Sus piernas temblaban involuntariamente. Había varios manchones pequeños de sangre sobre las sábanas blancas, el resto de la cama estaba hecho un desastre. Se escuchaba su respiración agitada, apenas habían terminado y debían recuperarse si querían continuar.
El cuerpo de Anthony era sostenido por Alastor desde atrás, ambos desnudos rozando las pieles contrarias. El moreno rodeaba la cintura del menor con uno de sus brazos y se encargaba de sostenerlo, lo ayudaba a mantenerse sentado entre medio de sus piernas extendidas y abiertas sobre la cama. El contraste entre la piel blanquecina de las piernas largas de Tony y la piel morena de Al era notable al comparar sus extremidades. Anthony dejaba caer todo su peso sobre el pecho del mayor, bastante exhausto luego de la actividad que habían realizado hace minutos. Sus brazos estaban hacia sus lados y jadeaba para retomar aire, mientras mantenía sus ojos cerrados para tratar de estabilizarse. No estaba acostumbrado a esa clase de ritmo y era su primera vez en muchas cosas. Para su desgracia, no estaba resultando tan bien como lo había tenido en mente.
Alastor acarició uno de sus muslos con su mano libre y se encariñó con aquella piel tan suave al tacto, sin dejar de sujetar su delgada cintura. Sentía como sus rodillas temblaban un poco, no podía culpar aquellas reacciones propias de un cuerpo que había sido profanado tantas veces y que no estaba familiarizado con esa clase de movimientos extenuantes.
—Te estás deshidratando. Bebe un poco.
Alejó su mano de su pierna y tomó un vaso de agua de su mesita de luz, entonces lo aproximó hacia los labios del menor para invitarlo a beber. Cuando Anthony lo escuchó, abrió levemente sus ojos, recibió el agua fresca y depositó sus labios en el borde del vaso. Bebió con necesidad ya que moría de sed.
El moreno debía tener razón, estaba empapado en sudor y tenía marcas negras en toda la extensión de su cuello y pecho, también por la parte interna de sus muslos. Estaba cansado. Cuando terminó de beber el agua y el mayor apartó el vaso, Anthony permaneció pensativo con una expresión disgustada, ya que al pensar en todas esas marcas se había puesto de mal humor porque al día siguiente debería preocuparse por cómo cubrirlas.
A pesar de que el moreno se había mostrado un tanto rudo para ser su primera vez en la cama con un hombre, le había tenido infinita paciencia. Lo habían hecho unas cinco veces y, en cada ocasión, Anthony sentía un dolor horroroso, como si lo estuvieran desgarrando por dentro. Ante sus gritos de dolor y sus impulsos involuntarios, Alastor siempre se terminaba deteniendo para darle un respiro de unos minutos y para luego volver a intentarlo con insistencia una próxima vez.
Anthony sabía que el sexo sería doloroso porque había escuchado esa clase de cosas en todas partes, pero no esperaba que lo fuera tanto. No sentía ni el más mínimo placer a pesar de ser masturbado durante la penetración, el sufrimiento se salía de los límites.
Empezaba a frustrarse ante todo aquello, quizá no estaba hecho para sentir placer en esa zona y los intentos del moreno siempre serían inútiles. Eso sí que sería mala suerte para el mayor. De todos los hombres que había en el mundo tenía que justamente tener relaciones con uno que era frígido del culo hacia adentro. Ni siquiera frígido, porque él solo sentía dolor puro. Si tuviera la dicha de ser frígido podría aunque sea fingir placer o algo así.
—No tienes que mencionarlo. Sé que duele mucho y no lo estás disfrutando.
La voz grave de Alastor lo sacó de sus pensamientos y lo obligaron a enfrentar la realidad otra vez. Lo más probable era que él quisiera continuar intentando hasta tener éxito, ¿Cómo decirle que ya no quería volver a hacerlo? En verdad dolía a horrores y ya no quería soportar esa tortura. El solo recordarlo le daba escalofríos y para qué mentir, un poco de miedo también. ¿Quién afirmaba que en el próximo intento no lo desgarraría por usar demasiada fuerza o realizar movimientos equivocados en su no tan virgen entrada?
ESTÁS LEYENDO
Burning desire [ RadioDust ]
FanfictionTe llevo a los límites porque no me importa, dulzura. Tengo un deseo ardiente por ti, bebé. La radio suena fuerte. Tus manos sobre mis caderas, tu nombre saliendo de mi boca una y otra vez como si fuera una plegaria. | Hazbin Hotel FANFIC | | RADIOD...