{Kookgi} pt:1

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*Slow Burn
*Posible segunda parte

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{Apariencias}

Yoongi no admitiría que le gustaba el chico de la clase de canto, aquello era rozar lo cliché siendo que era uno de los pianistas que ayudaba al profesor de aquel chico travieso, Jeon Jungkook y que era alguien de pocas palabras que no se llevaba de forma cercana con ninguno de la clase.

El mocoso tenía solo un año menos, pero aparentaba inclusive ser  mayor que Yoongi.

Miró-desde la entrada- con desagrado al chico que coqueteaba con dos chicas, y les miraba el escote descaradamente aún si las chicas iban bastante tapadas.

Una sonrisa inocente lanzaba a sus presas y ya tenia a una cruzando las piernas para que la falda subiera unos centímetros.

—Deberíamos ir al karaoke Jungkook-ah. Muero por escucharte cantar.—Dijo la chica de aquella falda pequeña.

—Concéntrense, mañana tenemos el ensayo general para la presentación. Yoongi por favor, toma asiento en el piano, en lo que hacemos el calentamiento vocal.

Yoongi, caminó hasta el piano delante de la clase y se sentó. Avergonzado por sonrojarse al notar la mirada de varios en él, se sintió como un personaje de una serie, precisamente el fracasado rarito del que se reía todo el mundo a sus espaldas, aunque era solo un pensamiento porque Yoongi era respetado por la mayoría.

—Empecemos con escalas. —Decía el tutor y Yoongi se ciñó a lo dicho asintiendo y empezando.

Yoongi chistó para sí mismo cuando notó cómo sobresalía la voz de Jungkook.

Le daba rabia de cierto modo, que alguien que tenía la vida tan resuelta por el dinero de sus padres, fuera tan talentoso. Mientras el había tenido que esforzarse mucho para sobresalir y estar ahí.

Después de una hora y media de clase, los alumnos salían aún haciendo melismas mientras sonreían al tutor y se despedían para iniciar el fin de semana.

El mismo tutor se despidió encargando a Yoongi las llaves para cerrar el sitio, ya que el pálido se quedaría un rato más en el piano.

El pálido vio como todos salieron, incluido aquel prodigio del canto y por fin se pudo sentir calmado. Cerró los ojos y se estiró en el piano tocando rápidamente un arpegio tras otro, antes de ir a los graves e iniciar con una melodía que empezó suave, en los agudos, como si fuera parte de una escena encantada llena de fantasía.

Jungkook, que regresaba  adrede sabiendo que el pálido se quedaría, lo admiro desde fuera mientras lamia una piruleta con forma de corazón que una chica le regalo.

Se apoyó en el umbral y observó el pequeño cuerpo del artista y sus manos grandes y huesudas ir de extremos a extremos en aquel instrumento.

Entró a la sala y cerró tras de sí, siendo un poco ruidoso y torpe, pero no lo suficiente para aquel chico que estaba inmerso en la música, dejara de tocar.

—Deberías irte, tus amigas te esperaban para ir al karaoke.—Dijo Yoongi deteniéndose y mirando aun sus propias manos en el piano.

—¿Sabias que la primera vez que tocaste esa melodía fue la primera vez que nos conocimos?

La voz era suave, como habitualmente acostumbraba a hablar. Era dócil, siseaba un poco y el dialecto de Busan estaba marcado a pesar de verse estéreotípicamente como cualquier muchacho de Seúl. Yoongi no tardó en levantar la mirada y perderla en el marco de la puerta de detrás del chico.

Recopilación - One Shots | BTS versionDonde viven las historias. Descúbrelo ahora