Su ser me atrapaba y no sabía el porqué hasta que me di cuenta, de lo que estaba sintiendo por él no era sano. Era una obsesión deleitable.
Pero lamentablemente tomo la peor decisión, porque si no era mío no era de nadie.
Daré comienzo a la historia...
Desde el día en el que empezó esta gran "tragedia". Y si entre comillas, porque para mí no lo fue
Su nombre era Alex. Lo clasificaban como el "Inalcanzable" y aunque era muy patético nombrarlo de esa forma, así era como lo llamaban mis compañeras de club.
Aquel día me estaba yendo del club para volver directamente a mi casa, y fué en ese momento exacto en el que se me acerco y me pregunto:
-¿Te puedo hacer compañía en el camino? es que me cambie de casa y voy por esa dirección.
- No hay problema, acompáñame Alex
En el camino me sacó charla y me di cuenta de que compartíamos gustos e intereses, y al final del camino decidió pedirme mi número de teléfono, a pesar de que me resultó extraño que me lo haya pedido, realmente no me importó y se lo pasé. La compañía del pelinegro me agradó bastante, y nuestra comunicación fue bastante fluida y cómoda