Wanda se encontraba preparando el desayuno, se encontraba contenta y entusiasmada por su vida de casada. Cuando conoció a Bucky nunca creyó enamorarse perdidamente de él, menos que sus sentimientos fueran correspondidos. Habían iniciado su noviazgo hace dos años y contrajeron nupcias seis meses antes, tenía la vida que deseaba.
Bucky es el hombre perfecto, el chico que toda mujer ansia llevar a casa para que sus padres conozcan. A su lado siempre se siente segura y amada, no duda que ha encontrado la felicidad a su lado.
Una vez que termino el desayuno le sirvió a su esposo y lo llevó hacia el comedor, en donde él estaba sentado. Deposito el plato, dejando un beso sobre la frente de Bucky.
—Nos vemos más tarde, querido. —Tomó sus pertenencias y salió de su casa.
—Hasta más tarde, cariño.
Steve se encontraba preocupado, sabía que Bucky se encontraba feliz en su vida matrimonial, pero también no podía evitarlo y su sentimiento era mayor sino tenían comunicación constante. Natasha y Sam trataban de calmarlo diciéndole que todo estaba bien, que no había ningún problema, que simplemente solo desea alejarse un tiempo y vivir una vida tranquila.
Sus pasos le llevaron hasta Brooklyn, la zona en donde Bucky vive junto con Wanda. Todo había cambiado durante los años en que estuvo congelado, aquel vecindario que una vez conoció ya no existe y aun así se permite tener cierta nostalgia por todo aquello que hubiera tenido sino hubiera existido la guerra.
Había estado tan perdido en sus pensamientos que no notó el momento en que llegó a la casa de su amigo, sin dudarlo tocó el timbre, esperando que alguno de los dos le atendiera. Pero el tiempo pasaba y no se escuchaba nada en el lugar, sus nervios se alteraron aunque trató de tranquilizarse y volvió a tocar.
Pero como al principio nada sucedido. Steve decidió irse, sintiendo una pesadez en su pecho.
Wanda observaba los productos de alimentos en el pasillo de la tienda, decidiendo que iba a llevar a casa, sabía que a su esposo no le gustaba cierto tipo así que siempre verificaba que todo estuviera bien. Estaba tan distraída que no notó cuando alguien se acercó a ella.
—Hey, Wanda. —Habló aquella persona, haciéndole sobresaltarse y rápidamente se giró a ver quién era.
—Oh, Steve, me asustaste. —Soltó una pequeña risa mientras sostenía su pecho. —Es una sorpresa verte por estos lados, ¿qué estás haciendo aquí? —Menciona curiosa y cautelosa, puesto que Steve vive en Manhattan y no era normal tenerlo por esos lados. Después de todo siempre es Bucky quien le buscaba.
—Solo quería visitarlos, pero al parecer no hay nadie en casa y aprovechando que estaba por aquí decidí comprar algo, y te encontré. —Steve se sentía tímido por lo que diría, pero también quería saber que todo estaba bien. —Solo quería asegurarme que todo estaba bien... ¿Bucky está por aquí?