Mason.
Extiendo la mano con fastidio para alcanzar el móvil que no ha dejado de sonar sobre la mesita de noche a mi derecha. Quién sea que se digne a llamar a esta hora está en la fortuna de ganarse una buena reprimenda.
Sostengo el celular y observo el contacto con los ojos somnolientos. Anthony de nuevo. Se está acostumbrando a llamar a altas horas de la madrugada y eso no me agrada. Descuelgo la llamada y me pego el aparato al oído mientras aun tengo la cabeza apoyada sobre la almohada.
— Anthony, espero que esta vez tengas suficientes razones para haber interrumpido mi sueño. — respondo con la voz rasposa mientras masajeo el puente de mi nariz con disgusto.
— ¡He despertado a la bella durmiente! — responde él arrastrando las palabras y soltando una larga carcajada. Por la música que se cuela en la llamada concluyo que está en otra de sus fiestas de los viernes — Perdón, hermano, pero tengo un pequeño problema aquí.
— ¿Qué sucede ahora?
— Verás, estaba pasándola bien en la fiesta de Lucas hasta que Andrew y su grupo de imbéciles me retaron a una partida de póker. Entonces no quise negarme a eso y solo me prometí jugar una ronda.
Eso me hace espabilar de inmediato, porque solo significa una cosa: problemas. Me obligo a levantarme y a encender la lampara de la mesita de noche.
— ¿Te ha pasado algo?
— Nooo, estoy perfectamente bien. — puedo percibir el nerviosismo en su voz y el hecho de que está muy ebrio como para hablar con la suficiente claridad — Solo que...he hipotecado tu moto.
— ¿Cómo dices?
Me tiene que estar tomando del pelo.
— ¿Apostaste la moto en la partida? — le pregunto esperando a que sea una de sus jodidas bromas.
— Siii, ¿acaso no me escuchaste bien?
— ¡¿Perdiste la cabeza?!
— ¡No le ha pasado nada, lo juro!
Cierro los ojos mientras me masajeo la sien. El idiota creyó que apostar mi moto en una fiesta de mala muerte era una grandiosa idea. El eco de la música en el móvil solo hace que mi enfado vaya en aumento. Sin embargo, no me puedo enfrascar en enojarme ahora cuando mi moto y Anthony pueden estar en riesgo. Conociendo como terminan sus juegos, es mejor ir a solucionar el lío en el que se ha metido.
— Anthony, escúchame bien. Vas a quedarte justo donde estás y vas a esperarme sin jugar ninguna otra cosa. — demando mientras busco con rapidez una camisa en mi armario.
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SOLO SI ES CONTIGO
RomanceUna apuesta. Cuatro meses. Una decisión. La confianza es uno de los factores fundamentales para que una relación sea estable y pueda durar. Sin embargo, la codicia y la deshonestidad se hacen visibles en un romance arreglado. Mason Harvey, un ho...