Joder, llegó super tarde a casa, Samuel me va a matar, pienso mientras corro por la calle. Había salido a hacer la compra y me he entretenido con un libro, lo he empezado a leer por encima y se me ha pasado casi media sin darme cuenta. Llego a la puerta de casa y antes de abrir la puerta oigo unos gemidos. Por favor que no sea lo que pienso. Abro la puerta y veo ropa tirada en el salón. Me acerco a la puerta de la habitación y veo a mi marido con una mujer rubia. Me ha vuelto a poner los cuernos.
- Marlena, llegas tarde a casa. ¿Qué, estabas con tu amante?- me dice mientras se sigue follando a la mujer- Vete de casa, cuando termine con esta mujer que si sabe satisfacer las necesidades de un hombre, hablaremos.
Le miro con los ojos llorosos mientras salgo de la habitación. Llevamos casados dos años, pero estamos juntos desde que teníamos quince. Después de acabar la escuela, me pidió matrimonio yo no estaba segura pero mis padres me convencieron de que era un buen hombre para mí. A los dos meses de casarnos, me empezó a gritar y a pegar. Cinco meses después vinieron las amantes, porque según él yo no le satisfacía lo suficientemente bien. Veo en las noticias que tendría que llamar a un número, pero Samuel me ama y yo lo amo a él. Él hace estas cosas por mi bien, para que no me pasa nada. Tampoco me dejó estudiar ni me deja trabajar, dice que mi tarea es hacer las cosas del hogar y cuidarlo como me cuida él. Mis padres le aman y quieren que tengamos hijos, pero Samuel dice que él por ahora no se quiere hacer cargo de un niñato que le va a quitar su dinero.
Me siento en un banco que hay fuera de mi casa, saco mi móvil, pero recuerdo que lo único que puedo hacer con el, es llamar a Samuel o a mis padres. No me deja tener ninguna red social ni más contactos. Me acuerdo cuando tenía dieciséis años y estaba enganchada a una aplicación para leer las historias de otras personas, no se que será de ella o cuando subía un post a Instagram con mis amigas. Guardo el móvil y me quedó mirando la calle y a la gente que pasea por ella. Veo un grupo de adolescentes, que felices se ven, a una pareja de enamorados que se están abrazando mientras se ríen, se me cae una lagrima viendo que yo nunca voy a poder ser así de feliz. Me la quitó rápidamente cuando se sienta al lado mía, una vecina del bloque.
- Marlena, hija, debes denunciar a la escoria de tu marido- me dice mientras miramos la calle.
- Yo lo amo y él me ama, estas cosas las hace por mi bien- le digo mientras la miro.
- No te ama, si te amase no te pegaría ni te insultaría ni te pondría los cuernos con cualquiera que pase al lado suya- me pone una mano en el hombro- yo también pase por una relación así, hasta que por una paliza casi me mata, ahí decidí ponerle fin. Nunca me di cuenta de como me maltrataba hasta ese momento.
- ¿Cómo lo superaste?
- Todavía no lo he superado, tengo miedo que un día vuelva y me mate o que mate a nuestros hijos por venganza. Ninguna mujer consigue quietarse ese miedo hasta que esa persona está en la cárcel o muerto. Pero gracias a un grupo de mujeres, conseguí denunciar el maltrato y separarme. En estos momentos, se puede decir, que soy feliz.
- Samuel no me mataría nunca, solo está pasando unos años duros, todo volverá a la normalidad enseguida y volveremos a ser felices.- le digo mientras intento creérmelo.
- ¡Marlena! Sube ahora mismo a casa- me grita Samuel desde la ventana- Y usted señora deje de meterle ideas equivocadas a mi mujer en la cabeza- le grita enfadado y cierra la ventana.
- Marlena, denuncia ya, antes de que sea tarde- oigo como la mujer me dice mientras entro al portal.
Pienso en sus palabras el resto del día. Si llegase a denunciarlo no tendría nada, pero yo no quiero denunciarlo. Entonces ¿por que tengo esas ideas en la cabeza? Samuel tiene que tener razón, esa mujer me quiere poner en contra suya, pero... ¿y si dice la verdad? No no la dice, estoy segura. Samuel me ama, yo lo amo. Samuel me ama, me ama.
Al día siguiente, Samuel se va al bar. No tiene trabajo, lo tenía, pero lo echaron por ir borracho. En estos momentos vivimos con lo justo, lo que sobra el se lo bebe. Pero, al fin y al cabo, es el dinero que ha estado ahorrando él, no puedo decirle en que debe gastárselo o no. Decido ponerme a limpiar la casa y a cocinar. Cuando estoy empezando a hacer la comida me doy cuenta de que faltan cervezas en la nevera, si Samuel ve que no quedan, me pegará. Así que decido salir a comprar un par de packs.
Cuando llego al supermercado, veo que hay mucha cola. ¡Samuel va a llegar antes que yo!, pienso mientras espero en la cola. Me empiezo a poner muy nerviosa. Venga, por favor, con un poco más de rapidez. Cuando estoy pagando, noto unos golpes en la espalda.
-¿Qué pasa?- pregunto mientras giro la cabeza, al ver que es un hombre bajo la mirada al suelo y me alejó un par de pasos.
- Se le ha caído esto señorita- me responde con mis llaves en su mano mientras observa mis movimientos
- Muchas gracias señor- le digo mientras miro al suelo.
- No pasa nada- me da las llaves y sin decirle adiós me voy
- ¡ Ya nos veremos!- me grita desde la lejanía. Yo no creo que nos volvamos a ver. Samuel me mataría si me viese con otro hombre. Pero él lo hace por mi bien. Samuel me ama, me ama.
Samuel me ama, me ama
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Hola!! Después de pensar mucho sobre esta obra me he decido a publicarla. Espero que os guste.