LO SABES

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Su misión era simple, su madre le dijo que solo debía asesinar a Madame Lan, de esa manera le harían saber a los demás clanes que tenían más poder que ellos.

¿Por qué? porque Madame Lan era la fundadora de los Lan, ella había levantado de las cenizas el clan de su marido, había traído a la vida a dos varones que perfectamente podrían llevar el clan, esa mujer era una leyenda viviente.

Por parte de los Jiang, su clan, su madre era fuerte, fue parte de aquella triada legendaria a la que todos los clanes aspiraban (Madame Lan, Madame Yu y Madame Wei), tras la traición de una a las otras dos la alianza se rompió, la cabeza de Madame Wei fue el primer gran triunfo de los Lan y la sangre de su esposo bañó la mansión Jiang, vaya idiota que fue al creer que los Jiang lo habían traicionado.

Yu Ziyuan sabía que llevaba una gran carga al ser la esposa del jefe de una de las mafias, debía darle un heredero cuanto antes, un hijo que pudiera llevar la corona en unos años, cuando su primer embarazo resultó en una niña fue que la triada sufrió la traición, como se lamentó su madre por ello, tras el asesinato de los Wei su madre descubrió que estaba embarazada, de él. 

Desde que tiene memoria su vida a sido complicada, expectativas a llenar, hombres en cada puerta que se aseguran que nadie lo asesine de noche, una gran historia para una película, una película de locos...

Cuando Madame Yu se enteró del hijo de los Wei y las condiciones en las que vivía el pequeño se enojó, su rabia se incrementó a niveles gigantescos, todo por culpa de los Lan, porque ella estaba del lado de los Wei, su esposo también, así que cuando supo de la existencia de este pequeño movió cielo, mar y tierra por encontrarlo lo antes posible.

Así inició su martirió, quizás su madre era una mujer impresionante, alguien a quien temer, alguien que era capaz de todo, pero su padre... su padre estaba loco, eso nadie lo sabía, Jiang Fengmian estaba enloqueciendo cada día que pasaba, tenía arranques de ira inexplicables, era algo indescriptible, no solo era que se molestara por incoherencias, a veces se reía en momentos inoportunos, se había vuelto sanguinario hasta los huesos y sus hijos pagaban los platos rotos...

Pero bien, la misión de hoy sería simple, debía dispararle a Madame Lan y herir a su madre para que pareciera un ataque de otro tipo, no una traición.

Su madre había invitado a Madame Lan a cenar para "enmendar el pasado" y su padre le había dicho que debía asesinarla y herir a su madre en el proceso, por esa razón estaba sobre el techo del edificio de enfrente, esos eran los puntos que utilizaba la policía siempre así que todos evacuarían pensando que los han encontrado y él podría huir fácilmente.

Suspiró por tercera vez en esos tres minutos que llevaba en el techo, tenía una puntería increíble, era muy bueno con las armas, era ágil y debía obedecer si quería vivir...

Su dedo se posicionó en el gatillo, fijó su vista en ambas mujeres que se notaban tensas y disparó, el blanco se tiñó de rojo, su madre se escondió bajo la mesa y él le disparó en el hombro, parecía que habían querido matarlas a ambas, bajó el arma con rapidez y se escondió, tenía dos minutos para salir de ahí si quería vivir

- Wanyin... - la voz decepcionada hizo que abriera los ojos con rapidez y girara hacía la puerta que estaba ahí, encontrándose con esos ojos claros que normalmente sonreían, ese par de ojos que lo veía con decepción 

- ¿Xichen? - Jiang Cheng quería lanzarse del edificio en ese momento 

- Ubicación confirmada... - Xichen habló y en un segundo había más de quince hombres ahí, apuntándole para que no se moviera, la decepción se volvió ira y se fue de ahí, no podía ver a Jiang Cheng


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