Eight.

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A la mañana siguiente, el cuerpo de Seokjin dolía como el infierno y no suficiente con eso, tenía el cuerpo pesado de Jungkook sobre él haciendo que fuera imposible levantarse hasta que esté se despertara.  

Era claro que unas cosas iban a cambiar de ahora en adelante.

El sonido de la campana anunciando el fin de la clase se escuchó, Jeongguk estaba relajado, apesar de haber faltado el día de ayer por obvias razones

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El sonido de la campana anunciando el fin de la clase se escuchó, Jeongguk estaba relajado, apesar de haber faltado el día de ayer por obvias razones.   

Para Jin fue más difícil, aún le temblaban sus piernas y su parte baja dolía a pesar de estar tomando pastillas para el dolor.   

Cada quejido, cada mueca de dolor que proyectaba su rostro era como una bella brisa en el rostro del pelinegro, quien cada que éste parecía perder el equilibrio se aproximaba a ayudarlo.  

"¿Necesita ayuda, Maestro?" Con una sonrisa descarada que hacía apretar la mandíbula de Seokjin.  

Era todo un descarado.  

Jungkook tomó su mochila y esperó a que todos se fueran para tener unos momentos con su maestro, por alguna "duda" que le salió en la clase y no pudo preguntar.    

—¿Es bueno mintiendo, maestro? —sonrió Jeon.  

—¿Vas a empezar de nuevo? —preguntó Seokjin con una ceja alzada.  

—Solo me preocupo, yo no le creería cualquier cuento a una persona que llega en este estado. —dijo ladeando la cabeza.  

Seokjin suspiró cansado, con Jeon todo era realmente estresante, hasta el sexo.    

—¿No tienes otra clase? —respondió volteando a otro lado.   

—Es verdad —sonrió el alto para irse hacia la puerta—. Nos vemos en la noche, bonito.    

El sonido de la puerta se escuchó y el peligris apretó los puños con un ligero sonrojo en su rostro.    

—Ese Idiota. —palmeó sus mejillas y salió de la clase con la mejor imitación que podía hacer de su cuerpo.    

Nunca sabes lo que tienes, hasta que te lastimas una parte de tu cuerpo que no creías importante.  

Jungkook por su parte, se sentía mejor que todo, dejando de lado que le ganara a sus amigos y el maestro Kim fuera por y para él.   

Sintiéndose dueño de todo, porque ahora tenía a Seokjin.

Sintiéndose dueño de todo, porque ahora tenía a Seokjin

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—Ah... —el gemido débil de Jin se escuchó como un dulce en la boca de Jeon.    

Las mejillas del maestro estaban rosas y sus ojos brillaban con pequeñas lágrimas en las orillas.   

Los dedos de Jeongguk se movieron haciendo que Jin cerrará sus ojos, el cuerpo de éste era tibio y suave, los dientes de Jungkook mordían el cuello del peligris mientras sus dedos se movían dentro de él preparándolo.  

—Estoy pensando en mejorar mis calificaciones. —dijo de repente, con la voz ronca.  

—¿E-eh?   

—Eres un gran premio, Seokjin... Quiero saber si si me esfuerzo, tendrás un mejor sabor. —los labios de Jungkook callaron los gemidos de Seokjin.  

Apenas y sus labios se movían en contra de los del peligris, movió su mano rápidamente haciendo que la espalda del maestro se curvara y mordiera su labio.   

Quizás no solo era el sexo, estaba enamorándose de Seokjin.   

O quizás ya estaba enamorado...  

Seokjin lo miró con los ojos en lágrimas, parecían haber corazones dentro de ellos.   

Haciendo que Jeongguk se sonrojara.  

...de su sexy maestro.

   

FIN.

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Gracias por leer. ♡ 

-jeonseokjinniee.

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