------------------------------------------
PRÓLOGO
------------------------------------------
Septiembre
05 del 2022
-July Morgan-
Normalmente el primer día de clases estás eufórico por las millones de cosas que pueden pasar. Pero toda esa euforia y emoción se pueden terminar rápidamente si eres nuevo o no tienes a algún amigo que te apoye con la mierda que es la preparatoria. Lastimosamente, mi situación era la segunda...
El primer día siempre es muy solitario, cómo si cada quien estuviera en su propia burbuja y no le importa lo que sucediera fuera de ella.
Al finalizar las clases, no quería volver a casa, si, la escuela era terrible pero no era peor que tener que aguantar las groserías de mi padrastro.
Entré al baño decidida a quedarme ahí hasta que alguien viniera y me sacara a la fuerza, pero para mi fortuna me encontré con una chica medio drogada con aspecto de vagabunda tirada en el piso.
Conocía a esa chica, era una de las más populares, se llamaba Gabriela, pero para mí sorpresa no estaba sola, un chico que solo la observaba con asco estaba a su lado, creo que su nombre era Eddie, no lo sé, solo lo he visto un par de veces cuando caminaba por los pasillos el año pasado.
-Eres un asco Gabriela- Dijo el chico.
-Cállate Benson.
Ni siquiera sé cómo ella le pudo contestar si parecía estar apunto de ir a saludar a lo que sea que esté allá arriba.
Quería salir de ahí pero entonces ellos me notaron.
-¿Y tú quién eres?- Me dijo la chica moribunda.
-¿Yo?
-¿Quién más? Solo estamos tú, el palillo con piernas y yo.
-Ah... July.
-¿Cómo julio en inglés?- Preguntó.
-Sí- Esperé unos segundos mientras jugaba con mis manos y pregunté -¿Ustedes dos se conocen?-
-¿Qué? A no, yo me la encontré aquí.
-Era de otro grupo, pero lo cambiaron al mío este año. Pero no debería estar aquí, el baño de hombres está allá.- Su dedo apuntaba hacia la dirección del baño de hombres, pero al segundo se corrigió y apuntó hacía el otro lado, aunque está vez era incorrecto.
-Dejalá, está drogada.- Dijo el chico sentado junto a ella. - Yo entré para ayudarla, estaba ahí tirada en el piso, creí que moriría, pero como ella solo se quedaba callada y yo tenía flojera de irme, me quedé.
Después de eso se hizo un silencio muy largo, me sentí muy incómoda.
-Yo mejor me voy. - Dije antes de que ocurriera algo más.
-¡No!- Exclamó la rubia moribunda.
-¿No?- Pregunté.
-No, espera, ¿podrían ayudarme a llegar a mi casa? Por favor, no está muy lejos.
Y después de que la moribunda nos diera su dirección, Eddie y yo la ayudamos a levantarse, el dejo que se subiera en su auto en el asiento trasero, y yo no sabía ni como carajos había llegado ahí.
El viaje iba muy incómodo, si, conocía a las dos personas que venían conmigo, pero jamás había mantenido una conversación con ellos más allá de tres o cuatro palabras.
Nos dábamos algunas miradas de vez en cuando, pero nadie decía nada.
Eddie decidió encender la radio, al principio pensé que era para evitar el silencio incómodo, pero pensándolo bien, ni había silencio, los ronquidos de la rubia moribunda eran lo suficientemente ruidosos como para evitar que algo como el silencio existiera entre nosotros.
"Quiero saber que te pasa,
Te pregunto, que te pasa y
No sabes, ni contestarme,
Porque claro, de seguro
Te mareé"
Sonaba en la radio, en ese momento ninguno de los dos teníamos idea de que canción era, pero la canción por alguna razón te daba buenas vibras e hizo que los dos sonrieramos un poco.
Durante todo el resto del camino la canción estuvo sonando, comencé a disfrutar de la canción y al parecer él también porque de la nada la empezó a cantar.
-¡Podría ser que al final, rompiste el cristal en mi!
Me empecé a reír al escuchar como cantaba, no solo fue el hecho de que comenzó a cantar de la nada, si no que además lo hacía fatal.
El chico me miró con una sonrisa en su rostro y continuó cantando hasta que la canción terminó.
Una vez que llegamos a casa de Gabriela, entre el completo extraño y yo la llevamos hasta su casa, la pobre batalló bastante para poder meter la llave en la manija de la puerta.
-Gracias chicos, y para el próximo viaje ¿Podrías no cantar Benson? Cantas muy feo de verdad.- Dijo Gabriela cerrando la puerta detrás de ella.
-¿Quieres que te lleve a tu casa?- Habló Eddie.
-No, no gracias yo vivo cerca de aquí.
-¿De verdad?- Insistió.
-Si, solo.... Nos vemos mañana.
-Okay, adiós.- Me dió una sonrisa de boca cerrada y después se dirigió a su auto.
Siendo sincera, no vivía cerca, pero es mejor irme caminando a que mi padrastro me llegue a ver con Eddie.
