Esperanza y sanación

Capítulo 30: Malos días

La gente de la escuela sabe de nosotros.

Tardó más de lo que esperaba, pero menos de lo que esperaba. ¿Sabes cómo? ¿Fue Luna?

Fui yo. Lo dejé resbalar por accidente.

¿Por accidente? ¿Estas seguro?

Prometo.

Sé. Estoy bromeando Sabía a qué me estaba inscribiendo cuando tomé mi decisión.

Probablemente empeore una vez que los tabloides se enteren. Ha pasado un tiempo desde que tuvieron algo divertido que decir sobre mí. Estoy seguro de que se volverán locos por eso.

Como dije, estoy preparado.

Podrían acusarlo de intentar secuestrarme.

Podría 'robarte'. ¿Realmente sería tan malo si lo fuera? Recuerdo que Francia te gustó bastante.

No era tanto el país como otras cosas.

Oh, muy suave. Bien dicho. Independientemente, puede ser beneficioso. Si tales cosas están en los tabloides, quizás mis compañeros de trabajo finalmente empiecen a creerme.

Eso estaría bien.

Cuidado, puedo ver tus celos en tus pinceladas.

No, no puedes.

Entonces llámalo una corazonada. No te preocupes. No tengo ningún interés en los tontos que empujan papeles para el DMLE. Dudo que tengan una onza de la sustancia que tú tienes entre todos.

No sé nada de eso.

Ahora puedo ver tu rubor en tus palabras.

Dejalo.

Creo que no lo haré. Sin embargo, probablemente debería volver al trabajo.

¿Estás en el trabajo?

Si. Dumbledore nos ha pedido a mi padre y a mí que lo ayudemos a examinar los informes de los Aurores en busca de actividad potencial de Mortífagos que no se informó como tal. Teniendo en cuenta que la mayor parte del Ministerio no le creerá hasta que demuestre lo que está diciendo, es bastante lento. He estado trabajando unas horas extra cada noche. Es una bendición para mis finanzas, pero menos para mi tiempo libre.

Si no tiene mucho tiempo en casa, no tiene que venir a ayudarnos todos los fines de semana.

Voy a seguir desengañándote de la idea de que hay cualquier otro lugar en el que preferiría estar que cerca de ti. Si llega el momento en que necesito un fin de semana de descanso en mi apartamento, te prometo que te lo haré saber. Hasta entonces, asuma que cuento los días hasta que podamos pasar tiempo juntos.

¿De verdad?

Es mucho menos vergonzoso dar a entender eso que admitirlo abiertamente. Pero si. Hago.

Yo también.

Prácticamente puedo oír a Gabrielle llamándonos asquerosos. Sin embargo, como dije, debo irme. Buenas noches, Harry.

Buenas noches, Fleur.

Harry dejó su pluma con un suspiro silencioso y volvió a guardar su papel en el cajón de su mesita de noche. Ron miró el libro que estaba leyendo y sonrió.