-Hola, mamá, buenos días.
-Buenos días cariño, ¿Cómo dormiste?, ¿Descansaste bien?
-Pues no tan bien gracias al asma, pero dentro de lo que cabe, bien.
-Oh Luca, lo siento mucho.- La casa permaneció en total silencio unos cuántos segundos, lo necesario para que yo lavara mis manos para después sentarme a desayunar al lado de mi madre.- Luca, ya ven a comer.- Mi madre dijo alzando la voz muy levemente.
Ella y yo nos sentamos a desayunar muy temprano, cuando los rayos del sol del amanecer no eran siquiera divisibles; cuando mi padre y hermana aún dormían. Recuerdo que ese día desayunamos unos ricos waffles de microondas con fresas rehidratadas, que mi madre preparó, también en el aparatito ese que sirve para que la comida deshidratada crezca y se convierta en comida de verdad.
-Mami, que rica te quedó mi comida.- Aunque las fresas rehidratadas sepan mucho a plástico y no supieran tan rico como mi paladar hubiera deseado, pensé.- Te quedaron muy ricos los waffles.
- Oh, muchas gracias cariño.- Dijo mi madre mientras iniciaba a dibujarse una linda y tierna sonrisa en su rostro, al lado de la que se formaban unas curiosas marcas en forma de media luna, que en ese mismo instante, daban una sensación tan cálida y hogareña, mientras sobre ellas, caían los primeros rayos de luz del amanecer.
A continuación, nos encontrábamos en un silencio muy agradable para ser cierto. En él, sólo se escuchaba la comida de ambos siendo triturada por nuestra dentadura, y más tarde, descendiendo por nuestra tráquea hacia nuestro estómago. A pesar de que el silencio era muy agradable, yo no sé permanecer del mismo modo durante un buen rato, y ya me había tardado; así que simplemente decidí iniciar un nuevo tema de conversación.
- Oye mami. ¿Qué era lo que abu te daba de comer cuando eras pequeña?, es decir, cuando aún estaba viva.
Mientras terminaba de pronunciar estas últimas palabras, observé como esa sonrisa que al inicio me hizo sentir aliviado, empezaba a desvanecerse, terminando en una expresión un tanto triste y nostálgica. Segundos después, una lágrima proveniente de su ojo derecho comenzaba a deslizarse por su ligeramente sonrojada y cálida mejilla.
-Mamá, ¿estás bien?, no debí...
-No te preocupes pequeño, puedes preguntarme lo que sea.- Decía mientras limpiaba su lágrima con la palma de su mano y trataba de forzar una sonrisa tranquilizante. Aunque no le resultaba nada bien.
- ¿Segura mami?
-Absolutamente, Luca.
-Entonces... ¿La comida solía saber tan a plástico?, ¿Como a esas botellas en las que solíamos tomar agua?
-En realidad Luca, no, nada solía ser como lo es ahora, cuando todo pasó, eras muy pequeño, demasiado como para recordarlo, así que no te culpo, en lo absoluto.- Ambos reímos.- Recuerdo que mi madre, tu abu, solía tener un huerto pequeño, donde sembraba tomates y sandías, aunque no tuviera nada que ver una con la otra, abu no era un persona normal.- Reímos de nuevo.- Recuerdo que cuando ya estaban crecidas y era hora de cosecharlas, nos hincábamos en el suelo para recogerlas, y tu tía Kathy y yo nos embarrábamos de tierra y...
En realidad me dolió mucho tener que interrumpirla, mientras narraba cómo era su vida de pequeña con abu y tía Kathy, volvió a esbozar esa hermosa sonrisa que me hacía sentir tan protegido y los ojos se le iluminaban como sólo ocurría cuando recordaba su pasado, pero tuve que hacerlo, de un momento a otro dejé de entender lo que decía y escuchaba cosas que se me hacían totalmente irracionales.
- Pero mamá, ¡¿Cómo es que una fruta puede crecer del piso?! , y sobre todo, ¿qué es la tierra?
-No del piso, de la tierra.- Mi madre me corrigió.- Antes, podías salir sin ningún problema a los jardines, playas, bosques, con ropa normal como la que usamos dentro de la casa.
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Somewhere over the rainbow
General FictionImagina que no puedes salir de tu casa porque seguramente regresarás muy enfermo, o simplemente no lo harás. Imagina que tu mamá amaba el mar, la arena, los árboles, la naturaleza pero no los ha vuelto a ver después de años. Imagina que sólo te qued...