Capitulo 50: Secuestro

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POV _____

Todo iba según el plan... hasta que algo inesperado sucedió.

—_____, ¿puedes acompañarme un momento afuera? —preguntó Sadie, con una voz que parecía más grave de lo normal.

—Claro —dije, sintiendo que algo no cuadraba, pero la seguí de todos modos. Mientras caminábamos hacia la puerta, intenté romper el hielo. —¿Te vas a quedar aquí o planeas ir a la universidad?

—Voy a dar una vuelta con unas amigas. —respondió, aunque no pude evitar notar el leve temblor en su voz.

Salimos de su casa y caminamos en silencio por un rato. Estábamos bastante lejos cuando se giró hacia mí.

—¿Por qué me sigues? —preguntó, su tono repentinamente más tenso.

—No lo sé, solo te acompaño... —respondí con una sonrisa simple, aunque algo en su mirada me incomodaba.

Antes de que pudiera decir algo más, un hombre apareció de la nada, apuntándome con una pistola en la cabeza. Mi corazón dio un vuelco. Esto no es parte del plan, pensé, tratando de mantener la calma. Aunque, al ver su rostro, reconocí a Louis y tuve que reprimir una carcajada. ¿De verdad?

—¡____! —gritó Sadie con pánico, intentando correr, pero alguien más ya estaba detrás de ella, atrapándola.

—Rápido, métanla en el auto. —ordenó Dylan desde las sombras, su voz firme y decidida.

—¡No, no! ¡____! —gritó Sadie, mientras me arrastraban al interior del coche, el terror en su voz calándome hasta los huesos.

—¡Sadie! —grité, intentando sonar tan dramática como la situación lo requería, mientras Dylan le ponía un pañuelo en la boca. La vi desvanecerse lentamente.

Dentro del auto, miré a Louis con incredulidad.

—¿En serio pensabas dispararme? —pregunté, tratando de sonar relajada, aunque mi corazón aún latía con fuerza.

—Ja, ja, ni siquiera estaba cargada. —respondió, volviendo a su forma original, como si todo esto fuera un juego.

—¿Y qué fue eso de "¡Alto!"? —dije, imitando su tono. —En serio, parecía una escena de película mala.

Louis se encogió de hombros, pero Dylan interrumpió nuestras risas.

—Vámonos. —dijo mientras arrancaba el coche, dejando atrás el caos.

POV Sadie

Desperté en una habitación desconocida, el corazón me latía con fuerza y sentía el cuerpo pesado. Mis ojos tardaron en enfocar, pero cuando lo hicieron, vi a mis amigos y a mis hermanos alrededor.

—____... ¿Dónde está _____? —pregunté alterada, sintiendo el vacío de su ausencia como un puñal en el pecho.

—Tranquila, Sadie. Estamos en el hospital. Spencer salió a correr y te encontró desmayada en la calle, pero estabas sola. —dijo mi hermano Mitchell, tratando de calmarme.

—¡No! ¡Se la llevaron! —exclamé, al borde del llanto, sintiendo que me ahogaba en la angustia.

—¿A quién? —preguntó Millie, con el ceño fruncido.

—A _____. —les conté lo que había sucedido la noche anterior, con la desesperación creciendo en cada palabra. Todos se quedaron en silencio, con el miedo y la tristeza reflejados en sus rostros.

—No, no... por favor. —dijo Noah, golpeando la pared con furia. —No puedo... no puedo perderla.

—No quiero encontrarla muerta en un campo de lacrosse... —dijo Malina, rompiendo en llanto. La abracé con fuerza, mientras Noah la sostenía también, las lágrimas desbordándose por su rostro.

—Si es que le pasa algo... —dijo Noah, su voz temblando—. Le llevaré ese girasol desde Duloc, lo juro.

Las lágrimas empezaron a correrme también, mientras Jack se unía al abrazo.

—Llamaré a la policía. —dijo Finn, antes de salir rápidamente de la habitación.

Pasaron dos semanas desde la desaparición de _____ y cada día sentía como si el mundo estuviera desmoronándose. No podía dejar de pensar en ella. Cada segundo que pasaba sin saber dónde estaba, era como una cuchillada más. Estaba en el patio de mi casa, bajo la lluvia, mirando las estrellas. Cada gota que caía sobre mi piel era un recordatorio del vacío que sentía.

—Donde quiera que estés, ____... te encontraré. Lo juro. —susurré, dejándome caer en el césped húmedo. La lluvia mezclándose con mis lágrimas, recordando cada pequeña cosa de ella: cómo decía que le encantaba la lluvia, cómo se burlaba de mí por ser una niña de "mami y papi". Te extraño tanto...

—Sadie... ¿estás hablando sola? —la voz de Noah me sacó de mis pensamientos. Me giré para verlo, con el corazón roto. —Yo también la extraño... será un desastre, pero es nuestra desastre. —dijo con una sonrisa triste.

Lo abracé, sintiendo el peso de la culpa y la desesperación apoderarse de mí.

—Espero que esté bien. —dije entre lágrimas, mientras Noah me apretaba más fuerte.

—¿Hacemos un concierto para los peluches? Como cuando éramos niños. —sugirió Noah, con una sonrisa melancólica, tratando de alegrarme. No pude evitar soltar una carcajada.

POV _____

Las semanas aquí fueron duras. No ver a Noah y Malina haciendo tonterías, no sentir los abrazos de Sadie o sus besos... dolía más de lo que pensaba. Dylan me contó que mis amigos estaban viviendo un infierno buscándome, y eso me hacía sentir aún peor. No quería que ellos sufrieran por mi culpa, muy bipolar de mi parte.

Cuando Dylan y los demás se iban, me quedaba sola, atada a una silla que daba pequeños toques eléctricos si intentaba escapar. Por las tardes, cuando volvían, tratábamos de convivir como si todo fuera normal. Pero ese día, todo cambió.

—Hoy es el día. —dijo Amybeth, con una sonrisa oscura.

—¿Día de qué? —pregunté, aún sin entender del todo.

—Feliz día de tu muerte. —dijo Thomas, sin pestañear.

Me quedé helada.

—¿Cómo planean "matarme"? —pregunté con una ceja en alto, intentando mantener la calma.

—Iremos a la universidad, hoy hay un evento. Fingiremos tu muerte en el campo de fútbol. —dijo Thomas, su tono casi casual.

—No te preocupes, no será real. Solo tendrás que fingir. —dijo Louis, sonriendo.

—¿Y después? —pregunté, preocupada por el sufrimiento de mis amigos.

Dylan se acercó.

—Sé que ellos te importan, así que planeé algo. —dijo con un tono suave.

—Dylan, no, el propósito es que sufran. —Amybeth lo miró con rabia.

—Sí, sufrirán. Pero después "revivirá" y la dejaremos ir. Será humana otra vez, sin recuerdos de nosotros. —dijo Dylan. Las lágrimas empezaron a brotar de mis ojos.

—No quiero olvidarlos... —susurré, sintiendo que el fin estaba cerca.

—Siempre te recordaremos, aunque tú no lo hagas. —dijo Dylan, sus ojos brillando de emoción contenida.

—Nunca digas adiós, porque irse significa olvidar. Yo siempre los recordaré, aunque no sea consciente. —dije, con una sonrisa triste.

Este sería el final.

Silhouette║Sadie Sink y túDonde viven las historias. Descúbrelo ahora