Epílogo: En la vida y en la muerte...

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Todo era un día normal para la agencia o bueno casi normal, Atsushi normalmente hacía los reportes que Dazai no quería hacer y tendría más trabajo de lo normal, pero ahora no es el caso, Dazai estaba haciendo sus reportes sin ningún tipo de queja y eso realmente los asustó esa mañana incluso Yosano lo había revisado buscando algún indicio de que se trataba de una suplantación, alguna habilidad (cosa que era casi imposible) e incluso buscó alguna enfermedad mortal, pero no.

Kunikida llegó a la oficina con un archivo en sus manos viendo como todo era teóricamente normal fuera del aterrador hecho de ver a Dazai trabajando, Kunikida llegó directo con Atsushi para entregarle ese archivo.

―Oye mocoso, ya que la mayoría está atendiendo otros asuntos ¿puedes encargarte de esto? –le preguntó Kunikida.

Atsushi escuchó un pequeño zumbido en su cabeza, pero fue solo temporal antes de tomar el archivo que le ofrecía el rubio.

―De acuerdo –dijo tomando el archivo.

Atsushi dejó sus cosas y se preparó para salir, pero nuevamente escuchó ese zumbido en la cabeza se la tocó en un intento de calmar la pulsación dentro de esta misma.

―¿Seguro estas bien? ¿No necesitas algún analgésico?

―No, estoy bien –minimizó el asunto -¿irás conmigo o Dazai?

Kunikida le indicó a Atsushi que se alejaran un poco.

―Yo tengo que acompañar al presidente a una junta y Dazai tiene que terminar esos informes.

―Mejor aprovechar ese milagro –dijo en broma el peliblanco.

Eso hizo reír también al rubio.

―No te preocupes, podré manejarlo –dijo Atsushi riendo también.

Atsushi caminó hasta la salida con el archivo en sus manos, esperó el elevador y se sobresaltó un poco al sentir un toque sobre su hombro y se encontró con la mirada preocupada de Dazai, eso lo extrañó un poco ya que nunca se acercaba de ese modo y nunca con esa mirada, más que todo eran burlas y sus típicas bromas e insinuaciones suicidas.

―¿Seguro que estas bien Atsushi-kun? –le preguntó con precaución.

Nuevamente llegó el zumbido a su cabeza, solo que ahora venía acompañado de gritos, de sonidos de salpicaduras, gritos de ayuda y golpes violentos. Pero solo sacudió la cabeza y luego le sonrió para tranquilizarlo.

―Sí, estoy bien tomaré unos analgésicos al volver –se acomodó la mochila dando una mirada a la foto de una casa algo descuidada.

El timbre de llegada del elevador sonó abriendo las puertas y antes de que el peliblanco entrara le dijo algo a su mentor.

―No te agradecí.

―¿Sobre qué?

―Por haberme traído cuando me desmayé.

Un pequeño flash acerca de un puñal en su corazón.

―Realmente no sé cómo agradecerte que siempre me salves.

―No siempre lo hago –dijo Dazai con una sonrisa divertida.

―Claro que sí.

Atsushi entró al elevador, pero antes de que las puertas se cerraran Dazai detuvo la puerta.

―¿Puedes terminar mi reporte cuando vuelvas? –preguntó con esos ojitos de cachorro que se le hacían tan adorables.

Ahí estaba el Dazai que conocía, así que con una sonrisa le contestó.

We'll meet again || DazatsuDonde viven las historias. Descúbrelo ahora