PRÓLOGO

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El color del cielo ya iba perdiendo el naranja y celeste, llamando a la oscuridad como invitada un par de horas y que deslumbrara junto a las estrellas, la belleza de la noche.

El sonido del claxon de los carros que circulaban por el centro del pueblo ya empezaban a disminuir, los locales comerciales cerraban sus puertas ya entrada la noche. Las luces de los faros hicieron aparición e iluminaban a las personas para dirigirse a sus hogares y descansar.

El pueblo era tranquilo y todos se conocían, saludaban educadamente y eran muy serviciales. Las casas pintorescas y bonitas, adornan el pequeño pueblito, poseían colores claros y recubiertos de algún material en las paredes para evitar que se filtrara el frío.

A pocos metros del centro, había una de las casas más bonitas del pueblo, que era el hogar de Taehyung y su esposo Hoseok. Envidiablemente extenso el terreno como para construir varias canchas de fútbol.

Hoseok se encontraba mirando una película junto a sus hijos pequeños, frutos del matrimonio con Taehyung. Pensando en las opciones para cocinar por ser un día domingo y también evitar que se durmieran muy tarde, ya que al día siguiente tenían clases.

Se podría decir, que ahí el amor reinaba, pero en los últimos meses la relación con Taehyung no había sido muy buena. Solían discutir, por cosas sin sentido, pero se reconciliaban al llegar el fin de semana.

Llevaban aproximadamente quince años juntos y unos dos menos de casados, bastante tiempo y del cual la mayoría se llevaron de maravilla. Se conocieron, enamoraron y Taehyung aceptó que Hoseok tenía otro hijo, se fueron de su natal Daegu para ir al pueblito donde los acogió de manera muy amable y dando prosperidad a su hogar.

El timbre del celular de Hoseok lo sorprendió, levantándose con cuidado para no hacer mucho ruido. El número desconocido apareció en su pantalla y dudó en contestar, pero lo hizo al ver que luego de perder la llamada, le llamaban nuevamente.

—¿Aló?

—Hoseok… ¿Jung Hoseok?... ¿Hablo con el? —la voz de un hombre se escuchaba del otro lado.

—Si… —no entendía de que iba la llamada pero si no le decían pronto, colgaba.

—Su esposo, el señor Kim Taehyung sufrió un accidente… fue atropellado por un auto.

—… —solo se escuchó un gemido agudo de sorpresa que llamó la atención de los niños presentes y su hijo mayor.

—Su esposo acaba de fallecer.

Su esposo acaba de fallecer.

Su esposo acaba de fallecer.

Se repitió esa frase innumerable veces en su cabeza y soltó el celular, golpeándose con fuerza, mientras su mirada se encontraba perdida.

Jungkook, se levantó de inmediato y tomó a su padre, antes de que este se golpeara en el suelo. Lo vio pálido y las pupilas dilatadas por la impresión. Con ayuda de los más pequeños, lo sentaron en el mueble de la sala y el mayor tomó el celular para saber la razón por la que su padre estaba en shock.

—¿Aló? ¿Aló?... Lo llevaron al hospital, pero en el camino no aguantó y falleció.

—Ya vamos —respondió luego de unos segundos para luego cortar la llamada y atender a su padre.

Pensaba que quién podría estar hospital y la primera persona que se le cruzó en el mente fue su tío Yoongi, hermano de su padre Hoseok.

—Padre iré al hospital para ver quién está ahí —Jungkook se arrodilló ante Hoseok, mientras los más pequeños lo abrazaban preocupados por su progenitor.

—No es necesario —la voz le salió débil. Se acercó al oído de su hijo mayor y le dijo. —Era Taehyung —murmuró en hilo de voz para romperse a llorar.

Y ese era, es el que da la idea a Jungkook, quién logró entender todo.

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Truths That Hurt [VHope]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora