💔Único Capítulo💔

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—Amelia,  su enfermedad está avanzando demasiado rápido— el doctor Mendoza, me atiende desde que descubrimos mi enfermedad. Yo ya asumí que mi destino era morir. Todos moriremos tarde o temprano, pero a mí me toca antes.

—Dr. no des tantas vueltas—suspiré cansada de toda esta situación— ¿Cuánto me queda?

—4 o 6 meses— sus ojos se cristalizaron, ma abrazó. Éramos buenos amigos desde la primera consulta— Lo siento—

—Esta bien, ya me lo esperaba— le correspondi el abrazo y me permití llorar en sus hombro.

Cuando rompí el abrazo, me despedí y salí del hospital para ir al parque de siempre. Estaba sola con 24 años, moriría en unos meses, mis padres habían muerto cuando yo tenía 15 heredé todo lo q tenían, soy millonaria pero no tengo con quien compartir mi dinero. Estos meses que me quedan haré la que nunca hice, eso era seguro. 

Estaba sentada en el mismo banco de siempre, viendo a los niños jugar. Me hubiera encantado tener hijos, pero ya no tengo tiempo. Inevitablemente empecé a llorar, aunque finja ser fuerte igual duele saber que vas a morir.

—Son adorables, ¿verdad?— dijo una voz grave a mi lado, sorbí mi nariz y asentí. Al igual que yo, él miraba a los niños jugar— ¿Tienes hijos?—volvió a preguntar, entonces lo mire, y me quedé en blanco, tiene algunos lunares esparcidos por su rostro, su cabello castaño y sus ojos cafés tenían un brillo extraño, pero, la duda se fue de mi mente cuando lo ví sonreir, sus ojos se achinaron y sus blancos dientes aparecieron. Es tan lindo.

—No, y creo que nunca tendré— otra vez solloce—¿Y tu?

—Aun no tengo. Pero tal vez no pueda tenerlos—dijo bajando levemente la cabeza—Soy Daniel Anderson, por cierto—se presentó y yo sonreí—

—Amalia Martínez— me presenté. Estuvimos en silencio un largo rato viendo a los niños— ¿Es la primera vez que vienes a este parque?— me atrevo a preguntar, ya que vengo todos los días, incluso saludo a las personas que también frecuentan el lugar—

—No, de hecho siempre te veo desde alla—señaló el otro lado del parque, justo donde estaban los niños. Tal vez nunca lo ví porque vengo aquí a pensar y mirar a los niños— Pero nunca te ví llorar, por eso me acerque hoy— sonrió y yo le imite la acción— ¿Tuviste un mal día?

—Ya no es tan malo—sonreí—Alguien me preguntó por mi día, eso nunca había pasado. Gracias— Otra vez las lágrimas amenazaban con salir.

—¿Crees en el amor a primera vista o tengo qué pasar frente a ti?— 

Nos sonreimos mutuamente y ahí empezó todo.

*1 Mes después*

—Parece mentira que en un mes halla podido sentir tantas cosas por ti, ¿Quieres ser mi novia?—Daniel estaba nervioso, sonreí por eso y me acerque a él. Deposité un corto beso en sus labios—¿Eso es un si?—dijo sonriendo ampliamente—

—Si, tonto— el volvió a acercarse a besar mis labios.

Nos abrazamos tan fuerte, que parecía el también tenía miedo de algo, parecía tener miedo de soltarme. Él no sabe sobre mi estado de salud, no le quise decir para no dar lastima. Este mes que paso se ha basado en visitas a centros comerciales, parques de diversiones, cines, incluso fuimos a un concierto de mi banda favorita. Hice cosas que nunca hice porque no me gustaba estar sola en esos lugares donde la gente siempre va a acompañada.

—¿Quieres ir a cenar hoy?—me preguntó cuándo nos soltamos del abrazo—

—Si, novio—dije y rei. Me sentía bien, me sentía viva con él—

Siempre Estaré Contigo TERMINADA ✓ Donde viven las historias. Descúbrelo ahora