2. Shredded guts

1.5K 145 126
                                    


(TW: Mención de sangre)

La vida nunca es fácil ni buena, tal vez parezca que sí lo es pero los más sufridos siempre son los inocentes, mientras que las personas crueles parecen vivir y tener más éxito que los demás haciéndonos creer que solo así podremos ser felices; Con crueldad.

En la camilla del hospital, con máquinas a su alrededor que lo mantenían con vida; yacía un niño rubio, de diez años.

Sus padres se encontraban con él, entre sollozos ahogados y ojos cristalizados, sentados a su lado.

Susurrando palabras dulces como un "te queremos" y varios "tú nos llenas de felicidad", seguido de millones de lamentos, mientras que su madre depositaba suaves besos en el rostro de este. Mientras que las lágrimas que salían de esos ojos rojos y cansados recorrían sus pómulos formando un fino camino hacia su mentón.

Ese pequeño se encontraba en cama por culpa de un tumor cerebral, y no había nada que se pudiera hacer más que esperar el resultado de la clase de tumor, para luego planear qué hacer.

Todo había comenzado con náuseas, vómitos, y simples dolores de cabeza que poco a poco fueron en aumento; sin mencionar que algunas veces la visión se le nublaba.

Pensaron que solo era una enfermedad común, pero todo se fue al carajo cuando empezó a perder el equilibrio, para luego caer al piso y comenzar a convulsionar. La niñera llamó desesperada a la ambulancia y trabajo de los padres cuando eso ocurrió.

Los dos adultos se culpaban a sí mismos por no haberle dado importancia al asunto en ese entonces, comprando medicamentos que simplemente no hacían efecto. Pero ¿ellos qué podrían haber sabido? su tiempo era totalmente acaparado por el trabajo, sin tomar en cuenta que el niño estaba cada vez peor, ¿se le podía llamar a eso ser malos padres? Trabajaban tan duro para mantener a su hijo, para que luego una enfermedad de mierda les arrebatara lo único que los mantenía con ganas de seguir viviendo.

El oncólogo entró por la puerta.

–¿Los padres de Thomas Innit?– dijo con seriedad.

Los adultos se levantaron de sus sillas –Si, somos nosotros– dijeron con tono de voz preocupada.

El resultado del tipo de tumor que el niño poseía en el cerebro estaba en las manos del médico.

–Lo lamento pero, su hijo tiene el tipo de tumor llamado ependimoma– se detuvo un segundo –En etapa cuatro, y para ser sincero señora Innit, ya no podemos hacer nada por él.

–¿¡Qué!?– la madre del niño se exaltó.

–Es un tipo de tumor muy común en niños de su edad, señora Innit, lastimosamente al estar en etapa cuatro el tumor ya se habrá expandido por muchas partes, y una cirugía podría empeorar o mejorar todo. Solo nos queda esperar a que...

–¡No, eso no!– La dama se derrumbó de sufrimiento en ese mismo instante –¡El no morirá!

El padre del niño solo intentaba consolarla, tratando de parecer y mantenerse fuerte, pero las lágrimas que salían de él delataban que no lo estaba logrando.

–¡Él es fuerte! Mi pequeño Tommy es más fuerte de lo que parece– soltó entre grititos de dolor.

Dos personas entraron por la puerta.

Nadie los vio, como si fueran invisibles.

Uno de ellos traía una sonrisa, que luego se borró al divisar algo en el cuarto.

Sin duda las personas presentes en la habitación no podían observarlos allí parados en donde se encontraban. La puerta en ningún momento pareció ser abierta por aquellos dos, como si hubiesen colocado una ilusión óptica a todo su alrededor para no ser notados.

El Diablo en 3 Segundos | Quacknap [CANCELADO]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora