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Este fic pertenece a la #KiriAsuWeek2021

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Este fic pertenece a la #KiriAsuWeek2021

Dia 2: 01 de Octubre

Tema: Las historias que nos inspiran: Little Women (Louise M Alcott)

AU

Dormía abrazado a la almohada. El clima no era ni muy cálido,ni muy frío como para prescindir de las sábanas, pero sentía la mitad de sucuerpo a la intemperie.

Saldo de la agitada actividad de la noche anterior.

¿Qué era lo que lo había despertado? Su consciencia se encontraba vagando en el limbo y no le era de mucha ayuda. Se concentró en volver a dormir, cuando un ligero sonido lo detuvo.

No era un ruido muy estridente, ni muy molesto. Se trataba de algo muy particular, algo que pasaría desapercibido para cualquiera, pero para él, que pasó gran parte de su adolescencia oyéndolo, no era desagradable en absoluto. Todo lo contrario. Representaba a la persona que amaba, y cuando por su estupidez general estuvo a punto de desbaratar todo, se conformaba con recrear aquel particular eco gracias a los fragmentos que conformaban su memoria.

Suspiró de satisfacción contra la almohada que abrazaba con sus manos y abrió un ojo, prediciendo encontrarla allí, al alcance, con aquel libro de gruesas hojas blancas en su regazo, el lápiz negro moviéndose en un hipnótico tintineo.

—Hola —la saludó con la voz ronca por el sueño.

—No te muevas —fue la orden directa.

Él sonrió entre dientes. Amaba su carácter mandón. Nunca se lo dijo, pero ella podía manejarlo a su antojo si se lo proponía. Guardó la compostura, mirándola con interés, sin mover ninguna parte de su cuerpo, salvo sus ojos.

Para su desgracia, ella ya se había vestido con el camisón blanco que usaba en la víspera. Le gustaba más cuando prescindía de él, pero no iba a decírselo, porque la artista se abochornaría y luego, lo acusaría de que no le dejaba concluir su trabajo.

Su cabello suelto, caía en desorden por sus hombros pálidos, el costado derecho de su rostro era iluminado parcialmente por el sol matutino, esa sección de su cabello parecía de fuego, al igual que sus ojos. Y no se equivocaba, había impetuosidad en su mirada, él siempre notó eso. Fue en parte lo que la llevó al lugar que hoy ocupaba como una mujer independiente y luchadora, y fue el rasgo que lo enamoró profundamente.

Un sutil movimiento de su brazo enseñó lo que las prendas de cama no alcanzaban a esconder, la sensualidad del cuerpo femenino; sus pechos erguidos, tensando deliciosamente la tela, su cintura estrecha. Sus manos de dedos largos y elegantes, el anillo en la izquierda, reciente emblema de que ambos se pertenecían mutuamente. Y las manchas del carboncillo que movía de derecha a izquierda, el cual impregnaba el papel y también sus dedos.

Victorian DreamDonde viven las historias. Descúbrelo ahora