Estaba en el trabajo, como todos los días, podría decir que aburrido pero era todo lo contrario
Hace un par de años dejé de ayudar a las personas con las terapias sexuales y me dediqué a complacer a mi esposa en la cama
No fue difícil, después de todo yo le he dado los mejores orgasmos de su vida y ella me ha compensado de la misma manera
La seguía deseando, a pesar de que ya ambos teníamos más de treinta y ella había dado a luz dos gemelitos hermosos
Kayli y Kay, Kayli, la niña, es como su mamá, de bonitos ojos y cabellos largos y sedosos, con mejillas que me encanta jalar con amor, Kay es como yo, castaño, de ojos miel, mayor por un minuto y con la bonita sonrisa de su madre
Actualmente tienen cinco años, y me da nostalgia recordar el día en el que nacieron, eran tan pequeños, que tenía miedo de que al cargarlos se rompieran como una frágil porcelana
Justo ahora están en mi oficina, Kayli juega con su pato de hule mientras que Kay ordena un par de cubos de madera con el abecedario
Yo sostengo en mis manos dos bolitas de metal que vibran gracias al control que está en mi bolsillos, tenerlas me trae tan bonitos recuerdos
Mi esposa entra a mi oficina, con un bonito vestido azul marino que se apega a su cuerpo y su cabello suelto que resbala por toda su espalda, Diane me sonríe y con Kay en sus brazos se acerca para besarme
Dejé que los labios de mi mujer me atraparan, había tantas cosas que quería decirle pero no encontraba las palabras .. Aunque sabía que con mis besos bastaba
— te amo ..
— yo tambien te amo Harlequin..
Mi pequeña celosa impidió que mamá y yo nos diéramos otro beso, yo reí giñandole el ojo a Diane
Ella ya sabía lo que significaba, está noche eres mía hermosa
— ¿por qué tardaste tanto amor?
— no encontraba la jirafa de Kayli y resulta.. Que alguien —besó la mejilla de mi pequeño príncipe travieso—. La dejó en la oficina de tía Merlín
Meliodas entró a la oficina, traía bolsas de mercado y junto a él venia el pequeño Tristan
— ¡Tío King, Tía Diane!
— Dios estás enorme —dijo mi esposa besando las mejillas de su ahijado.
— Ya tiene siete —le recordé a mi mujer. — dos años mayor que nuestros gemelos
— ¿cómo esta Elizabeth?
— Bien.. Ya sabes con las cosas del embarazo ... Esta algo histérica
— que lindo ... Un segundo embarazo
Y si. Fue una indirecta muy directa para mi
— pequeña —saludó Tristan a mi hija. — ¡ Hey Kay!
— aléjate de mi hermana, no la toques, no la mires, no respires el mismo aire que ella
— vaya ... Igual a su padre
— bueno por algo es un Fairy ¿no?
Reí, sabía que esto era solo el comienzo de la sobre protección de mi pequeño hacia su hermana, no me quejaba, para mi, mi hija no tendrá novio hasta los 29
—
sabes —la mano de Diane se puso sobre mi entrepierna—. Rompimos la regla que ambos juramos jamás romper
— ¿cuál regla? —pregunté con duda.
Ella me sonrió
— nunca te enamores
Fin
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He aquí el final de esta historia
Primera version: 11/10/ 21 Segunda Version: 10/12/22
Creo que quiero llorar, ponerle final a una historia no es fácil y más si son sensibles como yo
