Ha pasado un tiempo... La última vez que te vi estabas en el altar esperándome; estabas ansioso, eufórico y tus ojos color whiskey tenían lágrimas, de felicidad tal vez. Ese día fue tan mágico que me atrevo a decir que fue uno de mis días favoritos, porque estaba contigo, a tu lado, bailando al ritmo de Ed sheeran y riendo por tu tío que bailaba cada canción con una mujer distinta. Mis suspiros se mezclaron con la música cada vez que te veía sonreír; era algo perfecto, y fue simplemente inolvidable.Cuando éramos niños siempre hablábamos del día de nuestra boda; cómo sería, en donde sería, y con quién sería. Siempre coincidíamos con nuestras respuestas; nos casaríamos en un bosque, y tendría que ser en la época del año más linda, primavera. También iríamos descalzos y toda la decoración sería blanca con toques dorados; pero lo que más me gustaba de nuestros gustos, era que queríamos hacerlo juntos, cumplir nuestros sueños juntos y llegar al altar con sonrisas de orgullo y felicidad. Ahora, era diferente la situación, por el simple hecho de que no íbamos descalzos y yo no era la novia.
Debí suponer que cuando te presente a Margaret ibas a sentir cosas por ella. Estuve feliz cuando me dijiste que te gustaba; también cuando me dijiste que habían tenido su primera cita y tiempo después su primer beso. Lloré de alegría cuando me dijiste que ya eran novios y cuando me dijiste que se casaban quedé sin palabras. Todo lo que soñábamos lo ibas a cumplir, sin mi a tu lado, pero lo harías.
Me sentí feliz con todas esas noticias, pero era feliz porque te vi a ti feliz, con tus ojos brillando de la emoción y amor, escuchando tus carcajadas cuando estabas con ella y viendo tus nervios en cada cita que tenían porque temías arruinar algo. Siempre pensé en ti como mi mejor amigo, pero eras más que eso; eras la persona que me subía los ánimos, que me hacía reír; que me defendía de cualquier persona aún sabiendo que yo podía sola; eres la persona que me sacó de ese fondo cuando más lo necesitaba, y muchas veces fuiste la persona que lloró conmigo la muerte de Newt y gritábamos de emoción cuando vimos a Teresa morir. Esos recuerdos, esas palabras tuyas que me levantaban día a día, fueron la gota para hacerme entender algo, darme cuenta de que todos estos años, altos y bajos, risas y gritos, han sido lo que me mantenía en pie, siguiendo, evolucionando como persona; y eso también afectó en mis sentimientos, porque no pude evitar no enamorarme perdidamente de ti. Caí, caí hasta el fondo por ti, sin aviso, solo lo hice, y fue algo tan lindo pero tan triste a la vez. Con los años aprendí que si no podías ser feliz conmigo, lo serías con alguien más y eso me llenó por completo.
Con esta carta me despido de ti, porque ya llegó mi hora, el día que tanto esperé a que pasara, porque lo merezco y estoy feliz de haber podido avanzar y dejar todo atrás, a ti por ejemplo. Nuestra amistad se vio interrumpida por tu prometida y ahora esposa, y está bien, si las cosas pasan por algo, por algo será. También quiero decirte que fuiste mi amor de infancia, de adolescencia, fuiste mi amor de verano, de invierno, primavera y otoño, lo fuiste las 24 horas de mi día y los 365 días del año. Estoy feliz por todo lo que has logrado y lograrás, no lo haremos juntos como lo prometimos cuando pequeños pero lo cumpliremos, eso es lo importante. Me queda poco tiempo así que con esto último te digo que soy feliz, soy la mujer más feliz del planeta porque encontré mi razón, después de años pude ser feliz por mi cuenta y lo logré, aunque con el tiempo fui encontrando una felicidad mucho mayor a cualquier otra, y por fin pude entenderte.
Me reviviste de la oscuridad, fuiste mi luz de luna, mi sol en las tinieblas y pudimos haber tenido más, pero si es correcto, te veré en algún momento.
