- ¿señor?¿señora? - la voz chillona de una chica con su traje desarreglado y su pelo igual, inundó la sala de el palacio blanco, llamando la atención de las dos personas en este.
ellos la miraron, confundidos por su tal atrevimiento de interrumpir sus horas de ajedrez, ella mirándolos, asustada se arrodillo y hizo una reverencia.
al parecer, no podía creer que estuviera enfrente de ellos dos, los hermanos que todo lo ven o los hermanos del mundo. ellos solo la miraban con aire de supeoridad.
¿era tan difícil sólo que ella hable sin mostrar miedo ante ellos o hacer una reverencia?, estaban cansados de eso, de cada persona que cruce por su paso se les arrodillen o pidan sus bendiciones. que las personas se lancen para lamer las suelas de sus zapatos nuevos o que besen sus manos para sentirse bien con ellos mismos.al parecer era difícil en estos tiempos ser ellos, por eso luego de un tiempo en la realidad actual, decidieron volver el tiempo atrás, a una edad medieval, dónde los reyes eran los que estaban en la cima y había gente que los idolatraba, eso alimentaba el ego de uno de los dos, y las estrategias en esos tiempos, le alimentaba el ingenio al otro.
aunque se estaban cansando de ser eso, lo bueno es que tenían todo el mundo en sus manos, podían chasquear los dedos y que todo sean destruidos, pero ya no se divertirian.
todo en este mundo era aburrido ahora, así que luego de un tiempo chasquearon los dedos por primera vez en años, ¿que habían cambiado?, no lo sabían, solo lo habían hecho y dejaron todo a la suerte.tal vez sea la única vez que no sabían que hacer, habían experimentado todo lo que había para hacer en el maldito mundo y aún así no se sentían cómodos con nada, no se sentían llenos con ellos mismos ni con las personas que los rodeaban o con la historia que ellos mismos formaron para ellos y eso era el problema, todo lo que habían hecho hasta ahora era organizado, era algo que ellos estaban pensado y ahora, por primera vez, dejaron todo a la suerte, dejaron que todo vaya fluyendo, que los sorprenda, que los emocione, que los enoje.
el chasqueo de sus dedos habían sido hace un poco más de dos semanas, dos semanas las cuáles ellos solo se aburrían y al parecer luego de esas semanas, algo había pasado, la chica la cuál había entrado por la gran puerta del palacio parecía extremadamente asustada, incluso estaba con una tez pálida, aún más de lo que un humano podría lograr y una capa de sudor la cuál se notaba desde lejos, cubría su cara con algo de tierra en ella.
ellos le movieron un poco la cabeza, para que esta siguiera con su habla.
- las gemas... - habló con su voz entrecortada - desaparecieron
eso los sorprendió, ¿las gemas?¿de esas gemas estaba hablando?, al parecer luego de unos momentos en dónde se habían tomado el tiempo de levantarse y correr literalmente hacia la sala especial, una la cuál estaba vigilada por varias personas de confianza, con armas en manos.
las dos personas entraron, jadeando ante la corrida que habían dado y mirando a la pequeña mesa en el centro de esta, la cuál estaba iluminada por un rayo de sol dorado que daba solo en el centro.
se miraron, y solo pudieron pensar que sería sus fines, una de las personas soltó unas suaves palabras a la otra, dándonos a entender cuál era su relación con esa persona y los pronombre de estas.
- hermano... - la voz dulce de la chica resonó con eco en la habitación.
- papá no debe saber nada de esto - él habló, con una mirada difícil de descifrar hacia el espacio vacío - nadie debe saberlo - dirigió despacio su mirada hacia la chica la cuál les había dado él mensaje - nadie.
luego de unos momentos ellos dos salieron, volvieron a su lugar habitual y no se supo nunca más nada de lo siguiente que pasó.
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colors days
Fantasycinco personas las cuáles en sus vidas pasadas fueron personas mágicas y con ciertos pasados oscuros o algunos muy buenos, son elegidos para volver a su mundo, sin saber realmente, dónde están. ¿te atreverás a adentrarte a este mundo dónde habrá mag...