensualidad cuando traga saliva. Aprieta los dientes al sentir espasmos entre sus glúteos.

Un plug anal.

Uno de tamaño s, asegura Wang Yibo.

¿Por qué Xiao Zhan usaría uno de esos con él? Siente su orgullo herido una pizca.

Arruga el entrecejo, su cuerpo tiembla y jadea con erotismo. A pesar del tamaño del plug usado este hace un trabajo increíble estimulando las terminaciones nerviosas que lo rodean.

Su abdomen se contrae, su erección respinga y su piel está adornada por perlas cristalinas. El sudor desciende por el ángulo de su mandíbula hasta abandonar su recorrido desapareciendo a simple vista y esparciéndose sobre la alfombra.

Le agrada tanto el dolor sobre su dermis. Cada centímetro de piel expuesta y afianzada a la cuerda hace que todo su cuerpo se incendie por dentro y por fuera.

KINKTOBER 2021 | OS |Donde viven las historias. Descúbrelo ahora