SeungCheol no creía demasiado en la magia, creía que era pura basura inventada por los padres para hacer que la imaginación y creatividad de sus hijos se desarrollara mejor, sentía que era una ilusión que terminaba rota cuando maduraban y crecían, dándose cuenta de que todo era una mentira. Constantemente discutía con Seokmin ese hecho y sólo porque eran mejores amigos desde la infancia, es que aún no rompían esa relación de amistad; ambos ya eran hombres maduros, o al menos lo más maduros que unos hombres de veintiséis años podían ser, vivían juntos en un departamento, no era grande, pero tenía el espacio suficiente para ambos.
Un día Seokmin le presentó a Soonyoung, una estrella fugaz que había conocido cuando cayó del cielo al pedirle un deseo, SeungCheol rió creyendo que sólo estaban jugándole una broma, pero ninguno de los dos lo acompañó en su risa, así que supuso que hablaban en serio. Seokmin le pidió a su nuevo amigo que le demostrara que realmente era una estrella fugaz, pero este se negó, diciendo que sólo aquellos que creían en la verdadera magia, serían capaces de ver lo que realmente es. SeungCheol seguía pensando que sólo era una broma, pero cuando este chico se quedó a vivir en el departamento, ya no le pareció tan gracioso.
—¿Cuánto tiempo va a quedarse a aquí tu amigo?— se quejó el mayor en voz baja para que el nuevo inquilino no lo escuchara.
—Hasta que creas en la magia.
SeungCheol lo miró con incredulidad.
—Ese fue mi deseo, él paso por el cielo y le pedí que creyeras en la magia para que tu vida fuese más feliz, pero dice que las estrellas fugaces no chasquean los dedos y ya está, sino que su presencia hace que las cosas se acomoden para que los deseos se cumplan.
Nuevamente el mayor le daba una mirada sin creerle mucho —¿cuánto tiempo estarás con eso? Soy feliz, la magia es una basura.
Seokmin negó con una sonrisa —hasta que mi deseo se cumpla— dijo y se fue a la habitación con su nuevo amigo.
SeungCheol resopló frustrado y salió del departamento, no necesitaba creer en la magia para ser feliz, él era feliz y sería extremadamente feliz si se confesara al chico que le gustaba, pero era un cobarde, tanto que siempre se ponía nervioso cada vez que lo veía y no podía ni formular una palabra sin tartamudear. Era un chico realmente hermoso, carismático y dulce, así que debía ser más que obvio que había más de un chico detrás de sus pies y él sólo era uno más de los chicos torpes y feos que se había enamorado.
Mientras caminaba por el pasillo hacia el elevador, el abrirse y cerrar de una puerta llamó su atención, miró hacia atrás, dándose cuenta de que era su apuesto vecino saliendo de su departamento, se puso un poco nervioso y en su cabeza comenzó a decir "hola, ¿cómo estás?" de distintas formas para saber cuál era la más adecuada. Antes de llegar al elevador, su vecino apresuró el paso y caminó hacia él para saludarlo primero, sabía que el mayor siempre tardaba un poco de más en decir algo.
—Hola SeungCheol— saludó con una dulce sonrisa.
—H-hola Se-se-seungKwan... ¿c-cómo e-estás?
—Bastante bien, ¿y tú?— contestó de vuelta y apretó el botón del elevador para que llegara al piso.
—M-me alegra... yo eh... es-estoy-estoy bien— sonrió con torpeza.
—También me alegra, ¿vas a algún lado?— justo al terminar de hablar, las puertas del elevador se abrieron y fue el primero en entrar mientras oía la respuesta del mayor.
—S-sí... qui-quiero... eh d-de-despejarme...— tartamudeó mientras terminaba de entrar al elevador, cerrándose las puertas detrás de él.
—En el centro hay un buen bar para beber y comer algo ligero, con eso seguro te despejas.
El corazón de SeungCheol latía rápidamente por esa simple conversación, pero se aceleró todavía más cuando se cuestionó si debía preguntarle si quería ir con él —eh.... mmm... te-t-te gu- te... gu-gustaría.... uhm....
Seungkwan esperaba pacientemente con una dulce sonrisa en sus labios, ya sabía que SeungCheol es tartamudo, así que siempre trataba de ser amable y esperar con paciencia a que terminara sus oraciones.
—Uhm e-es d-decir... t-te... te gusta-taría....— las puertas del elevador se abrieron y ambos miraron al chico que esperaba en la entrada.
—Oh Vernon, ya estas aquí— saludó Seungkwan alegremente —oh lo siento SeungCheol, voy algo retrasado, pero veámonos en otro momento y me dices, ¿sí? Cuídate— se despidió rápidamente y se fue con su amigo.
SeungCheol se sentía todavía más idiota, jamás podía formular una sola palabra sin tartamudear nervioso, odiaba sentirse así cada vez que algún chico le gustaba, ¿por qué no podía ser normal y hablar bien como las demás personas? Se golpeó la frente contra la pared del elevador y antes de que pudiera salir, las puertas se cerraron, el elevador comenzó a subir hasta el último piso, iba a detenerlo al llegar al suyo, pero seguía pensando en cómo debió haber sido aquella conversación si tan sólo no tartamudeara, que simplemente dejó que subiera.
Al abrirse las puertas, notó que el pasillo era un poco más corto que los demás, salió de él y fue hasta el fondo, donde había una única puerta, jamás había subido hasta el último piso, ni siquiera sabía que tenían una azotea en el edificio. El lugar estaba limpio y despejado, habían algunos cables y máquinas que seguramente hacían funcionar todo, caminó hacia la orilla y se aconchó en la baranda de concreto, mirando hacia abajo, viendo los autos moviéndose en medio de la noche, personas caminando y algunos perros pasando, las luces en le interior de los departamentos iluminaban los edificios. Miró al cielo y suspiró, ahora sí quería que la magia hiciese algo con él.
De pronto vio en el cielo una estrella fugaz pasar, cerró los ojos y, por primera vez en mucho tiempo, pidió un deseo —desearía no tartamudear cuando hable con el chico al que estoy destinado— murmuró, abrió los ojos y miró su alrededor como si esperara que en un segundo la magia sucediese —pura basura— dijo y dio la vuelta con intención de regresar a su departamento, ya había sido suficiente el despeje que quería.
De pronto un punto brillante en el cielo le llamó la atención, cada vez se hacía más y más grande, era un destello dorado que parecía dirigirse hacia él. Miró a su alrededor, cerró los ojos y sacudió la cabeza, no había manera de que lo que estaba viendo fuese real; al abrir los ojos el destello estaba más cerca de él y de pronto lo arrolló. Cayó al suelo y sobre de él había un chico de cabello rubio, casi blanco, con ropas doradas, un tanto brillosas y anchas; Seungcheol terminó desmayándose en el suelo.
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Una estrella fugaz [JiCheol]
FanficSeungcheol no creía en la magia, y aun así, le pidió un deseo a una estrella fugaz. -Fantasia🧚🏻♀️. -Parejas: JiCheol, SeokSoon y VerKwan. -No se aceptan copias y/o adaptaciones. -Historia de mi propia creación. -Historia corta. -JicheolWeek 2022 ...