unexpected change » chaesoo

cuatro

JISOO POV

Cuando me desperté, la ardilla seguía durmiendo. Se ve demasiado linda para ser interrumpida, así que la dejo dormir en paz.

Este es el momento perfecto para ver bien su hermosa cara y ¡Dios! Mis ojos están bendecidos... ella es realmente un ángel.

¿Cómo puede alguien hacer daño a una persona tan hermosa como ella? Esta frágil alma no se merece todo el dolor que ha estado sufriendo.

Besé su frente y me alejé lentamente de ella. Mi corazón late a mil por hora siempre que ella está cerca de mí. Una parte de mí deseaba que siempre estuviera aquí a mi lado para poder mirarla cada día, hora, minuto y segundo.

A estas alturas estoy sonriendo como un idiota, pero no podría importarme menos.

Mis pensamientos sobre la chica rubia se desvanecen tan pronto como el mismo dolor palpitante y familiar se dispara en mi cabeza.

Maldita sea, duele mucho... parece que mi cerebro está a punto de salirse del cráneo.

Bueno, la gente solía decir que toda enfermedad tiene su cura. O, para ser más precisos, una medicina. Y la mía son los cigarrillos, ayudan con el dolor pero no son buenos para la salud. Duhh es un hecho jk jk.

De todos modos, soy muy consciente de mi propia enfermedad, pero no me gusta tomar medicamentos. Así que para disminuir el dolor, fumo en lugar de tomar mis analgésicos.

Tomé un paquete de cigarrillos y un encendedor de mis pantalones. Luego tomé uno y lo coloqué entre mis labios mientras encendía la punta.

Cuando terminé, empujé la punta sobre el cenicero para evitar que siguiera ardiendo.

Tomé otro ya que necesito un poco de alivio para el estrés. Pero justo cuando estaba a punto de encenderlo, alguien lo sacó con fuerza de entre mis labios haciéndome estremecer de sorpresa. Lo tiró a la papelera que está justo al lado del sofá.

Me sorprendió muchísimo, así que miré a mi lado con una mirada de —¿Me tomas el pelo, zorra?—.

—No fumes, huele mal ¿sabes? Además vas a estropear tus pulmones así que deja de tomar esos palos cancerígenos antes de que te haga inhalar el humo del tubo de escape de tu coche— Me amenaza en un tono no tan juguetón, sus cejas se levantan y me mira con ojos de odio haciendo más evidente su cabreo.

Me encojo de hombros como si no significara nada pero, por si acaso, si lo dice en serio, guardo el paquete de tabaco dentro de mis bolsillos y me recuesto en el respaldo.

Suelto un fuerte suspiro antes de mirarla con cara de aburrimiento.

—Maldita sea, en serio, no puedo hacer nada cuando estoy contigo—, dije, molesto mientras me quejaba.

Ella me miró mientras se burlaba en voz alta, poniendo los ojos en blanco en el proceso, haciéndola parecer diez veces más sexy. No puedo evitarlo, es demasiado sexy.

—No estoy controlando tu vida sólo para que lo sepas. Pero sí, no dejaré que hagas nada que pueda dañar tu salud. Porque ¡eh! Alguien tiene que velar por ti y ese alguien tengo que ser yo—, dijo con despreocupación y encogiéndose de hombros.

Puse los ojos en blanco y los cerré por un momento. Me recuerda a cierta morena.

Vuelvo a suspirar antes de golpear con las dos palmas de la mano sobre la mesa de café haciéndola retroceder. No estoy enfadada, para que lo sepas. Se me acaba de ocurrir una idea brillante.

Bien, si eso es lo que quieres entonces lo dejaré. Pero tengo una petición. Ya que me hiciste dejar estos malos hábitos míos, entonces quiero que dejes de beber cada vez que te sientas triste o cuando tengas problemas....deal?— Dije con una sonrisa de satisfacción mientras una de mis cejas se levantaba.

Sé que soy inteligente, hushh ahora me estáis haciendo sonrojar kekeke.

Ella me mira con una mirada de —¿hablas en serio? Sin embargo, no es tan grave porque todos sabemos que Rosé es un alma maravillosa, limpia y pura. De todos modos, ¿en qué estábamos?

Pero pronto, ella asintió vacilante haciéndome sonreír en señal de victoria.

—Bien, es un trato. No estoy segura de poder manejarlo pero lo intentaré..... estarás ahí para cuando te necesite ¿verdad?— Preguntó insegura, sus ojos muestran un brillo de esperanza.

Me reí suavemente mientras miraba profundamente sus orbes de color avellana con ojos amorosos. No sé si se ha dado cuenta, pero es la mirada que le dirijo cada vez que se siente ansiosa por ciertas cosas.

—Creo que ya sabes la respuesta a esa ardilla. Pero para hacerlo aún más creíble, por supuesto que estaré ahí para ti Park Chaeyoung. ¿desde cuándo he priorizado algo más que a ti? Estás en mi lista de prioridades, no te preocupes, así que siéntate y relájate— respondí con una dulce sonrisa.

Ella sonrió cálidamente hacia mí y no voy a mentir, me derrite como en serio mi alma está en el suelo ahora mismo. La forma en que sus ojos forman una media luna perfecta cada vez que su sonrisa llega a sus ojos.

Su sonrisa podría, literalmente, matarme y me hace sentir un poco mareado por dentro. Maldita sea, esa sonrisa podría literalmente enviar a la gente al cielo. Llama a una de esas zorras pecadoras del infierno y probémoslo.

Entonces asintió con la cabeza y me abrazó. Sé que sigue sonriendo porque puedo sentir sus labios en mi piel.

Le rodeo la cintura con el brazo izquierdo antes de darle inconscientemente un picotazo en el hombro. Yo mismo me sorprendo, pero por suerte ella no se ha dado cuenta. Eso me hace sentir un poco aliviado y molesto al mismo tiempo.

Dios, estoy tan enamorado de ti Chaeyoung. Si no fuera un total cobarde para expresar mis sentimientos.

No me molestaría tanto, si tuviera las agallas para decirte lo que siento.

Pero tengo miedo...

¿Seguirá todo igual si me confieso?

¿Será capaz de actuar con normalidad a mi alrededor?

¿Seguirá nuestra relación como mejores amigos si de alguna manera me rechaza?

Esos pensamientos me molestan mucho y me hacen pensar dos veces antes de confesar. Es decir, no quiero arruinar lo que tenemos. Estoy feliz de que ella sea feliz, ¿sabes lo que quiero decir? ¿Quién quiere arruinar eso? Nadie por supuesto así que prefiero ser un marica que confesar y arruinar todo lo que tenemos ahora.

No olvides tu plan Jisoo, en algún momento tendrás que hacerlo y te dolerá. Lo sabías muy bien así que no intentes complicarlo aún más.

Eso me sacó de mis estúpidas fantasías.

Sí... soy consciente de ello pero mientras ella sea feliz sé que voy a estar bien.

Sin embargo, no te preocupes, me confesaré cuando finalmente me crezcan un par de pelotas. Es una broma, pensaba confesarlo pero no ahora.

Habrá un momento en el que ese día finalmente llegue, pero... estoy seguro de que para ese momento, probablemente me odiará. Quiero decir, lo sabía. Por eso tengo que estar preparado mental y físicamente para lo que sea que ella vaya a hacer o decirme.

Pero ahora mismo vamos a disfrutar de nuestro tiempo juntos.

Todavía falta mucho, pero seguro que te voy a echar de menos cuando llegue ese día.