Cinco.

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“Jamás desesperes, aún estando en las mas sombrías aflicciones. Pues de las nubes negras, cae agua limpia y fecundante”

Anónimo

El fin de semana se pasó volando. Mi gerente me dio libre sábado y domingo ya que iba a empezar en recepción y debía de leer un libro de hoteleria para aprender a tratar con los turistas que llegaban a nuestro hotel, así que Sergio y yo decidimos pasar tiempo juntos, hace tiempo no lo hacíamos, entonces, el día sábado fuimos de compras quería cambiar un poco mi estilo y él también. Desde que le hablé de Harry anda muy cariñoso conmigo, quizá piensa que me siento mal pero, no es así, ya lo he superado, o sea digo que he superado mi golpe de suerte ese día por cruzármelo y que me haya golpeado a mí y no a otra persona.

Luego de eso fuimos a arreglarme el cabello, Sergio quiso que me lo cortara para que no haya “horquillas”, sí, en comillas ya que yo cuido mucho mi cabello y no tengo horquillas. Me hice la manicure y pedicura fue un día para engreírnos. Luego fuimos a comer y queríamos ir a casa caminando para hacer un poco de ejercicio pero, cómo cada día de compras las bolsas nos lo impedían. El día domingo era su cumpleaños así que le hice un picnik en el parque cerca de casa, lo organice el mismo día ya que estaba pensando en cosas distintas y no me había acordado, si no fuese por la alerta del celular que puse hace tiempo él se hubiera enojado conmigo. Llevé cuatro emparedados, sus frutas favoritas que eran casi igual a las mías, agua y refresco. Luego de conversar, reír y chismosear caminamos a casa y empezó a llover, Sergio siempre quiso ser actor pero su flojera le ganaba, así que justo cuando empezó a llover a montones sacó el mantel de la canasta, se la puso encima, mientras corría gritaba diciendo que era un super héroe, luego cantaba firework de Katy Perry, fue el mejor domingo de mi vida, llegamos empapados a casa, en la tarde vimos películas hasta que Sergio quedo profundamente dormido en mis piernas, me paré sin despertarlo, fui a mi cuarto por una manta y lo abrigue. Ese día no dormí bien por culpa de los truenos y relámpagos así que casi toda la madrugada me puse a leer, sabía que mañana empezaba un nuevo día y sentía que algo bueno iba a pasar.

No sé en qué momento quedé dormida ya que mi alarma me despertó a las cinco. Hoy no quería ir a clases de baile, no dormí bien así que preferí salir a correr. Me puse una pantaloneta, un polo holgado y unas zapatillas, me conecté mis audífonos y salí de casa. Mientras corría pensaba en las cosas que iba a hacer el día de hoy, como iba a estar de recepcionista tenía que estar a las ocho en punto en el hotel; mi sobrina llegaba hoy por lo tanto tenía un cargo más. Al llegar me encontré con un Sergio adolorido

-Buenos días cariño

-Oh Sophia, recuérdame que no debería dormir en este sofá nunca más –Dijo este frotándose el cuello

-Está bien –Reí –Sergio, no olvides ir por mi hermana al aeropuerto, tengo que ir al hotel temprano hoy –Agregué mientras iba a mi cuarto, cuando estaba en este grité –No dejes que vaya al hotel por mí, es muy molestosa y mucho menos le cuentes sobre Harry

-¡QUE PESADA ERES! –gritó

Me di una ducha rápida, me cepille los dientes me vi al espejo y wow mi corte me quedaba muy bien, el día de hoy y los demás días que tenga como recepcionista tenía que ir arreglada ya que iba a ser la imagen del hotel. Mientras esperaba que mi cabello secara me aliste, me puse unos jeans ajustados negros que compré con Sergio el sábado, unos botines negros que tenía un taco cómodo para mí y la camisa de recepción. Cuando mi cabello secó me hice una coleta y empecé a maquillarme, me eché un poco de corrector porque como no dormí bien, tenía ojeras; base y polvo. Mientras me miraba sentía que me faltaba algo

-Creo que te hace falta un delineado delgado en tus parpados, rímel y un bálsamo para tus labios

-Mierda Sergio, me asustaste –Chillé

-Sólo te ayudaba y ten –Me entregó una taza de café y dos tostadas

-Gracias, tú también recuérdame no volver a desayunar en el cuarto –Reí

Al terminar de maquillarme, di un bocado a las tostadas, tomé el café y volví a lavarme los dientes.

