"Si crees que la vida es mala, piénsalo mejor, se puede poner peor" De un clan asesinado y de un clan desterrado, Naruto demostrara que puede sobrevivir ante una vida jodida.
Ya habían pasado varios años desde la alianza entre los clanes Chinoike, Shirai Ryu y Lin Kuei gracias a Naruto. Al comienzo fue algo incomodo para todos, los Lin Kuei mostraban sus ganas de acabar Hanzo y su familia, aun si tenían que enfrentar a los Chinoike que aseguraron apoyar a Hanzo en su deber de restaurar su clan. Naruto agradecía que Kuai y su hermana ayudaron a que el ambiente se tranquilizara para permitir la prosperidad.
Al final del mes las tres familias estaban en trabajando en armonía, siendo los Lin Kuei los que trataban con el mundo exterior mientras los Chinoike resguardaban la aldea. Hanzo priorizo el entrenamiento de Satoshi, comenzó a transmitirle su conocimiento para asegurar que el legado de su clan no muriera con el.
Después de un mes con ellos nada supo mas, Naruto había dejado la aldea con su dos protegidas solo despidiéndose de personas importantes. No es que le moleste esos asuntos, simplemente paso demasiado tiempo con ellos lo que atraería la atención. Es un shinobi ambulante, poseedor de Kekei Genkai bastante raros y aprendiz de unos de los shinobis mas fuertes de mundo, además de no tener alguna afiliación eso ya le daría motivos a muchas personas para buscarlo.
A menos que lo quisiera, nadie lo encontraría.
"¿Qué es lo que quiere el seguro social?"
"¡Salud!"
O también cuando no trataba de ocultarse.
El animo dentro del burdel estallo con los gritos de varios hombres que bebían como si no hubiera un mañana y las mujeres hacían su trabajo. En una de las mesas privadas que es vigilada por dos personas bebiendo, una de ellas con dos mujeres jovenes con ropas provocativas.
"Oye puta, trae mas sake por aquí" grito el hombre con las mujeres. Es un hombre alto con un yukata abierto que mostraba su torso con cicatrices y un tatuaje de dragon. Su rostro con barba negra como su cabello, ojos negros y una cicatriz atravesando la nariz.
"Si, señor Yazako" respondió un mujer.
"Es la primera cosa que dices que no es una estupidez" dijo la segunda persona.
"Jajaja, lo dejare pasar por esta vez mocoso" respondió Yazako.
La segunda persona no era otra que Naruto. En los últimos años el joven Yuki había crecido bastante, siendo un hombre atractivo, alto y de contextura dura y muscular. Nada mal para tener solo 17. El único cambio curioso en el es que su mejilla derecha tenia tres cicatrices, se veían antiguas y asemejaban a tres bigotes de zorro. Solo le faltaría tener las misma cicatrices en la otra mejilla para que comenzaran los comentarios sobre eso.
