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Se suponía que aquella noche no debía pasar nunca, jamás en sus sueños más retorcidos se había imaginado que algo como lo que sucedía en esa habitación era posible. Nunca se le había pasado por la cabeza y sin embargo allí estaban, los tres sentados en un sofá en la habitación de invitados de la rubia mirando la cama en frente de ellos con algo de nerviosismo y tensión.
La mujer sentada en medio de ellos dos les veía con cautela y expectativa, tampoco se imaginaba estar nunca en aquella situación, pero no podía negar que tenía su morbo. Se convenció a sí misma de que solo era una noche cualquiera, un hecho puntual, una espinita que la mujer a su lado se quería sacar y ella pues fluía, sintiéndose libre de manejar su sexualidad a su antojo, sin tapujos, ni vergüenzas; confiaba en su relación lo suficiente como para sentirse segura.
Y lo mismo sucedía con la mujer de la esquina, no estaba nerviosa en sí, estaba más bien deseosa de poder explorar todo aquello que nunca había vivido antes y que por supuesto jamás se le había cruzado por la cabeza llegar a hacer, pero quería probar un punto y por qué no, cumplir una fantasía, una que a día de hoy nunca había expresado en voz alta, inclusive sentía cierta vergüenza sobre ello durante mucho tiempo, pero teniendo la novia que tenía pudo darse cuenta que el sexo la vergüenza no debería existir y que todo es válido si las partes que intervienen están de acuerdo.
Así que sonrió mientras se pasaba la punta de su dedo por el labio inferior, una sonrisa llena de picardía le hizo lamerse el labio mientras sus ojos se llenaron de un brillo que solo demostraba lo deseosa que estaba por empezar aquel encuentro que aunque insospechado, estaba deseando que ocurriera.
En cualquier caso, ocurriría solo una vez y se quedaría bien a gusto.
La tercera persona de aquel triangulo un poco raro e inesperado sonreía como niño en juguetería americana, movía la pierna ansiosamente deseoso de que iniciara lo que fuera que tenía que iniciar, pero tampoco quería presionar, a pesar de todo era un caballero y quería dejar que sus acompañantes decidieran el paso a seguir y marcaran el ritmo del encuentro.
Se preguntarán como es que se llegó a esto y es que...
-Voy a ver que tienen en el menú para celiacos, que el otro día a ese lugar al que fuimos me llevé la hostia del siglo con lo que me dieron, así que mejor compruebo antes, ¿vale? - Carol hablaba con la rubia a su lado colocando una mano en su pierna y esta solo asentía dándole un sorbo a su malteada de fresa. - ¿Vas a estar bien? - Ella volvió a asentir más entretenida en su bebida, la miró con adoración ante su gesto aniñado y tierno.
-¿Por qué no lo iba a estar? Ni que la dejaras con un ogro. - Roger respondió con una risa burlona acabando su ensalada de pollo.
Paula con las manos cubiertas por la gran sudadera rosa se aferraba a su malteada con ambas manos, lo miró por encima de sus gafas de sol, pero decidió no decir nada.
-Pau? - La voz de su novia fue suficiente para desviar su atención. - ¿Me das un beso? - Carol se inclinó sobre ella rodeando sus hombros con un brazo para luego acariciar su cuello, sabía que aquella situación no era de mucho agrado para su chica y por eso estaba extra pendiente de que no se sintiera incómoda. Paula solo se inclinó hacia ella y sellaron sus labios en un beso corto y dulce. - En seguida vuelvo. - Y le dio otro beso antes de levantarse y dejar aquel dúo a solas.
Luego de unos minutos en silencio, el señoro decidió decir algo más. - ¿Estás incómoda con mi presencia? -
-Hombre, no, como crees... Si a mí me encanta venir de tapas con el ex novio de mi novia, una puta maravilla, ¿no me ves? - Soltó la rubia con ironía por primera vez desde que se había sentado en aquella silla, se reclinó en ella y se dedicó a observar a quien por mucho tiempo fue su mayor amenaza.
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You. Me. Her
FanfictionOS PAUROL - ish En una realidad muy distante, 3 amantes se encuentran para cumplir un deseo oculto. Es solo sexo, del más primal y carnal. *DISCLAIMER* La siguiente historia no está escrita con el fin de herir susceptibilidades, ni molestar a nadi...