Llegué al hotel y estaban arreglando y había tres tipos de seguridad en la puerta

-¿Qué pasó? –Dije un poco incomoda

-Unos chicos de una banda vendrán hoy, no sé más, sólo nos dijeron que no dejáramos que nadie entre y salga en el momento que ellos lleguen –Agregó sin alguna emoción en su rostro

-Y ¿quiénes son ellos?

-No podemos decirlo señorita, ya que no queremos muchas fans aquí el día de hoy –Dijo mientras sacaba su walkie-talkie –Señor Gerardo, lo necesito en recepción ahora mismo, hay una chica que quiere saber quiénes son los chicos

-Soy la recepcionista y debo saber quiénes son los que van a venir hoy, no estoy enterada de esto –Dije con brusquedad

-Oh, perdone es que como el Señor gerente Manrique es el que anda en recepción…

-Viajo y me dejó acargo, ¿un problema con ello? – le corté

-Perdone usted – dijo mientras sacaba el walkie-talkie –Señor Gerardo, era la recepcionista, un mal entendido

No vuelva a equivocarse -Dijeron desde la otra línea

Sin dejarlo decir algo más me di vuelta y caminé a recepción.

¿Qué les sucede a estos hombres?, ¿no se dan cuenta con quien estaban hablando? Y porque mi gerente no me aviso sobre esto. Estoy enojada, muy enojada –Pensé

Mientras esperaba a esos cinco chicos, hice un llamado a todos los empleados para darles algunos recados que me dejo apuntado el señor Manrique.

-Bueno chicos, hoy no sé quiénes vienen pero quiero que se comporten como lo que son, sé que suena duro pero son empleados así que no pueden tomarse fotos, no pueden tener una charla con ellos y mucho menos pueden quedárselos mirando como si fueran lo maravilloso de este mundo ¿Me escuchaste Natasha?

-Oh si señorita, perdone ya no volverá a suceder –Dijo con vergüenza. Natasha era la menor de todos, tenía dieciocho años y prácticamente era fan de todos los cantantes que existían. Cuando llego Justin Bieber se le lanzó encima, igual fue con cada uno de los chicos de 5SOS y sólo se hiso una foto con Miley Cyrus a la fuerza, porque ese día recuerdo que Miley llegó enojada y no quería paparazis, entonces Natasha se acercó y saco el teléfono, Miley le dijo algo como “jodete” y ella igual se puso en su camino de nuevo y la abrazo teniendo una foto horrenda de las dos.

-Bueno, pueden empezar con su rutina, cualquier cosa estoy aquí, adiós –Me despedí

Después de dos horas llegaron tres autos negros y una limosina, como querían que no se dieran cuenta en donde están si traen un montón de vehículos, es obvio que alguien importante está siendo traído. Seguía mirando para ver quiénes eran en realidad hasta que lo vi.

-Oh Dios, no –Murmuré

Era él, estaba con unos pantalones negros, una camisa transparente que hacían lucir sus hermosos tatuajes quisiera verlo sin esa camisa, digo para ver los tatuajes, Dios, perdón no quise pensar eso, es que no me deja pensar bien, tenía las botas de siempre y sin darme cuenta estaba sonriendo, estaba golpeando a Niall y se reían, luego Zayn saltó encima de Harry y le dio un beso en la mejilla, Harry lo apartó y me miró.

-¡Mierda! –Murmuré agachándome y escondiéndome debajo de la recepción

-¿De quién te escondes Sophia Lennord? –Preguntó Harry sentado a mi lado. ¿Cómo demonios llegó tan rápido?, ¡ni lo sentí!.

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Hooooooola, ¿están bien hoy?, espero que sí. Quisiera saber si les sigue gustando, por favor comenten me gustaría saber más de ustedes.

Sophia Lennord - H.sDonde viven las historias. Descúbrelo ahora