Te amaré un infinito y te odiaré un abismo.Juliet, dejó el lápiz a un lado de la hoja. Miró sus letras escritas y sonrió satisfecha, aliviada y feliz. Se paró y arregló su atuendo; sintió golpes en la puerta dándole a entender que era hora, con pasos firmes se dirigió a la puerta y agarró el brazo que le ofreció su hermano, con una sonrisa caminaron hasta llegar al principio de su nueva vida. Empieza a caminar con las miradas de todos en ella, sintiéndose libre y hermosa, pero también feliz y completa; la música sonaba al ritmo de sus pies descalzos hasta llegar a su destino, viendo a su estrella, Alec. Su amor, su universo, su amigo, su amante y el amor de su vida. Con una sonrisa se acercó a él, quedando frente a frente mirándose a los ojos. Verde y miel, una guerra de miradas que transmitía el amor y el respeto, la persona que los casaría recitaba sus palabras sin ser escuchado por los novios que estaban en su propio mundo mirándose, sin apartarse la mirada hablaron:
—Hoy a punto de ser tu esposa, quiero dejarte en claro que fueron las cosas que me enamoraron de ti: tu creatividad, tu sentido del humor tan muerto que con solo intentarlo me haces reír, tu positivismo a todo lo malo que nos ocurre, me he hecho más fuerte a tú lado y más feliz, y lo agradezco, mi vida. Porque sin ti, no estaría completa, me faltaría mi otra mitad, mi compañero de travesuras y canto, me faltaría la estrella que me guía, porque sin ti, no podría amarte y adorarte de la manera en la que lo hago. Fuiste, eres, y serás mi superhéroe.—Juliet se acerca a los anillos y toma uno para colocárselo a su amado, dejando un beso en su mano.
—No creo poder superar eso pero lo intentaré. Hoy es el día que tanto esperábamos, prometo amarte, aconsejarte, cuidarte y adorarte todo los días de mi vida, pero también prometo que cuando necesites ser escuchada, estaré para ti o cuando te sientas decaída, te esperaré con una pizza y una manta para enrollarte como sushi y disfrutar de una noche de películas. Prometo abrazarte cuando las cosas se pongan difíciles; prometo atesorarte cada día de nuestras vidas y cuando ya no nos queden vidas, lo seguiré haciendo, lucharé por ti y siempre llegaré a ti. Daría todo por ver esa sonrisa en tu rostro todos los días. Y sé que será difícil la vida de casados, pero lo intentaremos, y lucharemos para que resulte y cuando nos digan que los matrimonios nunca duran mucho tiempo, nosotros podremos decir con orgullo que nuestro matrimonio no es igual al del resto, porque el de nosotros no es solo un simple anillo, es una atadura a nuestros corazones que orgullosamente me atrevo a decir que nada ni nadie puede quebrar esto. Porque Juliet, mi vida, mi amor, nosotros somos el endgame, somos la luz del final y si esto me destruirá, me sentiría orgulloso de saber que serás tú la que me destruya. Te amo y te adoro hasta la estrella más alta y lejana. Porque sin ti soy alguien perdido y contigo soy un joven enamorado hasta las patas que es capaz de contar todas las estrellas por ti. Mi amor por ti no es más débil que una pluma pero es más fuerte que un huracán. Tú eras, eres y serás mi camino a casa, mi lugar seguro y no hay nada más reconfortante saber que estás aquí, conmigo, juntos. Te amo, mi sapita.— le coloca el anillo a Juliet y repite lo mismo que ella hizo, le besó la mano sin dejar de mirar esos ojos verdes que tanto lo enamoraban.
—Puede besar a la novia. ¡Y felicidades a los recién casados!
Se sumergieron en un beso lleno de sentimientos en donde Juliet vió pasar toda su vida con él por sus ojos, felicidad es lo único que tenía su cuerpo, porque después de tanto tiempo ella podía ser feliz con alguien que la amaba con la misma intensidad que ella lo amaba a él, y no podía pedir más. Sus corazones estaban tatuados con sus nombres y ni en los sueños más locos podrían deshacer eso. Porque después de todo, su lugar era con ellos mismos.
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Tattooed heart
Short StoryEn donde Juliet le escribe una carta a su mejor amigo confesando sus sentimientos. © historia completamente mía